En apenas una década, el despacho Ontier ha llevado su trabajo a 14 países, hasta el punto de convertirse en la firma española con mayor presencia internacional. De hecho, el 58,6% de su facturación procede del extranjero, gracias al trabajo que realizan sus 350 empleados en 18 oficinas repartidas por todo el mundo, sobre todo […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 05 ago 2019
En apenas una década, el despacho Ontier ha llevado su trabajo a 14 países, hasta el punto de convertirse en la firma española con mayor presencia internacional. De hecho, el 58,6% de su facturación procede del extranjero, gracias al trabajo que realizan sus 350 empleados en 18 oficinas repartidas por todo el mundo, sobre todo en Latinoamérica.
Cuando se piensa en un gran despacho de abogados lo primero que surca la imaginación son apellidos, los del fundador que da nombre a la compañía, o bien los de sus socios. Nadie en España se había planteado crear un bufete que se identificara como una marca con valores y un modo de hacer las cosas propios. Hasta 2008, la norma era recurrir a la popularidad de los socios con más renombre.
Es en ese momento cuando se piensa por primera vez que las cosas pueden hacerse de otra forma. La idea fue de Bernardo Gutiérrez de la Roza, fundador en 1998 de una pequeña firma en Asturias que tenía su apellido por nombre. No solo se trataba del nombre, sino de cómo un despacho de abogados puede crecer e innovar en el sector legal en España.
Con una crisis en ciernes, Gutiérrez de la Roza une sus fuerzas con las del despacho Ramón Hermosilla. La suma resultó en una firma llamada RHGR, que eran los apellidos de ambos, hasta que se dio con una de las innovaciones de marca más destacadas en los despachos legales de España: Ontier.
El avance no se quedó ahí e impregnó todas las alturas de la organización. Después de la fusión se marcó una prioridad: ser una firma global capaz de asesorar a los clientes allá donde estén. Eso implicaba cambiar la forma de introducirse en otros países, desde los modelos basados en crear alianzas o en abrir oficinas propias desde cero.
Con ese propósito, Ontier diseñó una estrategia pionera. Lo primero fue detectar en qué mercados les necesitaban sus clientes, así como las oportunidades que ofrecían dichos países. Lo segundo, seleccionar cuál era el bufete del país que más se acercaba a lo que el despacho español necesitaba. Se requería una coincidencia en los valores, además de una trayectoria local destacable y la capacidad de cubrir distintos segmentos jurídicos y geográficos.
Con esos objetivos ve la luz el lema de la compañía: “Una firma global con alma local”. Esas palabras dan pistas sobre lo que se buscaba con la internacionalización, a saber, unos valores compartidos con una empresa que ya trabajara en el país y que contara con una experiencia valiosa.
La estrategia de Ontier
El modelo de Ontier es pionero en el mercado, y supone entender el bufete como una empresa de servicios. Se dejaron atrás los modelos tradicionales del sector y se optó por la participación directa y mayoritaria en la propiedad con un socio local en cada uno de los países donde Ontier está presente, con órganos de gobierno asimilables a los de cualquier empresa que permiten una mayor agilidad en la gestión, así como asegurar un servicio de calidad al cliente con un único interlocutor local incluso para operaciones trasnacionales.
Dotar de capacidad de decisión estratégica al management ha permitido un desarrollo más rápido, reforzando la idea de un proyecto compartido. Este planteamiento explica el liderazgo de Ontier, especialmente en el área Latam, antes que otras firmas españolas e internacionales hiciesen su apuesta estratégica en la zona.
Capítulo aparte merece la figura del country manager, que se encarga de dar al socio local el apoyo imprescindible para el desarrollo comercial, la implantación del modelo, marca y de una misma operativa de trabajo en cualquier país.Ontier está por el momento en 14 países y cuenta con 18 oficinas, siendo el quinto bufete español por volumen de facturación, además del despacho internacional además del despacho más internacional de España, con presencia consolidada en apenas siete años.
Fruto de los planes de la compañía, cuenta con oficinas en México (Ciudad de México), Colombia (Bogotá), Brasil (Río de Janeiro y Sao Paulo), Chile (Santiago), Bolivia (Santa Cruz), Paraguay (Asunción), Venezuela (Caracas), Estados Unidos (Miami), Perú (Lima), República Dominicana (Santo Domingo), Reino Unido (Londres), Portugal (Lisboa) e Italia (Roma).Integrar tal cantidad de firmas distintas, además de los despachos de Madrid, Sevilla, Oviedo y Santander, requirió de un esfuerzo continuo de la compañía. No obstante, el objetivo de competir internacionalmente espoleó el avance de un proyecto líder a nivel mundial.