“Opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo”. Esta es la primera definición que la RAE acuña al término “reputación”, el objetivo ineludible de toda empresa que se precie. Sin embargo, saber gestionar esa notoriedad de una organización empresarial es una tarea compleja a la que se debe prestar una cuidada atención, […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 18 abr 2023
“Opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo”. Esta es la primera definición que la RAE acuña al término “reputación”, el objetivo ineludible de toda empresa que se precie. Sin embargo, saber gestionar esa notoriedad de una organización empresarial es una tarea compleja a la que se debe prestar una cuidada atención, especialmente a la comunicación elegida para obtener los mejores resultados.
Esta es la principal misión de la Guía de Reputación Empresarial elaborada íntegramente por el equipo de Villafañe & Asociados, un manual creado especialmente para todo tipo de directivos que busquen la excelencia en su organización. “La reputación es un binomio que va más allá del análisis exclusivo de las percepciones”, declaraba Sebastián Cebrián, CEO de la consultoría, quien resumía la importancia de hacer bien las cosas para conseguir el reconocimiento de ello. “Una empresa no reputada no tiene futuro.”
Así se refería Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence, a la manera en la que toda compañía debe gestionar la opinión que se tiene de ella. El experto recalcaba cómo la reputación activa la confianza en los comportamientos de valor, tarea intrínseca en los dirigentes al impactar su discurso positivamente en cómo ven los demás la empresa.
Crecer en actitud es crecer en comportamiento, según Alloza, que es lo que realmente empodera a las corporaciones. Algo que se debe saber comunicar, a través de indicadores, con hechos que sitúen a la empresa en lo más alto en cuanto a la reputación, más allá de las percepciones que se puedan hacer de ella. Solo cuando esos índices de reputación crecen, la compañía se está anticipando a un desarrollo positivo: lo inversores se fijan en ese escenario positivo de negocio y la organización crece.
El alto nivel de exposición en el que se encuentra el tejido empresarial actualmente obliga a las empresas a gestionar su reputación de manera que no se pueda volver en contra. No se trata de sobredimensionar una realidad, que perjudica notablemente a la compañía, sino de conocer cuál es la misión de la organización y cuáles sus steakholders para trabajar en la estrategia que más se adapte a los pilares de esta.
Tener un propósito es fundamental para alinear estrategias, algo en lo que coincidieron todos los expertos de la mesa redonda liderada por profesionales vinculados a la reputación empresarial que tuvo lugar en la presentación de la guía. Expertos de la talla de Eva Piera, directora general de Relaciones Externas y Comunicación de MAPFRE quien hizo hincapié en la importancia de una buena reputación en la empresa para acercarla a grupos de interés, además de para “tener relaciones más sostenibles en el tiempo y, en última instancia, por ser una ventaja competitiva que aporta valor añadido al negocio”.
Debate en el que no se dudó en ensalzar el valor de “buscar objetivos reputacionales en función de cada steakholder” de tal manera que esa gestión de la notoriedad empresarial sea un elemento intrínseco y “no algo táctico, técnico o tangencial”. Para ello, los expertos instan a ser altamente pragmáticos, capaces de medir cada modelo con las particularidades concretas de cada uno, aunque con la homogenización que desde el posicionamiento como empresa se requiere, sabiendo qué atributos se buscan medir para alcanzar los valores que eleven la reputación corporativa.
Para @EvaPiera_Madrid de @MAPFRE_ES "la gestión de la #reputación implica a todos los miembros y a todos los departamentos de la #empresa". @ESICEducation @VillafaneyAsoc @CE4reputation pic.twitter.com/R0xPA2We05
— Juan Pablo Arrieta (@JPablo_Arrieta) April 13, 2023