Ante el envejecimiento global de la población, especialmente en los países desarrollados, el libro La revolución de las canas nos propone un modelo económico impulsado por las generaciones con más años y conocimientos a sus espaldas. Antonio Huertas, Presidente de Mapfre, e Iñaki Ortega, Director de Deusto Business School convierten con su análisis el mayor […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 15 feb 2019
Ante el envejecimiento global de la población, especialmente en los países desarrollados, el libro La revolución de las canas nos propone un modelo económico impulsado por las generaciones con más años y conocimientos a sus espaldas. Antonio Huertas, Presidente de Mapfre, e Iñaki Ortega, Director de Deusto Business School convierten con su análisis el mayor problema del futuro inmediato en una serie de nuevas oportunidades.
Los coautores parten de experiencias y trayectorias profesionales muy diferentes, ¿qué se aportan el uno al otro en este libro?
La eterna petición de la colaboración entre la universidad y empresa para conseguir luchar contra el desempleo y a favor del desarrollo económico. Nuestras respectivas instituciones, una gran empresa y una gran universidad han sido capaces de confluir desde una aproximación diferente en un tema capital para el futuro de España. Nosotros defendemos desde una base académica pero también empresarial que nuestro país puede convertirse en el territorio de referencia de la economía del envejecimiento si tomamos las decisiones adecuadas.
La revolución de las canas analiza las oportunidades económicas que surgen de una población cada vez más envejecida. ¿Cuál es el contexto actual en España que ha dado origen al libro?
Somos junto con Japón, los dos países con mayor esperanza de vida del mundo. Se estima que lo seremos en solitario en 2040. La caída de la natalidad se cruza con esa mayor longevidad produciendo un envejecimiento poblacional claro y progresivo. Las previsiones de envejecimiento que realiza Naciones Unidas alertan de este fenómeno también en continentes razonablemente jóvenes como África y Latinoamérica. El envejecimiento es un fenómeno global y todos los países están, o deberían, analizándolo y preparándose para ello, que tiene cosas negativas, como un mayor desequilibrio en las prestaciones públicas, como pensiones, dependencia y sanidad, pero otras muchas positivas si aceptamos el reto de acometer pronto las decisiones necesarias. De las primeras, lo negativo, habla todo el mundo. La revolución de las canas analiza sobre todo las segundas, las oportunidades del envejecimiento.
En las últimas décadas hemos escuchado la idea de que la reducción del número de nacimientos será el fin del panorama económico actual. ¿Con qué principales argumentos la rebaten?
La generación de las canas es una generación formada, tienen experiencia profesional y están en buena forma física y mental. Si tenemos en cuenta su capacidad de compra y si les consideramos –hipotéticamente- como si de un país se tratase, el resultado de esta nueva nación de personas mayores tendría un PIB equivalente a la tercera economía más grande del mundo. Todos los que hemos nacido a partir de 1964 pasaremos a formar parte de la generación de las canas y apostamos porque esta generación sea una bendición para el mundo y no una maldición como escuchamos a menudo. Eso sí, para que sea así debemos ser proactivos como personas, empresas e instituciones.
Según sus datos, en el año 2030 uno de cada cuatro españoles tendrá derecho a una pensión. Mediante el planteamiento que proponen ¿el sistema de pensiones sería sostenible?
Las pensiones están garantizadas por el Estado lo que se cuestiona es si serán suficientes, y en esto hay un consenso generalizado en que su cuantía va a tender a reducirse respecto al último salario. Hoy la tasa de sustitución, la primera pensión respecto al último salario, se sitúa cerca del 80%, pero en todos los países de nuestro entorno se sitúa alrededor del 50% y lo que hacen nuestros vecinos es complementarlo con un programa de ahorro sistemático al que aportan habitualmente durante toda la vida laboral. Podemos no hacer nada o bien entender que tenemos que poner en marcha mecanismos de ahorro incentivados para que esos trabajadores que van a querer ser jubilados activos puedan acumular un patrimonio suficiente que les complemente esa parte de la pensión que van a perder.
La revolución digital es un concepto que se asocia a las generaciones nuevas, de hecho muchos de los puestos de trabajo actuales ni siquiera existían hace 15 años. ¿Qué pueden aportar los seniors a los jóvenes en este nuevo escenario laboral?
Los millennials y posmillennials, esos jóvenes conocidos por ser nativos digitales, y que inundan los garajes con sus startups también tendrán que asumir este nuevo paradigma y acostumbrarse a que la mayor parte de la población y del consumo lo protagonizan los mayores. En cuanto a los seniors, en nuestro libro medio en broma medio en serio les hemos llamado viejennials porque se parecerán mucho a esos millennials y trabajarán codo a codo con ellos. Viejennials serán todos los que han nacido a partir de 1965 que pasarán a formar parte de esta generación de las canas. En 1990 el porcentaje de las personas de más de 60 años en el mundo era del 9%, en 2013 era casi un 12% y en 2050 serán el 21% de la población. Serán un nuevo grupo social con buena salud, en plenitud de capacidades y dispuestos a mostrar al mundo su experiencia en todos los ámbitos. Quién se atreverá a no tener en cuenta a estos viejennials.