Los conflictos y los errores muchas veces son simplemente la consecuencia de una perspectiva limitada. Con esta idea, la facilitadora de introspección, Silvia Cantos Pi, afirma que después de doce años trabajando con diferentes grupos, tiene claro que todas las personas “tienen algo que descubrir de sí mismas”. En su opinión, dedicamos mucho tiempo a […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 17 may 2021
Los conflictos y los errores muchas veces son simplemente la consecuencia de una perspectiva limitada. Con esta idea, la facilitadora de introspección, Silvia Cantos Pi, afirma que después de doce años trabajando con diferentes grupos, tiene claro que todas las personas “tienen algo que descubrir de sí mismas”. En su opinión, dedicamos mucho tiempo a controlar y crear el mundo exterior, pero muy poco a “entender el verdadero funcionamiento de uno mismo”.
En una charla con DIRIGENTES, explica que su misión es ayudar a las personas a transformar los obstáculos que no ven e impiden que vivan con su máximo potencial. Además, también destaca que, el hecho de que la tecnología forme parte de nuestro día a día, puede ser entendido como una “oportunidad” para ver la importancia de los factores que influyen en una buena comunicación, y un pretexto perfecto para “liderar con cercanía y establecer lazos para colaborar mejor”.
¿Qué diferencia hay entre comunicar y hablar?
Las personas hablan entre ellas y, en cierto modo, escuchan, pero la comunicación no se produce porque solo oyen de forma limitada. Cada uno tiene su condicionamiento muy arraigado y no pueden separarse de ello a voluntad. Por lo tanto, cuando reciben un mensaje, este será decodificado según sus intereses, puntos de dolor o estado emocional, y lo que interprete puede que no tenga nada que ver con lo que el emisor quería hacer llegar. Entonces, se producen los desencuentros entre los líderes y sus equipos porque no hay una escucha con lucidez, empatía y claridad. Solo hay personas subjetivas respondiendo a un emisor que quizás tampoco es consciente de lo que está transmitiendo.
Dicho de otra manera, las personas no escuchan y responden, solo reaccionan desde un programa subjetivo rígido. La comunicación correcta es el logro de la transmisión entre dos partes de un mensaje, que pasa porque uno sepa lo que dice y, a su vez, él mismo pueda entender quién y cómo lo recibe. Por lo tanto, para poder liderar hay que poder comunicar o transmitir y, para hacerlo de verdad, hay que saber reconocer o separarse del condicionamiento propio y leer el del otro. Si no, el entendimiento y el encuentro son casi una lotería. Se habla mucho, pero se dice poco. Se oye mucho, pero se escucha menos. Y aun cuando se escucha, se recibe poco.
En relación con la comunicación dentro del liderazgo, destaca la importancia de la reconciliación con la verdad.
Cuando dos personas buscan de forma sincera la verdad, irremediablemente se encuentran y el equilibrio, el liderazgo y la evolución se hacen posibles sin mucho esfuerzo. Solo hay dos maneras de comunicar: hacia la verdad o hacia la razón y, ambas, tienen un destino que uno puede validar subjetivamente. Si queremos una sociedad con liderazgo natural, y que sea útil, solo puede ser a través de la priorización de la verdad por encima de querer poseer la razón, para lo que es necesario mucha humildad y honestidad.
¿En qué consiste la comunicación objetiva e inclusiva?
Hay una diferencia muy grande entre entender algo intelectualmente e integrarlo. Comprendiendo esto nace la empatía y la consideración ante personas que están limitadas por sus agrados, desagrados y otro orden de valores y prioridades distintos a los de uno mismo. Al comprenderlo e integrarlo, uno empieza a ver al otro de forma inclusiva y la comunicación cambia por completo porque se vuelve considerada e integradora. Desparecen los cargos y las jerarquías para relacionarse de forma congruente, conciliadora, resolutiva y justa para hacer que las cosas funcionen. El que tiene más consciencia es el que tiene más capacidad de liderazgo y más responsabilidad. Liderar es cuestión de hacer que el grupo fluya con las múltiples diferencias y el verdadero líder es capaz de integrar.
¿Cuáles son los principales errores que cometen los líderes a la hora de comunicar?
El error es solo fruto de la ignorancia y, esta, de una falta de percepción clara y amplia. Hablo de la incapacidad de percibir de forma correcta una escena como consecuencia de ese cúmulo de condicionamiento. Uno puede dar por supuesto que, porque es el líder o lleva más años en una empresa, tiene una mejor respuesta para un problema planteado e ignora por completo la aportación de una persona nueva o aparentemente menos experimentada. A ello se sumaría el deterioro de la relación del empleado que se podría sentir poco valorado con la consiguiente pérdida de confianza y respeto profesional hacia su líder.
¿Qué elementos no deben faltar en cualquier proceso de comunicación?
Lo que más falta son preguntas, ya que suelen darse más respuestas fruto de conclusiones tempranas y suposiciones. Yo animaría a trabajar la ampliación de la capacidad de auto-percepción y percepción. De este modo, la comunicación correcta es algo que no debe hacerse a través de unos pasos porque cuando uno es plenamente consciente de todos los factores implicados, comunica naturalmente de forma inclusiva y asertiva.
Me gusta decir que una de las prioridades urgentes de cualquier ser humano debería ser conocerse bien a sí mismo, pero no desde la perspectiva de su propia personalidad, sino desde un criterio justo que le permita ver más allá. Eso no significa renunciar a la individualidad, sino convertirse en el dueño de ella y ampliar las capacidades objetivas. Uno no puede liderar de forma natural y exitosa si no es capaz primero de liderarse a sí mismo: su mente, sus emociones y su propio discernimiento.
¿Cómo pueden ayudar estos aspectos en la resolución de conflictos?
Los conflictos se pueden resolver, evitar, ver venir o provocar. Si trabajas en esa lucidez interna y eres capaz de alterar tus propios valores, serás un maestro, porque quien se conoce bien a sí mismo es capaz de conocer muy bien a los otros. Cuando esto ocurre, los conflictos desparecen. Solo se perciben desencuentros entre personas que tienen agrados y posiciones distintas. Cuando uno ve que las personas no tienen culpa de estar condicionadas, muere el juicio y solo se genera empatía, perdón y empieza la oportunidad del cambio. Si en lugar de criticar una injusticia empiezas a nutrir los factores que permiten la solución, se ahorra tiempo y se evoluciona. Los conflictos solo son una oportunidad para aprender.