La contracción de los dividendos, explica Henderson, se debe principalmente a tres factores. En primer lugar, el descenso de los dividendos extraordinarios, sobre todo en Estados Unidos. Asimismo, el tercer trimestre es el periodo en el que más dividendos se reparten en zonas del mundo que actualmente están registrando una ralentización del crecimiento de los repartos, como los mercados emergentes, Australia y Reino Unido. Por último, el debilitamiento de la remuneración al accionista al otro lado del Atlántico tiene un efecto considerable, ya que es el país que más contribuye. En base subyacente (que tiene en cuenta los tipos de cambio, los dividendos extraordinarios y otros factores) el total mundial cayó un 0,3%. Así, la firma destaca que Estados Unidos representa un 40% de los dividendos mundiales, por lo que las tendencias en cuanto a remuneración al accionista en este país ejercen un efecto notable. Los repartos cayeron un 7% hasta los 100.400 millones de dólares entre julio y septiembre debido sobre todo a que los abultados dividendos extraordinarios repartidos en el mismo periodo del ejercicio anterior no se han repetido este año. Aun así, en tasa subyacente, el crecimiento de los dividendos fue de tan sólo el 3%, el nivel de crecimiento de los dividendos estadounidenses más deslucido desde la crisis financiera, perpetuando así la desaceleración iniciada hace poco más de un año. La ralentización se debe a una mayor atonía en el crecimiento de los beneficios de las empresas estadounidenses, en parte, a causa de la fortaleza del dólar, aunque también pone de manifiesto la notable alza del endeudamiento de las compañías del país y esto fomenta la precaución en términos de flujo de caja. Australia, China y Reino Unido La debilidad del tercer trimestre también pone de manifiesto picos estacionales en zonas del mundo donde, a día de hoy, el crecimiento de los dividendos es inferior al de otras regiones. Nos referimos a Australia, China y otros mercados emergentes, así como a Reino Unido. Las empresas australianas son las que más dividendos reparten en la región Asia-Pacífico (sin Japón) y más de un 40% del total anual del país se distribuye en el tercer trimestre. Australia se anotó los peores resultados de la región en cuanto a remuneración al accionista, con unos dividendos totales de 18.200 millones de dólares que apuntan a una caída del 6,9% en tasa general a pesar de la apreciación de su moneda. En tasa subyacente, los repartos cayeron un 10,2% dado que BHP Billiton, el conglomerado minero, recortó su dividendo del tercer trimestre en más de 2.000 millones de dólares, seguido de su competidor Río Tinto, de menor envergadura. Por su parte, los dividendos bancarios (60% del total) se han mantenido a pesar de las preocupaciones sobre el auge en la concesión de créditos del país y la posibilidad de que aumente el control normativo en materia de requisitos de capital. ANZ demostró ser la excepción, ya que su nuevo consejero delegado realizó un modesto recorte de los dividendos para ayudar a proteger las ratios de capital de la entidad. Los dividendos de los mercados emergentes cayeron por tercer trimestre consecutivo. Se sitúan en 42.900 millones de dólares y registraron un descenso del 7,1% en tasa general y del 7,7% en términos subyacentes. China es, con mucho, el primer país en reparto del universo emergente, aunque éstos no viven su mejor momento. Todo apunta a que en 2016 el gigante asiático registrará su segundo descenso anual consecutivo en lo que a dividendos respecta. Las compañías chinas están recortando su remuneración al accionista, sobre todo en el sector bancario, por tratar de proteger unos balances vulnerables al incremento de los préstamos no productivos. Por ejemplo, China Construction Bank, fácilmente el principal pagador de dividendos a escala mundial en el tercer trimestre, recortó su dividendo 1.800 millones de dólares hasta los 10.000 millones este año. En conjunto, los bancos representan más del 80% de los dividendos chinos, lo que explica la caída general de los repartos totales del país del 4,5% en tasa general, hasta 24.600 millones de dólares, y del 10,8% en base subyacente. