El sector asegurador afronta grandes retos en el horizonte, pero también puede ser un gran aliado para avanzar hacia una economía más sostenible, así lo cree Pilar González de Frutos, presidenta de UNESPA, quien además lamenta la postura del Gobierno en materia impositiva y en el tratamiento de los ahorros de los españoles. DIRIGENTES. Dentro […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 23 ago 2022
El sector asegurador afronta grandes retos en el horizonte, pero también puede ser un gran aliado para avanzar hacia una economía más sostenible, así lo cree Pilar González de Frutos, presidenta de UNESPA, quien además lamenta la postura del Gobierno en materia impositiva y en el tratamiento de los ahorros de los españoles.
DIRIGENTES. Dentro del sector asegurador, como en el resto de la economía, la inflación está siendo uno de los grandes riesgos actuales, ¿cómo está afectando al sector y qué se puede esperar en los próximos meses?
Pilar Gonzáles de Frutos. Es previsible que los efectos de segunda ronda de la inflación impacten sobre el coste de los servicios que prestan las aseguradoras, pero existen variables que permiten contener esos efectos. Hay que recordar que existe una fuerte competencia entre aseguradoras y que este es un ámbito que pertenece a la total libertad estratégica de cada uno de nuestros asociados.
D. Dentro del mundo asegurador, estamos viendo una tendencia volátil entre los seguros multirriesgo y patrimoniales, ¿a qué se debe?
P.G.F. El conjunto de seguros de no vida está ya un 8,4% por encima de los niveles de 2019. Tomamos este año como referencia porque la pandemia de COVID-19 hizo que el conjunto del ejercicio 2020, y parte del 2021, fueran particularmente inusuales.
El mayor dinamismo respecto de 2019 se observa en tramos como los seguros patrimoniales multirriesgo, que ha subido un 13,6% desde su posición previa a la pandemia; y, sobre todo, los seguros de salud, que facturan un 18,4% más que dos años antes, impulsados por una tendencia clara al incremento de la clientela.
El único ejemplo en este conjunto cuya situación continúa por debajo de los niveles de 2019 es el seguro del automóvil (sus ingresos por primas son un 1,4% más bajos que dos años antes). Este tramo se encuentra sometido a una competencia genera lizada y a las interrupciones de las líneas de abastecimiento, que frenan la venta de vehículos nuevos.
D. Valorando la actual situación, ¿cuál es la capacidad de inversión del sector y qué perspectiva se maneja sobre ello?
P.G.F. El sector asegurador es actualmente uno de los mayores inversores institucionales de España con alrededor de 305.000 millones de euros de inversión en activos de renta fija y acciones, pero también en infraestructuras e inmuebles.
El seguro puede contribuir a la transición hacia una economía sostenible. El interés de la industria por este tema queda reflejado, entre otras cuestiones, en la pertenencia de UNESPA, la asociación sectorial, al Centro de Finanzas Sostenibles y Responsables de España (Finresp).
Uno de los factores que impulsará la capacidad de la industria aseguradora de respaldar proyectos sostenibles será la elaboración de una taxonomía que permita identificar a dichos proyectos. Actualmente, disponemos de los criterios técnicos para identificar las actividades económicas alineadas con los objetivos 1 y 2 de la taxonomía (mitigación y adaptación al cambio climático).
El volumen exacto de inversiones sostenibles del seguro no se conoce todavía porque no hay una taxonomía definida. Lo que sí sabemos es que un 76% de las aseguradoras toma en consideración factores de sostenibilidad para definir su estrategia de inversión.
D. También me gustaría preguntarle por UNESPA, ¿cuáles son los retos de los próximos años y que nos puede contar sobre su continuidad en la Presidencia?
P.G.F. Los retos de UNESPA son, como no podía ser de otra forma, los retos del sector asegurador. Hay varias dinámicas que marcarán el futuro del seguro en los próximos años. Entre estas figuran el envejecimiento demográfico, los fenómenos naturales, la digitalización, los nuevos riesgos…
Respecto al tema de mi continuidad al frente de UNESPA, me gustaría destacar en primer término que la elección del presidente de UNESPA corresponde a las entidades asociadas. Son las aseguradoras quienes deciden quién les representa, no yo.
En estos momentos y hasta donde yo sé, el proceso de renovación de la presidencia de UNESPA no está abierto. Me encuentro en el tercer año de mi quinto mandato. Estoy plenamente dedicada, como he hecho los 19 años anteriores en que he trabajado para esta casa, en dar lo mejor de mí por el seguro español. Tenemos 73 proyectos normativos de calado encima de la mesa. Son proyectos que, como se podrán imaginar, requieren mi plena atención en estos momentos.
D. Cambiando de tema, hemos visto como desde la pandemia la carga impositiva en España, lejos de reducirse, ha aumentado, ¿cómo afecta esto al tejido empresarial de nuestro país?
P.G.F. La iniciativa tributaria emprendida por el Ejecutivo que más nos ha sorprendido en los últimos años ha sido el empeoramiento del tratamiento fiscal del ahorro de los particulares para la jubilación a través de dos reformas sucesivas del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).
El Gobierno se ha propuesto promover la previsión social colectiva –algo que apoyamos–, pero en lugar de aspirar a constituir ahorro nuevo en el entorno laboral, ha optado por canibalizar el ahorro que, a título particular, acumulaban los ciudadanos. Las últimas dos reformas fiscales han reducido hasta niveles testimoniales la cuantía deducible en el impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF) por aportaciones a título particular a planes de pensiones e instrumentos análogos. En dos años ha pasado de 8.000 a solo 1.500 euros. Esa aportación anual es manifiestamente insuficiente para generar un volumen de ahorro capaz de complementar la pensión pública el día de mañana.
D. Por último, con este actual riesgo creciente de recesión en Estados Unidos, ¿cuáles son las perspectivas económicas que contemplan dentro de la organización?
P.G.F. El elemento más importante a la hora de marcar la evolución económica en el corto y en el medio plazo es la política monetaria. El Banco Central Europeo se encuentra ante una situación que no es nada sencilla, pues las tensiones surgidas de nuevo en algunos spreads de deuda, eso que ahora llamamos fragmentación, aconsejan actuar en ese terreno; mientras que la inflación, que ya existe un consenso total en que no es un fenómeno provisional como se pensó en un inicio, parece demandar pasos en la dirección contraria. La Reserva Federal, efectivamente, parece defender con bastante claridad la idea de que prefiere que el país deba coquetear con la recesión en los próximos meses, tras el verano, a que se relajen los controles sobre los precios.