En los últimos meses Matteo Renzi ha cambiado de discurso, posicionándose con los críticos a la Unión Europea. Desde el Brexit, el primer ministro italiano ha endurecido sus palabras contra las restrictivas políticas comunitarias, sobre todo viendo que la economía de Italia se resiente. Después de cinco trimestres consecutivos en positivo, el PIB del segundo trimestre del año tuvo un crecimiento cero, a la cola de la Eurozona, pese a que las previsiones apuntaban a un crecimiento del 0,2%. Varias fueron las causas del estancamiento: dudas de los mercados por la salud de los bancos, Brexit, incertidumbre política por el referéndum, pero dos fueron fundamentales. Por un lado, el retroceso en la producción industrial, (-0,4% en junio con relación a mayo y -1%), y por otro, la interrupción de la demanda interna. Ya en agosto, Renzi lanzó una ofensiva a la institución: «Queremos más flexibilidad para hacer una ley de presupuestos expansiva. Los vínculos europeos no nos pueden mandar a la recesión». Esta idea la confirmaba en una entrevista a La Stampa el ministro para el Desarrollo Económico, Carlo Calenda, quien afirmó: «Pediremos a Europa toda la flexibilidad posible. Atravesamos el periodo más difícil de los últimos 50 años». Ahora, el primer ministro ha decidido abstenerse en la votación de los presupuestos europeos, lo que ha sido entendido por sus socios europeos como una nueva ofensiva. «Hemos puesto el primer veto en la negociación del Presupuesto en Bruselas. Lo ha hecho el subsecretario Sandro Gozi en mi nombre», aseguró el dirigente en un acto en la Universidad siciliana de Catania, una de las ciudades más afectadas por la llegada masiva de inmigrantes. Renzi aprovechó la oportunidad para ahondar en este candente tema, y explicó que está en contra de las medidas de Bruselas, que deja a los sicilianos a cargo de la inmigración para después dar mayores prestaciones «a los países que alzan muros y que no aceptan ningún tipo de acuerdo». En referéndum decisivo Muchos señalan a Renzi como el próximo líder en caer en el abismo. Para otros es simplemente el último representante del nuevo orden político que se está gestando, con el Brexit y la victoria de Donald Trump en Estados Unidos como socios fundadores. Los italianos votarán a favor o en contra de un conjunto de reformas destinadas a mejorar la gobernanza en Italia, el próximo 4 de diciembre. Los cambios propuestos por el primer ministro reducirán el tamaño y el poder del Senado, que actualmente tiene el mismo poder que la cámara baja y puede derrocar Gobiernos y volver a redactar las leyes. También hará que las regiones recuperen autoridad. Aunque tal decisión no parece de la misma magnitud que, por ejemplo, el Brexit, el triunfo del no podría tumbar a Renzi, ya que el referéndum se ha convertido en voto de protesta o de apoyo hacia Renzi. No es el único problema del líder italiano, ya que tiene ‘en la nuca’, el aliento del movimiento antisistema Movimiento 5 Estrellas, fundado por el cómico Beppe Grillo. Este se ha convertido en el segundo partido más importante de Italia según las encuestas, que además vaticinan que los italianos darán la espalda a su primer ministro en la próxima votación, para tender la mano a este nuevo partido, que propone un referéndum sobre el euro.
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