El mercado latinoamericano mantiene el interés para las empresas españolas. Una muestra de ello es la inversión de Repsol en Perú para conseguir elevar su nivel de producción, de manera que se incremente la relevancia de la compañía en el país y ello también repercuta en el resto del continente americano. De esa forma, no […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 20 jul 2018
El mercado latinoamericano mantiene el interés para las empresas españolas. Una muestra de ello es la inversión de Repsol en Perú para conseguir elevar su nivel de producción, de manera que se incremente la relevancia de la compañía en el país y ello también repercuta en el resto del continente americano. De esa forma, no solo se hace patente el interés por los recursos de la zona, sino también por la posibilidad de ampliar el mercado y las posibilidades del grupo energético en la región.
El presidente de Repsol Antonio Brufau, y el presidente peruano, Martín Vizcarra, inauguraron este jueves en Perú el proyecto de producción de hidrocarburos en el conocido como Lote 57. La compañía ha informado de que ha invertido más de 860 millones de euros en este proyecto. Su propósito: alcanzar un nivel de producción de 5,6 millones de metros cúbicos de gas al día.
Repsol está presente en el mercado peruano desde hace dos décadas, habiéndose convertido en un referente del sector energético local, con una producción de hidrocarburos que representa alrededor del 12% de la producción del país y unas reservas del orden del 11%. También es el operador de La Pampilla, principal refinería del país.
Como ya publicó DIRIGENTES, Repsol prevé invertir 15.000 millones de euros de aquí hasta 2020. La pretensión es la de elevar la producción de combustible hasta los 750.000 barriles de petróleo al día, desde los 715.000 barriles al día que registró en 2017. La última inauguración en México va en la línea de continuar hacia ese objetivo marcado por el plan estratégico que presentó Repsol el pasado mes de junio.
En concreto, esta última actividad, la de exploración y producción, contará con una inversión de 7.900 millones de euros hasta 2020. En cualquier caso, una de las líneas principales que se marcan en el plan estratégico es la de conseguir rentabilizar al máximo la producción a través de la reducción de los costes y una mejor utilización de los recursos. Asimismo, esa ventaja competitiva puede servir como acicate para lanzar nuevos servicios a los clientes de Repsol o, al menos, eso es lo que se pretende con las inversiones previstas.