El gigante de la banca suiza pasa de un beneficio en 2014 de 691 millones de francos a unas pérdidas que alcanzan los 5.300 millones. En el último trimestre de 2015, las pérdidas alcanzaron los 6.400 millones, incluido un gasto extraordinario de 3.800 por la adquisición del banco de inversión Donaldson, Lufkin & Jenrette.
Además, Credit Suisse despedirá a 4.000 empleados lo que supondrá un ahorro sw 1.200 millones de francos al año. A pesar de que la entidad prevé que la volatilidad continúe durante todo el año 2016, su CEO Tidjane Thiam asegura, en declaraciones a la CNBC, que "es un buen momento para comprar bancos" ya que, añade, "todos los escenarios del fin del mundo no están justificados".
Estos resultados marcan un punto de inflexión de la entidad que se ha comprometido a reducir, al igual que UBS, la división de banca de inversión en favor de la banca privada.
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