Marie Curie, Rosalin Franklin, María Josefa Yzuel o la recientemente fallecida Margaritas Salas. Son solo algunos de los nombres que figuran en la interminable lista de mujeres que se han dedicado a la ciencia o tecnología a lo largo de la historia. Figuras pioneras y referentes en su campo que sirven de inspiración para las […]
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| 11 feb 2020
Marie Curie, Rosalin Franklin, María Josefa Yzuel o la recientemente fallecida Margaritas Salas. Son solo algunos de los nombres que figuran en la interminable lista de mujeres que se han dedicado a la ciencia o tecnología a lo largo de la historia. Figuras pioneras y referentes en su campo que sirven de inspiración para las generaciones venideras a pesar de que su presencia en este ámbito todavía es baja. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la cifra de investigadoras a nivel mundial apenas alcanza el 30%.
Este dato choca con el hecho de que el número de féminas que posee estudios superiores es ligeramente mayor al de ellos, aunque su presencia es bastante reducida en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Solamente una de cada cinco se decanta por estudios en esta modalidad.
Desde el año 2015 cada 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de fomentar el acceso y la participación universal de esta disciplina en todas sus áreas. En este sentido, la plataforma de colaboración abierta Be TalentSTEAM ha querido celebrar la efeméride con una recopilación de testimonios de varias adolescentes que han participado en algunos de sus proyectos a través de sus centros colaboradores de la Comunidad de Madrid.
Según aseguran desde Be TalentSTEAM, esta iniciativa les ha permitido despertar vocaciones científicas y tecnológicas tras su participación en el mismo. “Algunas de ellas incluso reconocen que antes de esta experiencia ni siquiera se planteaban un futuro profesional cercano a estas disciplinas”, aseguran.
-“Todas deberíamos formar parte de este futuro”-, -“He participado en varios proyectos relacionados con la ciencia que me han demostrado que estaba equivocada al pensar que esto era solo para chicos”-, -“Había un montón de chicas como yo”- o -“Nos hemos dado cuenta de lo maravilloso que es ese mundo y de que queremos continuar en él, porque nosotras también podemos”-. Son algunos de los comentarios que han realizado las estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato tras pasar por este programa.
Entre las once razones que argumentan para ello destacan el papel que desempeña la tecnología en el mundo actual, considerada como una vía para la innovación, así como la posibilidad de aportar un punto de vista diferente “que puede complementar un trabajo continuo” y obtener unos resultados “más completos”. Sin olvidarse de que con ello pueden contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Pero no solo eso. Además de querer formar parte de este mundo, ellas también aspiran a convertirse en un modelo a seguir como otras tantas mujeres. “Con su trabajo han cambiado la historia y nosotras queremos seguir ese camino”, subraya una de las alumnas.