La cifra de muertos por el terremoto que azotó al centro de Italia alcanzó al menos las 241 personas y podría subir más, después de que los equipos de rescate trabajaran durante la noche para intentar hallar supervivientes bajo los escombros de las ciudades devastadas.
Muchas personas amanecieron asustadas el jueves, tras pasar la noche en automóviles o tiendas de campaña mientras la tierra seguía temblando bajo sus pies, ya que cientos de réplicas siguieron al seísmo. Dos de ellas alcanzaron magnitudes 5,1 y 5,4 justo antes de la salida del sol.
"No he dormido mucho, porque estaba realmente asustado", dijo Arturo Onesi, de 70 años, de la población de Arquata del Tronto, que pasó la noche en una tienda de campaña para supervivientes y equipos de rescate.
El movimiento telúrico fue tan potente que se sintió en Bolonia al norte y Nápoles al sur, ciudades que están a más de 220 kilómetros de su epicentro. Muchos de los muertos y heridos estaban pasando sus vacaciones estivales en las cuatro localidades más golpeadas, Amatrice, Pescara del Tronto, Arquata del Tronto y Accumoli, en las que aumenta la población hasta 10 veces en el verano. Esto hace más difícil elaborar un registro de los fallecidos.
El portavoz del primer ministro italiano, Matteo Renzi, afirmaba en Twitter que el Gobierno estaba en contacto con la agencia de protección civil del país y está siguiendo de cerca la situación. El último gran terremoto que azotó a Italia afectó a la ciudad de L’Aquila en 2009, causando más de 300 muertos.
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