La vuelta al cole coincide con el fin del verano, una época en la que se juntan los gastos elevados durante las vacaciones con las necesidades que hay que acometer con motivo del inicio del curso escolar.
Planificar con antelación y aplicar algunos consejos prácticos pueden ayudarte a mantener tus finanzas bajo control en la temida «cuesta de septiembre» y evitar que el preocupante estrés financiero se una a la vuelta al trabajo.
EFPA España ha elaborado una breve guía que ofrece una serie de claves sencillas para gestionar la vuelta de las vacaciones de la mejor manera posible, desde el punto de vista financiero, garantizando el mínimo impacto en el bolsillo y un comienzo de curso tranquilo.
Las cuatro claves para evitar el estrés financiero
Revisa tus gastos e ingresos
El fin del verano es el momento ideal para revisar los gastos realizados, tanto durante las vacaciones como a lo largo del periodo anterior, y ajustar las previsiones financieras para el nuevo curso. Analizar detalladamente a qué se ha destinado el dinero permite identificar áreas donde se puede ahorrar o recortar en el futuro. Además, actualizar las previsiones de desembolsos, teniendo en cuenta los gastos escolares, como material, uniformes y actividades extraescolares, es clave para evitar sorpresas y mantener las finanzas bajo control de cara al nuevo curso.
Una vez analizados los gastos, es el momento de revisar tu presupuesto general. Evaluar si los desembolsos previstos se ajustan a la capacidad de gasto actual, en base a los ingresos, es fundamental para evitar desequilibrios. Actualiza tu presupuesto mensual disponible, teniendo en cuenta el nivel de ingresos y esos gastos necesarios, que puede incrementarse si, por ejemplo, un nuevo miembro de la familia empieza el colegio o la escuela infantil. Asimismo, es importante revisar y ajustar las metas financieras; si algún objetivo se vuelve inalcanzable o menos prioritario, podría ser necesario modificarlo o incluso establecer nuevos objetivos más realistas.
Establece una nueva rutina de ahorro: la regla de los 30 días
Con la vuelta al cole, es un buen momento para instaurar una nueva rutina de ahorro que involucre a toda la familia. Un truco útil es crear un bote de ahorro familiar donde cada miembro aporte una pequeña cantidad de dinero regularmente, ya sea a través de una hucha física o una cuenta bancaria compartida. Este bote puede destinarse a objetivos comunes, como actividades de ocio familiar o incluso un fondo para imprevistos. Además, puedes implementar la regla de los «30 días»: antes de realizar una compra no esencial, espera un mes para ver si realmente es necesaria. Este simple hábito puede evitar gastos impulsivos y fomentar una mentalidad de ahorro en toda la familia.
Pide ayuda a tu asesor financiero para optimizar tus ahorros
La vuelta de las vacaciones puede ser un buen momento para ver cuál es nuestro plan de ahorro e inversión y revisar o cambiar aquello que sea necesario. Si tenemos una cierta capacidad de ahorro, podemos ver con un profesional cuál es la mejor estrategia de inversión, en base a nuestros intereses, necesidades, capacidad de ahorro y nuestro perfil de riesgo e identificar nuevas oportunidades. Aprovecha también para realizar una revisión completa de los productos contratados: evaluar las condiciones de tus préstamos, cuentas bancarias, tarjetas de crédito y otros instrumentos financieros. Es posible que encuentres oportunidades para refinanciar un préstamo a una tasa de interés más baja, consolidar deudas o incluso destinar tus ahorros a un producto que te genere una buena rentabilidad.
Aprovecha para abrir una cuenta a tus hijos. Convierte el ahorro en una responsabilidad de toda la familia
El ahorro no debe ser solo una responsabilidad de los padres, sino un compromiso compartido por toda la familia. Involucrar a todos los miembros, incluidos los niños, en la planificación y gestión de los gastos puede ser una excelente manera de enseñarles el valor del dinero y la importancia de administrar los recursos de manera eficiente. Por ejemplo, los niños pueden participar en decisiones financieras pequeñas, pero significativas, como elegir entre diferentes opciones de material escolar, dentro de un presupuesto establecido, o decidir si es realmente necesario comprar algo nuevo o si se puede reutilizar lo del año anterior. Esta práctica no solo ayuda a reducir gastos, sino que también fomenta la toma de decisiones conscientes y responsables desde una edad temprana.
Además, es una buena oportunidad para abrir una cuenta remunerada a nombre de los más pequeños de la casa para que vayan conociendo el valor del dinero, la importancia del ahorro y nociones sobre inversión.