Junio, septiembre o diciembre son las fechas que se barajan para el primer incremento del precio del dinero desde 2006. Aunque no está descartado del todo el primero de los meses, lo cierto es que el consenso apuesta más porque sea entre el otoño y el cierre del año. Asimismo, la idea más generalizada es que el ritmo de repunte de los tipos será pausado y midiendo a cada paso el impacto en economía y mercados.
"La Fed tiene previsto subir los tipos pues la economía ha salido finalmente de la Gran Recesión y el consumidor está listo para ser el motor del crecimiento en los próximos trimestres", explica Rick Harrel, analista senior de deuda soberana de Loomis, Sayles & Company. Para dicho experto, este contexto "seguirá siendo un buen apoyo para los productos de spread, especialmente el high yield.
En concreto, señala a los activos titulizados, incluidos los hipotecarios, que deberían "beneficiarse de un mejor consumo y fortaleza del sector inmobiliario de Estados Unidos. Y, a pesar de que los mercados emergentes han sufrido un duro golpe, hay valor en el high yield (denominado en dólares) corporativo en algunos países e industrias".
Por su parte, Scott Schweighauser, presidente y gestor de carteras de Aurora Investment Management, apuesta por una serie de movimientos alternativos, ahora que los bonos van abandonando su papel de "ancla" en las carteras de los inversores. En concreto, cree que las "operaciones direccionales "pueden ayudar a cambiar los enfoques de compra hacia empresas que se comportarán mejor ante una subida de tipos. Asimismo, señala a los instrumentos de deuda garantizados con interés variable; a un posicionamiento corto en bonos o a la adición de exposición a materias primas o metales que tienen a apreciarse ante los repuntes en el precio del dinero.
En el mercado de divisas, Brigitte Le Bris, jefa de mercados emergentes y divisas de Natixis Asset Management, afirma que la subida de los tipos debería "tener un impacto positivo en el dólar estadounidense y afectar negativamente a las monedas con fundamentales débiles o muy bajos rendimientos". Euro y yen serían los primeros candidatos para sufrir una "mayor depreciación"; mientras que en los emergentes, la rupia india y la indonesia deberían resistir bien, a diferencia de la lira turca.
Asimismo, coincide con Harrel al afirmar que "el universo del high yield está comenzado a parecer más atractivo. Creo que la mayor parte de los riesgos en esta zona parecen estar desapareciendo, mientras que un diferencial superior debería actuar como amortiguador a cualquier aumento en las rentabilidades de los bonos estadounidenses". Añade también que, a pesar de las bajas perspectivas de crecimiento para los emergentes y los retos, los activos de estos países ofrecen oportunidades, siempre siendo muy selectivos, y señala a India, Indonesia y Brasil.
Finalmente, David Jilek, estratega jefe de Gateway Investment Advisers, cree que la mejor forma de posicionarse ante la posible subida de tipos de interés de la Fed pasa por seguir favoreciendo la renta variable frente a la renta fija; tener cuidado con los vencimientos cortos en la deuda; y "disfrutar de la volatilidad en las Bolsas mediante la gestión del riesgo", es decir, sino se desea asumir el riesgo total que suponen las acciones, pero disminuir la exposición a los bonos, su recomendación es emplear "estrategias de cobertura de capital".
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