El capitán y un miembro de la tripulación del barco que naufragó el sábado en el Mediterráneo, en el que viajaban al menos 700 personas, han sido arrestados por ser sospechosos de tráfico de personas, según ha informado el ministro del Interior italiano, Angelino Alfano.
El ministro de Infraestructuras, Graziano Delrio, ha afirmado que el fiscal de Catania, Giovanni Salvi, ha ordenado el arresto de ambos hombres, que figuran entre los supervivientes rescatados tras el suceso. "La lucha contra los traficantes de la muerte continúa. El Estado no les dará respiro", ha agregado, según ha informado el diario italiano Il Corriere della Sera. Las autoridades han abierto una investigación por homicidio tras la tragedia.
El mar Mediterráneo vive una de las mayores tragedias de su historias al naufragar un pesquero con cerca de 700 personas que había partido de Libia a la isla de la Lampedusa (Italia). La Guardia costera italiana ha rescatado 28 de los inmigrantes que viajaban en el barco y ha recuperado 24 cuerpos, mientras unidades navales prosiguen la búsqueda del resto de pasajeros.
El suceso ocurrió la madrugada del domingo cuando los guardacostas italianos recibieron una llamada de socorro en la que les avisaron de que el barco en el que viajaban se encontraba en peligro. Las autoridades italianas pidieron ayuda a un mercante luso que se encontraba próximo ante el temor de no llegar a tiempo al auxilio. En las maniobras de aproximación, la mayoría de inmigrantes se movieron al lateral de la embarcación provocando el hundimiento de la nave, según los primeros testimonios de los supervivientes al Acnur.
El barco portugués comenzó entonces las labores de rescate, mientras se desplazaban al lugar unidades de la Guardia Costera italiana, la Guardia de Finanza y la Marina Militar y de la Armada de Malta, pues el suceso se produjo en aguas cercanas a la isla, pero solo pudieron salvar a 28 personas.
Esta semana otros 400 inmigrantes desaparecieron en el mismo trayecto, aunque las autoridades italianas no han confirmado todavía el incidente.
En una comparecencia extraordinaria, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha pedido ayuda al resto de socios europeos y ha lamentado que Italia trabaje sola en el rescate y auxilio de inmigrantes en el Mediterráneo.
Europa conmocionada
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha solicitado la reunión urgente de los líderes de la Unión Europea para la próxima semana con objeto de discutir la respuesta a la inmigración a la luz de esta última tragedia. Por su parte, la jefa de la diplomacia europea, la italiana Federica Mogherini, ha instado a los Gobiernos de la Unión a respaldar acciones para proteger a los inmigrantes en el Mediterráneo.
Tras la caída de la dictadura de Muammar Gaddafi, Libia se ha convertido en la principal ruta de inmigración ilegal procedente del África Subsahariana y Oriente Próximo. Las mafias están aprovechando la inestabilidad del actual Gobierno inmerso en una guerra civil.
Sólo este año han llegado a las costas italianas alrededor de 20.000 inmigrantes, según el Ejecutivo italiano. Italia eliminó la operación Mare Nostrum (Nuestro Mar) a finales del año pasado, abriendo paso a la nueva misión de control de fronteras de la Unión Europea, Tritón, que ha sido duramente criticada por grupos humanitarios y autoridades italianas, ya que cuenta con menos presupuesto y menos competencias.
El accidente ha conmocionado no sólo a Italia, también al resto de Europa. El Papa Francisco, visiblemente afectado por la tragedia durante el rezo del Ángelus, ha realizado un llamamiento "a la comunidad internacional para que actúe con decisión y prontitud, con el objetivo de evitar que este tipo de tragedias vuelvan a ocurrir". El Pontífice ha puesto énfasis en que "son hombres y mujeres como nosotros, hermanos que buscan una vida mejor, hambrientos, perseguidos, heridos, explotados, víctimas de guerras, que buscan una vida mejor. Buscaban la felicidad".
También se han manifestado los líderes de España y Francia para apoyar la denuncia de Renzi. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha advertido que "los europeos nos jugamos nuestro crédito si no somos capaces de evitar estas dramáticas situaciones", y ha añadido, que "ya no valen las palabras, hay que actuar". Por su parte, el presidente francés, François Hollande, ha pedido "una reunión rápida" de los ministros europeos de Interior y Exteriores, y ha pedido más más medios para la operación que desempeña la UE en aguas del Mediterráneo para evitar este tipo de tragedias.
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