La incertidumbre política continúa acechando Brasil. Aunque tras la destitución de Dilma Rousseff, que fue aprobada por el Senado hace apenas 3 días, era para muchos un paso hacia la estabilidad y el símbolo de que el país dejaba atrás los continuos escándalos de corrupción en el poder, ahora el señalado es el actual presidente Michel Temer. Rousseff, en el poder desde el 1 de enero de 2011, fue sustituida en mayo de este año tras ser juzgada por maquillar las cuentas públicas con el objetivo de asegurar su reelección en 2014, algo que volvería hacer al año siguiente. Por su parte, el histórico presidente Inácio Lula da Silva, aunque todo apunta a que será el candidato a las elecciones brasileñas por parte del Partido de los Trabajadores (PT), se ha visto envuelto en el escándalo de corrupción de la compañía petrolera semi estatal Petrobras.
hemeroteca