Este pasado jueves, el consejo de administración de El Corte Inglés dio paso a una nueva etapa en el seno de la compañía. Tras varios meses de discordia entre el anterior presidente, Dimas Gimeno, y las máximas accionistas, sus primas Marta y Cristina Álvarez Guil, el máximo órgano del grupo ha optado por un cambio […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 15 jun 2018
Este pasado jueves, el consejo de administración de El Corte Inglés dio paso a una nueva etapa en el seno de la compañía. Tras varios meses de discordia entre el anterior presidente, Dimas Gimeno, y las máximas accionistas, sus primas Marta y Cristina Álvarez Guil, el máximo órgano del grupo ha optado por un cambio de dirigente.
Así, todos los consejeros, salvo Gimeno, que se ausentó de la reunión, aprobaron por unanimidad el nombramiento del hasta ahora consejero delegado del grupo, Jesús Nuño de la Rosa, como nuevo presidente del grupo, tras decidir por mayoría la destitución de Dimas Gimeno.
Una vez oficializado el cambio en la presidencia, Nuño de la Rosa, que es el primer máximo dirigente del grupo que no pertenece a la familia fundadora, debe acometer una serie de desafíos que se le presentan a El Corte Inglés. Tras su nombramiento, el propio presidente reconocía que le esperan “retos importantes y apasionantes para los que contamos con un gran equipo de profesionales”.
Entre esos retos, puede que el más acuciante sea la creciente competencia que presentan las grandes compañías online y en especial Amazon. El Corte Inglés ha extremado los esfuerzos en los últimos años para ampliar su catálogo y ofrecer tiempos de entrega igual de atractivos que los de la empresa de Jeff Bezos, diversificando aún más un grupo que tiene a gala ofrecer desde productos de moda a paquetes vacacionales, pasando por seguros.
Otro de los desafíos es el de continuar el proceso de profesionalización de la gestión en El Corte Inglés que ya inició su predecesor. De hecho, la elección de Nuño de la Rosa, un dirigente que lleva tres décadas en el grupo asumiendo paulatinamente cada vez más responsabilidades, supone un paso adelante en esta estrategia para optimizar la gestión corporativa.
Todo ello deriva en la propia situación económica del grupo. El Corte Inglés presume actualmente de un beneficio neto consolidado de más de 160 millones de euros en los últimos dos años y de una facturación anual de 15.500 millones, gracias a la labor de sus 92.000 empleados, que atendieron el año pasado a 670 millones de clientes.
Sin embargo, la compañía afronta un problema de deuda, que asciende a 3.650 millones de euros tras su refinanciación el pasado mes de enero. Esta operación se concretó en un contrato de financiación con Banco Santander, Bank of America Merrill Lynch y Goldman Sachs, negociado por el propio Nuño de la Rosa.
Por otra parte, la entrada en 2017 del jeque catarí, Hamad bin Jassim bin Jaer al Thani, que se hizo con un 10% de su capital social por 1.000 millones de euros, parece abocar al grupo a una salida a Bolsa, una situación que la compañía ha evitado anteriormente. Mientras fuentes de mercado valoran a la compañía entre 8.000 y 10.000 millones de euros, esta opción parece descartada tras la destitución de Gimeno, el principal valedor del desembarco bursátil de El Corte Inglés.
Por último, el reto más complicado que afronta Jesús Nuño de la Rosa es el de pacificar su consejo de administración tras el contencioso con su predecesor. No parece una tarea sencilla, pero el nombramiento del hasta ahora consejero delegado, visto por los consejeros como un candidato de consenso y con valía profesional, parece reencauzar la situación del grupo.