El Club Excelencia en Gestión se reúne con Barcelona de Serveis Municipals para abordar la actual gestión de las organizaciones y cómo el modelo EFQM representa una herramienta eficaz para hacer frente a entornos complejos y en constante evolución
Gestión y LiderazgoIsabel Garrido
| 02 dic 2024
En un mundo donde la velocidad se ha convertido en una de sus principales señas de identidad, la gestión de las organizaciones se enfrenta a nuevos retos donde tiene que hacer frente a entornos complejos, en constante cambio y con la vista siempre puesta en el largo plazo. En Europa, en concreto, y en menor medida en Estados Unidos, el hecho de que las organizaciones hayan comenzado a definir su propósito implica también que, si quieren alcanzar la excelencia, deben centrar parte de sus esfuerzos en definir los planes estratégicos con una visión de futuro. Así, para el director general y CEO del Club Excelencia en Gestión, Ignacio Babé, la fórmula magistral para alcanzar el éxito debe contar con dos ingredientes: la innovación y la sostenibilidad, entendida esta última desde todos sus ámbitos.
Marta Labata, directora general en Barcelona de Serveis Municipals (B:SM) y vicepresidenta del Club Excelencia en Gestión, explica que uno de los elementos que tiene más peso respecto a otros momentos del pasado es la complejidad, ya que ahora lo único constante es el cambio que se produce a una alta velocidad. En la actualidad, un desafío al que se enfrentan las empresas es encontrar el equilibrio para alcanzar la excelencia y ofrecer una propuesta de valor adaptada a las necesidades de cada cliente con la mirada siempre puesta en el largo plazo. “Hay que ver cómo la propuesta de valor satisface realmente lo que te pide el mercado y además adaptas tu organización”, comenta la experta. En definitiva, “poner el futuro en la agenda del presente”.
Siguiendo con las palabras de su compañera en el Club Excelencia en Gestión, Ignacio Babé sostiene que el cambio cada vez es más “trepidante”, una realidad visible en el contexto geopolítico con fronteras inestables, polarización y cambios de paradigma. No obstante, también destaca que un elemento que se mantiene inamovible en la gestión es la importancia que representan las personas para conseguir organizaciones exitosas. ¿Por qué? Porque “sin caer en la polarización”, es bueno que las personas utilicen “cierto pensamiento crítico para conocer cómo están ocurriendo las cosas” en la medida en que “las organizaciones no tienen que dar nada por sentado ni dar mercados por garantizados”.
Ignacio Babé declara que los intensos cambios que están reconfigurando el mundo y el impacto de acontecimientos actuales como la guerra en Ucrania, la guerra entre Israel y Gaza, los persistentes conflictos africanos por el control de las materias primas o la relocalización de muchas de las plantas industriales de Oriente Medio, por poner algunos ejemplos, han hecho necesario actualizar el Modelo EFQM 2025. En este sentido, aclara que no se trata de un modelo diferente y su estructura no ha variado, pero incorpora dos cambios. Por una parte, se ha realizado un trabajo de simplificación del lenguaje para hacerlo más accesible, sobre todo para las pymes. Y, por otro lado, se han hecho algunas modificaciones en la forma de medir y en la manera de tener en cuenta cómo todas estas tendencias pueden llegar a afectar a las diferentes organizaciones.
En esta línea, la directora general en Barcelona de Serveis Municipals y vicepresidenta del Club Excelencia en Gestión apunta que uno de los aspectos que más le gustan del ajuste del nuevo modelo es la introducción de algunos elementos como la visión, la adaptación, el balance entre el corto y el largo plazo o el foco en la propuesta de valor. “Todavía tenemos muchas organizaciones operador-céntricas o producto-céntricas”, expone para señalar la importancia de tener una propuesta de valor definida para cada cliente y mantener un contraste permanente para adaptarlo y ajustarlo a las necesidades del mercado.
