Este viernes Greta Thunberg asiste por primera vez a un gran acto contra el cambio climático en Madrid. La chica, a la que tres abogados noruegos han nominado para el Premio Nobel de la Paz, no solamente rechaza muchos premios, sino también cada vez más entrevistas, porque afirma: “Ya sabemos todo y hemos hablado mucho, […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 05 dic 2019
Este viernes Greta Thunberg asiste por primera vez a un gran acto contra el cambio climático en Madrid. La chica, a la que tres abogados noruegos han nominado para el Premio Nobel de la Paz, no solamente rechaza muchos premios, sino también cada vez más entrevistas, porque afirma: “Ya sabemos todo y hemos hablado mucho, hay que actuar”. Unos la llaman enferma, otros hasta la comparan con Satanás. Pero para la mayoría del planeta la chica sueca de 16 años es sobre todo una líder. Lo que no han conseguido ONGs, empresas del sector verde y políticos con vocación ecológica, Greta Thunberg lo ha logrado en muy poco tiempo. El hecho de que desde agosto de 2018 ya no va al colegio puede ser tema de debate, porque también en Suecia es obligatorio ir al cole, pero para muchos científicos Greta se ha convertido en su portavoz más potente.
“Es muy tranquila y no busca el protagonismo”, Anika Dafert, activista austriaca
El odio que ella provoca al mismo tiempo que crece la admiración ha provocado una potente contra-campaña en las redes que llega a tal punto que se pueden comprar stickers que dicen “Fuck you Greta”. El sociólogo Sébastien Salerno de la universidad de Ginebra cree que el odio hacia ella también tiene que ver con el hecho de que es la primera mujer que ha conseguido a esta edad llegar tan lejos con sus discursos. Mientras el presidente español en funciones llega solamente a poco más de un millón de seguidores en Twitter, Thunberg llega ya a tres millones. Sin embargo, no está previsto un encuentro entre la activista y Pedro Sánchez, lo que parece acertado, porque España ya está muy comprometida con la transición energética, diferente a EEUU, donde vive uno de sus críticos más duros: Donald Trump. Este, que por cierto tiene 60 millones seguidores en Twitter, niega con frecuencia las consecuencias del cambio climático, la razón por la que Thunberg por su parte se niega a hablar con él: “Él sabe la gravedad de la situación, si no actúa es porque no cree los datos”, dice la activista. El presidente americano la ha ridiculizado en varios de sus tweets y habla muchas veces de una “niña triste”.
Todo el trabajo en “social media”, su agenda de prensa, la coordinación con otros movimientos en otros países y sus viajes están organizados por sus padres, asesores y agencias de comunicación, obviamente. Sus viajes a EEUU y luego la vuelta a Europa y la llegada ahora a la COP25 de Madrid están financiados por empresas afines a sus objetivos. ¿Pero esto es malo? Muchos piensan que sí. Les irrita también que Thunberg ha llegado muy lejos en su corta vida sin títulos académicos y sin networking. Le quitan autoridad. Los liberales en Alemania, el partido FDP, y también algunos miembros de la CDU, creen que con su enfermedad de Asperger no debería estar tan expuesta a los medios de comunicación. Obviamente Thunberg sigue siendo una adolescente y el hecho que puede parecer muy seria y contundente puede irritar. Pero al final no solamente para los activistas del clima también para los que sufren este síndrome ella es una heroína. La revista alemana “Der Spiegel” ha detallado en un gran reportaje sobre su llegada a Nueva York hace unos meses las limitaciones que tiene ella debido a su enfermedad y personalidad y que quizás los que somos locos somos nosotros que la prestamos tanta atención.
En este reportaje se describe que Greta comete errores y sus asesores se equivocan a veces cuando la dejan por ejemplo ir al este de Alemania a visitar unos activistas extremos que protestan contra la deforestación. En estas ocasiones que Thunberg parece perdida y desplazada. Esto pasó también con el discurso en agosto en Nueva York ante la ONU, cuando de repente parece que pierde los papeles y grita a los oyentes: “How dare you…”. También generan polémica algunos de los portavoces de los diferentes países del movimiento “Fridays for Future”. Muchos no solamente tienen menos solidez que Greta Thunberg, sino también parecen como la activista alemana, Luisa Neubauer, menos conocedores de los datos científicos.
“Ella ha empezado este movimiento casi sin querer”, Anika Dafert, activista austriaca
La alemana ha dejado en algunos debates una imagen un poco dudosa de todo el movimiento con comentarios ingenuos, aunque ella es ya estudiante y más mayor que Thunberg. Poco afortunados han sido también las apariciones de Thunberg en Talkshow americanos, dónde el mensaje de ella ha sido indirectamente, aunque sin querer, ridiculizado, porque ella no sabia moverse en este contexto de “shows”. Pero aun así, en mayo de 2019, Thunberg apareció en la portada de la revista americana “Time”, que la nombró «líder de la próxima generación. Su mensaje es claro: Ya no hay tiempo de hablar, hay que actuar, lo mismo que ha dicho en su discurso inicial de la COP25 el secretario general de Naciones Unidas António Guterres. ¿Por qué no deberíamos tomarla en serio?
Precisamente su mensaje en Nueva York fue lo que la encumbró en España. El movimiento de jóvenes frente al cambio climático y las manifestaciones comenzaron a tomar fuerza poco antes de que el vídeo de Thunberg pidiendo explicaciones a los líderes mundiales se hiciera viral en las redes sociales a mediados de septiembre.
La frontera de los Pirineos se hizo patente una vez más para que, lo que era una revolución en Europa, en España apenas se escuchó eco. Ya a comienzos de año DIRIGENTES fue testigo de una multitudinaria manifestación de estudiantes que expresaban los mismos mensajes que la joven sueca y que colapsaron Bruselas.
De hecho, como explican desde Greenpeace España, la primera manifestación no se produjo hasta marzo de este año. Ahora, muchos meses después, el movimiento adquiere una dimensión desconocida. Una multitud de jóvenes (se estima la participación de 10.000 personas) pidiendo medidas reales contra el Cambio Climático, bajo el liderazgo de Greta Thunberg.
Sin embargo, queda por ver cómo acogerá la juventud española la batuta de Thunberg. Hasta ahora, el movimiento ha carecido de líderes claros, por lo que no es extraño que la activista sueca se haya ganado la atención de los jóvenes con su elocuencia. Se espera que la joven sueca hable frente a los distintos líderes políticos a partir del martes 10 de diciembre. No obstante, independientemente de cómo avancen los acontecimientos, Greta Thunberg ya puede apuntarse un tanto: que tanto los convencidos del cambio climático como los escépticos esperen expectantes sus palabras.