En plena campaña presidencial, la candidata demócrata ya declaró en julio de manera voluntaria frente al FBI y respondió a las preguntas de los agentes sobre su uso de correo privado para asuntos de interés nacional mientras era secretaria de Estado. Hillary reconoció entonces que habría sido «más inteligente» usar una cuenta oficial y entregó 55.000 folios de emails de esa etapa al Departamento de Estado para su publicación, pero el caso generó interrogantes sobre si trató indebidamente información clasificada del Gobierno de Estados Unidos al usar su cuenta personal. El portavoz de la ex primera dama, Nick Merrill, indicó que Hillary «tuvo la oportunidad de asistir al Departamento de Justicia para que esta revisión lleve a una conclusión». El FBI investiga ahora si la ex secretaria de Estado envió o recibió informaciones confidenciales, lo que implicaría una violación de la ley. Tal investigación podría concluir en una acusación formal a pocos días de las elecciones presidencial del próximo 8 de noviembre.
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