Los 5.700 millones de euros del escándalo de la lista Falciani en la filial suiza del HSBC es sólo la punta del iceberg en los miles millones que circulan a través de paraísos fiscales gracias a la ingeniería del sistema financiero. Otro gran banco europeo se encuentra en el ojo del huracán por facilitar y favorecer la evasión de impuestos de sus grandes clientes. La fiscalía alemana investiga a la filial de Luxemburgo del Commerzbank por este motivo.
El pequeño ducado europeo no se considera un paraíso fiscal pero sí gracias a la puesta en práctica del secreto bancario ha favorecido en los últimos años el negocio de banca privada de grandes entidades para atraer capitales que buscan la discreción. Se sospecha que bancos, gestores de patrimonios y abogados de Luxemburgo han ayudado a miles de clientes de todo el mundo a esconder patrimonios en empresas fantasmas. El origen de este procedimiento está en un disco compacto que compró la Agencia Tributaria del Estado federado de Renania del Norte Westfalia (oeste) con datos de personas que han evadido impuestos.
El país siempre niega que es un paraíso fiscal, pero lo cierto es que las autoridades no son ejemplo de colaboración contra el frauda entre los socios europeos. Hace unos meses, también se desveló que durante el mandato como primer ministro del actual presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, que se habían formalizado pactos fiscales ocultos con grandes multinacionales para fijar unos impuestos por debajo de la ley.
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