Para evitar estas pequeñas crisis surgen los pequeños localizadores que se puede incorporar a cualquier objeto de valor con el fin de no perderlo jamás.
Los hoteles son los grandes testigos del extravío de objetos. Muchos tienen ya una base de datos con un registro exhaustivo de las pertenencias olvidadas por los consumidores, sin embargo el 90% de los clientes nunca llegan a reclamarlos.
Muchos son los objetos que acaban en cualquier punto de la geografía española con la esperanza de poder ser recuperados algún día. Por poner un ejemplo, por las oficinas de objetos perdidos de Madrid, a la que llegan los artículos extraviados en la vía pública, autobuses y taxis, pasan cada año alrededor de 50.000 artículos.
En periodos vacacionales como Semana Santa, los trayectos y viajes se suceden por tierra, mar y aire. No solo son los hoteles los que encuentran tus pertenencias, según AENA, el año pasado Iberia subastó 20.650 objetos perdidos. En todos estos casos se podrían haber recuperado de haber conocido su ubicación.
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