Desde el nacimiento de Internet en el siglo pasado hemos asistido a una evolución constante de la publicidad y de las estrategias comerciales cuyos esfuerzos se han volcado en digitalizarse cada vez más rápido y con propuestas más innovadoras. Llegado un punto en el que nadie se escapa del uso de la red, ya sea […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 09 sep 2022
Desde el nacimiento de Internet en el siglo pasado hemos asistido a una evolución constante de la publicidad y de las estrategias comerciales cuyos esfuerzos se han volcado en digitalizarse cada vez más rápido y con propuestas más innovadoras. Llegado un punto en el que nadie se escapa del uso de la red, ya sea para fines laborales, ocio o ambos, como suele ser común. Surgía, en una etapa más reciente, otro problema: la salvaguarda de la privacidad de los usuarios. De ahí parten las iniciativas por legislar en favor de la protección de los datos personales que, hasta ahora, quedaban registrados en Internet y muchas veces expuestos de manera indeseada.
Estas políticas pueden producir cierto reparo ante el ámbito publicitario y de marketing digital puesto que el mensaje que se transmite al usuario puede ser entendido desde una perspectiva negativa. El cliente que entra en la red y visita la web de un producto o se encuentra con un anuncio emergente o un formulario donde introducir su información, puede entender que alguien al otro lado pretende tratar esos datos con fines ocultos. No es extraño en un mundo en el que las estafas a través de canales digitales son cada vez más comunes. Sin embargo, entendiendo las nuevas normativas, los clientes podrán sentirse más seguros a la hora de navegar y encontrar sus empresas y marcas favoritas. Al mismo tiempo, los profesionales del marketing digital sabrán la forma de optimizar su trabajo adaptándolo a la legislación vigente.
Aporta pistas interesantes para conseguirlo el informe 2022 Future of Privacy-First Advertising Report, publicado por Integral Ad Science en colaboración con YouGov, compañías dedicadas a garantizar la calidad en los medios digitales y a la investigación de mercado, respectivamente. Según su análisis, esto es lo que los anunciantes deben tener en cuenta para orientar el enfoque de la privacidad de los datos a corto y medio plazo:
– Los consumidores confían poco en la seguridad de sus datos: concretamente el 67% de los usuarios prestan más atención al tratamiento que pueda sufrir su información y solo el 50% considera que esta está segura cuando usan medios digitales.
– Las estrategias de segmentación no son un secreto: a pesar de que el 90% de los consumidores es consciente de que sitios web y apps recogen sus datos, los comparten y ofrecen publicidad personalizada, se sienten incómodos al comprobar este hecho que, según sucede últimamente, puede resultar incluso agresivo. En lugar de optar directamente por la publicidad segmentada, las marcas pueden moverse en el ámbito de la relevancia contextual para una percepción y resultados más positivos por parte del cliente.
– Falta información y estrategias de gestión entre los profesionales sobre las políticas de privacidad: los expertos coinciden en la prioridad a la hora de conocer el funcionamiento de la privacidad de los datos, especialmente en cómo influye sobre las marcas la Información de Identificación Personal (PII). Esta mayoría se queda en la mitad cuando comprobamos los datos sobre el número de especialistas que está al corriente, al menos a grandes rasgos, de las políticas de privacidad de los navegadores. Otras cuestiones sobre las que aún faltan conocimientos son las regulaciones o los identificadores móviles y se reclaman recursos por parte de las empresas para ahondar en la gestión de las mismas.