Comprar deuda griega: ¿jugada maestra o pérdida asegurada?

En una entrevista concedida a Bloomberg, el jefe de renta fija europea de BlackRock, Michael Karutzberger, sorprendía al anunciar estas operaciones de compra de deuda helena. "Aunque los titulares no pintaban nada bien el escenario, si miras en términos de precios, pensamos que el pesimismo ha asido demasiado extremo", explica el directivo, cuyo equipo gestiona cerca de 60.000 millones de euros en activos.

Hace apenas un mes, antes del reférendum que disparó la rentabilidad de los bonos helenos, y de los periféricos, otras firmas se adelantaban al movimiento que ahora ha realizado BlacRock. Allianz, por ejemplo, se convertía a través de su gestora Pimco en el segundo mayor acreedor de Grecia, solo por detrás del BCE, con 1.215 millones de euros. En realidad, Pimco invierte el capital por cuenta de clientes. La exposición directa de Allianz a Grecia es de 2 millones de euros, de acuerdo con su cuenta de resultados del primer trimestre. La gestora con sede en Estados Unidos mantiene 888,4 millones de euros en deuda pública helena, y Pimco Funds Global Investors, con sede en Irlanda, otros 326,7 millones de euros.

Otros grandes inversores en deuda helena, pero un nivel por debajo de la gestora de Allianz, son las firmas Putnam Investments, con 469,9 millones de euros, así como la gestora francesa Carmignac Gestion, con 424,1 millones euros conocidos en esta clase de activos.

Lo cierto es que si la jugada les sale bien, las plusvalías para sus clientes pueden ser más que generosas. El rendimiento de los bonos griegos, que se mueve de manera inversa al precio, se ha disparado ese año, con lo que la deuda del país heleno ha sido la de peor comportamiento en lo que va de año, con pérdidas del 23% en su conjunto, según los datos recopilados por Bloomberg a escala global.

De momento, y aunque la situación sigue siendo tremendamente compleja para el país, el temido Grexit no se ha producido. Y esa es la apuesta de Blackrock para añadir deuda helena a las carteras de sus clientes más agresivos. Es más. Si se cumplen las previsiones, esta apuesta podría ser mejor que la inversión en deuda periférica, donde a pesar de la volatilidad, el efecto contagio ha sido muy limitado en los últimos meses.

¿Cómo se ha comportado la deuda periférica?

Haciendo una comparativa entre la evolución de las distintas primas de riesgo periféricas, se observa cómo Italia, España y Portugal han mantenido relativa calma frente a las turbulencias. La prima de riesgo helena comenzó el año en 876 puntos básicos, con el rendimiento de su bono a 10 años en el 9,26%. El mayor repunte fue registrado tras el referéndum del pasado 5 de julio, cuando la rentabilidad del bono superó el 19%, disparando la prima de riesgo por encima de los 1.980 puntos básicos. Hoy, la cifra se sitúa en el entorno de los 1.000 puntos, con el rendimiento del bono a 10 años en el 11,24%.

Mientras, la prima de riesgo española ronda los 118 puntos con el bono en el 1,94%, no muy superior a los 100 puntos básicos (y el bono en el 1,61%) con el que comenzó el año. La misma situación se repite en otros periféricos como Italia y Portugal. La prima de riesgo italiana se sitúa ahora en 115 puntos básicos, por debajo de la española y con el rendimiento del bono a 10 años en el 1,90%. Tampoco se ha disparado desde el 1,74% de principios de año, cuando su prima de riesgo rondaba los 134 puntos básicos.

En el caso de Portugal, la situación incluso ha mejorado respecto a comienzos de año. Su prima de riesgo se sitúa actualmente en 181 puntos básicos, con la rentabilidad de su bono a 10 años en el 2,57%. A principios de año, la cifra se situaba en el 2,69%, con la prima de riesgo en 196 puntos básicos.

Las cifras demuestra que el contagio ha sido limitado. Aún así, la prudencia se impone en la deuda periférica, ante la volatilidad que sigue presente en el mercado. En las últimas semanas, firmas como Deutsche AWM han decidido rebajar su recomendación en este segmento del mercado, a la espera de comprobar el impacto y el efecto contagio que pueda tener en los spreads la incertidumbre por el futuro de Grecia.

Del mismo modo, Markus Allenspach, estratega jefe de renta fija de Julius Baer, reconoce que hay que estar atentos a la deuda periférica y que la volatilidad seguirá siendo alta. Pero, concluye: "Las duras negociaciones entre Grecia y el resto de la Unión Europea (UE) muestran cuán profundamente anclada está la política de estabilidad hoy en día". Por eso, creen que "cualquier distorsión en los mercados periféricos es una oportunidad para construir posiciones y beneficiarse de las perspectivas de un mayor crecimiento en toda Europa, lo que fomentará la convergencia en el medio plazo".

En un reciente informe, los expertos de Barclays también apuntaban al potencial de la deuda periférica, señalando precisamente esa falta de contagio a largo plazo de la crisis griega en otros mercados. La razón principal está detrás del plan de estímulos del BCE, que según la firma será suficiente para prevenir una venta masiva en el mercado secundario, pase lo que pase en Grecia.
 

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