Barcelona de Serveis Municipals (B:SM) es una compañía compuesta por 16 unidades de negocio en la que trabajan tres áreas diferenciadas de gran impacto social -cultura, deporte y biodiversidad; nueva movilidad y cuidado de la ciudadanía y del espacio público- en las que se gestionan diferentes mercados, clientes y competencia. Cuentan con 2.000 trabajadores y 500 proveedores. En el caso de B:SM, la entidad implantó el Modelo EFQM por primera vez en su unidad de negocio del parque de atracciones Tibidabo en el año 2007 y, más tarde, en 2020, lo extendió al resto del Grupo. Su directora lo define como un instrumento “robusto” y “holístico” que permite “gobernar la complejidad en el corto, el medio y el largo plazo con una visión 360 de los resultados de los impactos y de todas las partes interesadas”.
En este sentido, la directora de B:SM reivindica el valor de lo intangible y detalla que el Modelo EFQM crea un lenguaje capaz de adaptarse a la cultura y las características de cada organización con independencia del tamaño y sector de actividad. Además, también subraya la importancia que otorga al propósito, entendido como una capa aspiracional a largo plazo que actúa como un driver de tracción real, así como su capacidad para crear valor con una cultura “flexible, colaborativa y adaptativa”. “El modelo nos obliga a mirar permanentemente lo que hacemos y cómo impactamos no solo en nuestros clientes sino en todas las partes interesadas. Nos obliga a ser ambiciosos, pero también a compararnos permanentemente con los mejores, con lo cual genera una cultura de humildad”, afirma.
Para Marta Labata, la singularidad de Barcelona de Serveis Municipals es que es una empresa de gestión pública que opera de forma mayoritaria en entornos de competencia con el sector privado. En este punto, hace hincapié en el hecho de que se trata de una organización que no recibe subvenciones y todas sus necesidades económicas y financieras provienen del cash flow que genera. Este último año han alcanzado un resultado positivo de 21 millones de euros y han realizado una inversión de 50 millones de euros. La dirigente recalca que en B:SM se integran unidades de negocio que generan un beneficio importante, pero también otras deficitarias. Por ello, resalta la importancia que les otorga el Modelo EFQM para conseguir una visión de grupo con la que alcanzar un equilibrio en la competencia interna del grupo.
Para entender en profundidad los beneficios que aporta el Modelo EFQM a las empresas, Labata recuerda cómo, tras la llegada de la pandemia del COVID-19, B:SM tuvo que cerrar todas sus actividades de ocio y cultura, una situación que provocó 30 millones de pérdidas al grupo. Sin embargo, decidieron no solo no reducir las inversiones sino incrementarlas. Desde hacía 15 años querían ampliar los accesos de emergencia del Palau Sant Jordi para poder ampliar el aforo en pista, unos trabajos de mejora que en un año normal no se pueden ejecutar porque implica paralizar la actividad durante cuatro meses, por lo que decidieron hacer de la necesidad virtud. Gracias a esta decisión, entre los años 2020 y 2023 hicieron récord histórico de inversiones y, al salir del COVID, la compañía hizo récord histórico de resultados pasando de los 10 o 12 millones de euros de resultado medio a los 21 millones conseguidos en el último año.
Para avanzar hacia el futuro, B:SM se define como una organización cuyo propósito es mejorar la calidad de vida de las personas generando experiencias positivas con la idea de contribuir a construir una Barcelona saludable e innovadora, y cuenta con cinco valores en los que basan su trabajo: compromiso, proactividad, excelencia, integridad y cooperación. Bajo esta premisa, la directora general en Barcelona de Serveis Municipals destaca que, si tienes claro cuál es tu propósito y cómo quieres hacer las cosas, el Modelo EFQM se erige como una guía que da las claves para crear una hoja de ruta exitosa. En otras palabras, un diccionario que, según se va aplicando, sus beneficios van in crescendo.