La digitalización ya no es una opción, sino un factor que llegará a determinar la propia supervivencia empresarial. Pese a que la existencia de herramientas para ello imperan desde hace un par de años, la realidad es que la necesidad de ser online ha comenzado a permeabilizar entre el pequeño y mediano empresario español ahora. Según el Observatorio de Competitividad Empresarial, elaborado por la Cámara de Comercio de España, las pymes disponen tanto de las infraestruturas necesarias para adaptarse a los cambios tecnológicos, como de los recursos humanos adecuados para su uso.
Su talón de Aquiles radica en la dificultad para implementar los niveles más avanzados en este ámbito, como son la utilización de los servicios de cloud computing y aquellos vinculados al negocio electrónico (e-business). Los expertos entienden por pyme digitalizada aquella que se apoya en las nuevas tecnologías y maneras de trabajar con el objetivo de ser más eficiente y establecer nuevos modelos de relación entre partners, clientes y proveedores.
La digitalización de la pyme podría llegar a incrementar el PIB español un 5%
La idea pasa por reorientar los nuevos modelos de gestión y poder desarrollar así una vinculación con el nuevo consumidor digital, sobre todo, en el caso de las microempresas (de uno a nueve trabajadores) al ser las que mayores obstáculos encuentran para abordar dicho reto. En este sentido, si bien los datos del citado estudio arrojan unos niveles de conectividad y equipamiento altos, el problema radica cuando se analiza el empleo de aplicaciones de gestión o la utilización del software en el desarrollo empresarial, cuyo grado de penetración es mucho menor. «No todas las pymes están concienciadas de la necesidades o virtudes de la digitalización», asegura a DIRIGENTES el secretario general de Cepyme, Pedro Fernández Alén.
«No es tarde. La digitalización está ahora en la parada», comenta a DIRIGENTES el secretario general de Cepyme, Pedro Fernández Alén
Aunque el uso de Internet se encuentra bastante extendido, hay aspectos que figuran como asignatura pendiente. Es, por ejemplo, el caso del software de desarrollo empresarial, las aplicaciones de gestión empresarial y el uso de Intranet. «No es tarde. La digitalización está ahora en la parada. Lo que hay que hacer es subirse al tren lo antes posible. El último se queda sin asiento», añade al tiempo que incide en la necesidad de una «digitalización inmediata«. Un proceso que podría llegar a incrementar en un 5% el PIB español.
Conocer el grado de madurez digital
Llegados a este punto, la pregunta que todo pequeño y mediano empresario debería hacerse después de analizar el estado de madurez digital de la compañía sería la manera en que debe abordar esta cuestión. A rasgos generales, se trata de un perfil proactivo que comparte a través de la red contenidos, ideas y opiniones tanto positivas como negativas. Un hecho reforzado por la idea de la hiperconectividad que les permite tener una gran cantidad de información a su disposición. Así, en función de los objetivos del negocio, lo primero que debe hacer toda compañía pasa por buscar el posicionamiento deseado con respecto a la transformación digital y diseñar una hoja de ruta en la que se prioricen las necesidades.
Para conseguirlo, varios son los pilares sobre los que se asienta y entre los que destaca la mejora de las ventas y la relación con los clientes a través de la incorporación de nuevos canales de atención o el desarrollo de una página web que sirva de extensión al negocio. Por el lado de la productividad se encuentran el uso de aplicaciones informáticas y de almacenamiento en la nube, además de la gestión integrada de las comunicaciones multicanal como, por ejemplo, chats, correo electrónico o videoconferencias. Sin olvidarse de otras habilidades transversales como la innovación abierta a través de la colaboración con startups, universidades u otras empresas del mismo sector o la imposición de una cultura digital dentro de la organización con la seguridad de los datos empresariales como pieza clave.
El papel de las redes sociales
En el momento actual, existen tres maneras de cuidar la imagen en Internet: la página web, el blog y las redes sociales, especialmente, ésta última. Las redes sociales destacan por el importante peso que desempeñan dentro del ecosistema digital, hasta el punto de llegar a convertirse en el boca a boca del siglo XXI. Se trata de un canal directo, gratuito y fácil de utilizar que bien explotado puede ser el mejor aliado para un pequeño negocio. «Hay que trabajar emociones y así conseguiremos que se acuerden de mí», asegura el Digital Trade Marketing Head de Pa Digital, Carlos Bastarreche.
Durante la jornada celebrada en Madrid ‘#YaSomosFuturo’, un movimiento de apoyo a autónomos y microempresas, Bastarreche, puso sobre la mesa un par de consideraciones a tener en cuenta en la red como es cuidar la experiencia del usuario, ya que puede convertirse en un arma de doble filo. Su mal uso puede viralizarse y generar, precisamente, el efecto contrario. A ello hay que añadir otros factores como la actualización de contenido para que Google lo tenga en cuenta de cara a su posicionamiento. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que la digitalización no viene a sustituir, sino a complementar los modelos de negocio ya existentes.
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