La violencia colombiana volvió a ser un tema recurrente en los últimos meses. No por las noticias de la realidad, sino por la ficción de la serie "Narcos", una producción de Netflix (ver cuadro Cine en Colombia) que recrea la historia de Pablo Escobar, el célebre líder del cartel de Medellín cuya fortuna llegó a ser estimada entre 25.000 millones de dólares y 30.000 millones.
Han pasado más de 20 años desde que el multimillonario traficante dejó de ser un sinónimo casi excluyente de Colombia y -a pesar de que aún existen cuestiones pendientes con la guerrilla- esa nación viene cimentando un camino de paz para hacer frente a sus desafíos internos y externos.
Bajo el primer mandato del presidente Juan Manuel Santos (2010-2014), el país ha firmado seis acuerdos comerciales (Canadá, EFTA, EEUU, Unión Europea, Venezuela y Alianza del Pacífico), logró un aumento del 48% en las exportaciones (de 40.000 millones de dólares en 2010 a 59.000 millones en 2013) y registró un récord de inversiones de 17.000 millones en 2013.
Son todos avances notorios en un escenario económico que se muestra esquivo para la mayoría de los países de la región. Son conquistas que aumentan también la popularidad de Santos, quien destaca que en su primer mandato el paro ha caído al 8,4%, se han creado 2 millones de empleos, han salido de la miseria y la pobreza 3,8 millones de colombianos, ha disminuido la inflación y se han construido cerca de un millón de viviendas.
A mitad de camino
"Hemos hecho mucho, pero falta mucho por hacer" es el slogan de su segundo mandato (2015-2019), en el que se propone abrir más la economía al comercio exterior, ampliar la conexión con las cadenas globales de valor y aprovechar el acceso a los mercados externos, con la mira puesta en Asia a través de la Alianza del Pacífico (México, Perú y Chile).
Puede leer el reportaje completo en la revista DIRIGENTES del mes de octubre
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