En todas las compañías se precisa de un líder o una persona a la que seguir, que oriente a los profesionales y que sea capaz de alinear a toda la organización hacia un objetivo común. No obstante, en las empresas, a veces, hay referentes y otras no. No siempre se trata de los CEOs o […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 22 jul 2020
En todas las compañías se precisa de un líder o una persona a la que seguir, que oriente a los profesionales y que sea capaz de alinear a toda la organización hacia un objetivo común. No obstante, en las empresas, a veces, hay referentes y otras no. No siempre se trata de los CEOs o altos cargos, sino que otros profesionales en puestos intermedios o de la base de la jerarquía pueden capitanear inconscientemente a un equipo. En este sentido, la influencia personal y profesional es la idea que defiende Xavier Santigosa. Este profesor y conferenciante lleva más de dos décadas analizando este concepto en sus puestos de directivo de compañías multinacionales y como consultor independiente y formador. Todo ese trabajo confluye en la publicación de su primer libro El influencer que llevamos dentro, en el que define una estrategia de influencia y permite entrenar algunas habilidades claves en el ámbito profesional.
¿Qué le motivó a escribir este libro?
El libro surge de la confluencia de dos inquietudes. La primera viene de las empresas/cliente en las que hacemos intervenciones formativas con mi empresa, GymofSkills. Además de trabajar las habilidades comerciales, de comunicación, liderazgo y gestión de equipos, algunas veces nos llegaba una petición del tipo “necesitamos que las personas que no tienen equipo ni proyecto a su cargo quieran adquirir mayor protagonismo e incrementen su…su…” y no les salía la palabra correcta para definir lo que buscaban. Un día me salió espontáneamente: “¿su influencia?”. “¡Eso mismo!”, me respondían. Vi que las empresas cada vez más necesitan de personas que, sin equipo o proyecto, quieran influir en su entorno.
La segunda viene de la observación del fenómeno influencer en las redes sociales. Siempre me ha llamado mucho la atención. Sobre todo porque es fácil de despreciar, en el sentido de que parece muy frívolo y “solo postureo”. Pero algo tenían que tener para que legiones de personas les siguieran y miraran en su dirección en busca de referente y de consejo.
De modo que uní las dos cosas y desarrollé el método GymofInfluence pensando, sobre todo, en las personas de empresa que he descrito más arriba, incluyendo un apartado de búsqueda e investigación de cuáles eran las dotes de influencia de los influencers.
En momentos de crisis como el actual, ¿qué peso ejerce la influencia dentro de las empresas? ¿En qué aspectos puede ayudar?
Las crisis son momentos más para influir que para liderar. Tomemos el ejemplo de la crisis sanitaria y social de la COVID-19. Por quién nos dejaríamos influir antes: ¿Por el jefe del Estado o un ministro? ¿Por el responsable de liderar la instalación del hospital en IFEMA? ¿O por una enfermera/o que ha estado al pie del cañón? No hace falta que me respondan, lo puedo imaginar. Esa es la diferencia entre “mandar”, “liderar” e “influir”.
La influencia ocurre centenares de veces cada día en situaciones ordinarias y, por tanto, su efecto beneficioso puede ser muy importante. A mí me gusta decir que una empresa total es aquella en la que hay multitud de relaciones de influencia multidireccionales y sanas, más allá de las jerarquías y los proyectos.
¿Qué puede aportar el método GymofInfluence a un dirigente de una compañía?
Igual que a cualquier otra persona, ordenar las ideas y descubrir capacidades internas quizá inexploradas. El resultado de la aplicación del método debe ser un incremento de relevancia, presencia y de vinculación positiva con las personas que integran sus equipos de trabajo.
La influencia la defino como esa capacidad de incidir en los demás que es capaz de generar transformación y cambio en alguna de sus ideas, actitudes o comportamientos…porque los demás quieren. La influencia nos la atribuyen los demás. Por otro lado, la consecuencia de una influencia bien ejercida es la vinculación.
¿Qué conclusiones extrae sobre la influencia de los líderes empresariales a lo largo de su experiencia?
La prisa y la urgencia les hace ser más jefes y líderes que influencers. La influencia se trabaja a largo plazo, de entrada porque normalmente los recursos personales de influencia son inconscientes, y hay que llevarlos al plano de lo consciente para poderlos entrenar y desarrollar. Y eso requiere tiempo. En la mayoría de las empresas el tiempo es un factor que juega en contra. Porque los directivos están bajo presión por lograr unos resultados. Entonces tiran de organigrama y de proyecto y se olvidan de influir.
¿Qué relación hay entre influencia y liderazgo?
A mi modo de ver, la influencia es un multiplicador del liderazgo. Igual que se puede ser jefe y no líder. Se puede ser líder sin influir. Pero si se sabe y se quiere influir positivamente, el liderazgo normalmente cae por su propio peso.
La influencia es el liderazgo “desde detrás”, silencioso, de cada día. Por eso hay tantas personas anónimas que nos influyen en nuestro día a día. Estos días de confinamiento hemos tenido muchos ejemplos en este sentido: personas invisibles en otros momentos que, de repente, adquieren capacidad de influir y lo hacen.
Habla de la “crisis de referentes en las empresas”. ¿En qué consiste y por qué ocurre?
Es la misma crisis de referentes que existe en la propia sociedad. Las empresas no son otra cosa que un reflejo de la sociedad con unos fines muy concretos en términos económicos y relacionales.
Cuando los jefes y líderes nos han fallado tanto, nos sentimos algo despistados y no sabemos bien adónde mirar. Tomemos el ámbito que queramos: político, deportivo, cultural. Un referente positivo nos ayuda a crecer y a reforzar nuestra personalidad y nuestra presencia en la sociedad (o en la empresa). Yo creo que nos estamos acostumbrando a vivir sin líderes que nos inspiren, por tanto, ha llegado el momento de prestar atención a la influencia.
¿La influencia es un valor empresarial?
No, la influencia es un vehículo que, eso sí, permite visibilizar y plasmar dichos valores. Los valores son pilares fundamentales que nos sostienen, como personas y como empresas. En el libro hablo también de la diferencia entre valores, visión, misión e identidad de la empresa, que son cosas distintas.
¿Qué recomendaciones darías a un jefe que quiere influenciar en su empresa?
Que pregunte a sus equipos “qué ven en él”. Es una pregunta sorprendente y que puede no resultar fácil de responder. Que descubra su “arma de influencia” y la entrene para desarrollarla y que genere y promueva relaciones de influencia recíprocas y saludables entre las personas de su empresa.