“En tres meses avanzamos en digitalización lo que en otras circunstancias habríamos tardado tres años”, comenta Roberto Martínez, director de la Fundación Másfamilia. Eso ha llevado a que el proceso de flexibilización y adaptación al teletrabajo de las empresas se haya acelerado, según reflexionó Martínez en un evento virtual la semana pasada. “Es una realidad […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 20 nov 2020
“En tres meses avanzamos en digitalización lo que en otras circunstancias habríamos tardado tres años”, comenta Roberto Martínez, director de la Fundación Másfamilia. Eso ha llevado a que el proceso de flexibilización y adaptación al teletrabajo de las empresas se haya acelerado, según reflexionó Martínez en un evento virtual la semana pasada.
“Es una realidad quenos está tocando vivir, es un proceso de transformación”, señaló el director de la Fundación. La pandemia ha influido decisivamente en la aceleración de dicho proceso, si bien “a muchos les ha pillado a contrapié”, reconoce Martínez, refiriéndose sobre todo a las pequeñas empresas, con menos recursos para realizar su adaptación a las nuevas circunstancias.
Sin embargo, no duda de que “el trabajo flexible está para quedarse”. Eso implica que todo tipo de negocios tendrán que encontrar su propia fórmula para proporcionar a sus empleados las herramientas que les permitan realizar este trabajo flexible. Es posible que “vayamos a una situación híbrida” cuando pase la pandemia, según entiende Martínez, “pero no volveremos a la situación anterior”, en referencia a la rigidez de las empresas para facilitar la flexibilidad que solicitan los trabajadores.
Por eso, el nuevo paradigma requiere “organizaciones flexibles” que se adapten más fácilmente a la nueva situación. En ese sentido, la Fundación Másfamilia lanza una iniciativa que posibilita a las empresas ese paso hacia la flexibilidad. Se trata de Workingflex, una herramienta enfocada sobre todo a pymes para que puedan dar pequeños pasos en su avance hacia el nuevo paradigma que describe Martínez.
“Nos hemos dado cuenta de que no afecta por igual”, dice Martínez. “Las grandes empresas tienen los recursos para dar respuesta, pero en las pymes muchas veces no es posible”, considera, dado que existen otras cuestiones más urgentes. De ese modo, Workingflex está concebido como un hub de servicios que la pyme puede utilizar para responder a los desafíos de la flexibilización del trabajo.
“Las pymes no son capaces de contratar servicios de consultoría a los precios que pueden hacerlo las grandes empresas”, destaca. Esa es la causa de que puedan “quedar fuera de esta realidad”. “Vemos que la pyme está tan justa de recursos que a veces no tiene la capacidad de avanzar en esto”, indica Martínez. Por ello se establecen hasta cinco tipos de servicios diferentes para las pymes.
En primer lugar, formación. Se trata de un proceso cultural que afecta a los empleados, pero también a los líderes. De ese modo, la Fundación colabora con la Universidad Europea para ofrecer cursos a las empresas por alrededor de 1.500 euros.
También se presta ayuda para adaptar planes de desconexión digital. El motivo es que el teletrabajo se ha acabado extendiendo a todo el tiempo de los trabajadores. “El teletrabajo debería ser para hacer lo mismo que hacíamos antes”, comenta Martínez en cuanto al contenido de trabajo. Estos planes se proporcionan por unos 700 euros.
En tercer lugar, se propone crear modelos de flexibilidad. Esto consiste en que cada empresa cree el suyo propio en base a sus características, sus empleados y el sector en el que se encuentra. Este servicio y su coste depende de las necesidades de la empresa, por ello oscila desde los 1.500 hasta los 6.000 euros.
El penúltimo servicio de Workingflex afecta a la incorporación de nuevos trabajadores a las empresas. Martínez cree que es evidente que los candidatos a un puesto de trabajo tienen más inquietudes con respecto a la flexibilidad de dicho puesto. Eso implica que la oferta deba considerar estas cuestiones para conseguir atraer al candidato más adecuado. Desde esta fundación califican las ofertas de trabajo en función de sus características con el objetivo de mejorarlas.
El hecho de que los trabajadores hayan estado en sus casas teletrabajando ha reducido sus posibilidades de acceder a ciertos beneficios que las empresas ya estaban ofreciendo. Estos tienen que ver con el bienestar físico, emocional, social, o con el desarrollo laboral. Por ello, este último servicio pretende ofrecer estas alternativas para las empresas, de modo que favorezca el bienestar de sus trabajadores.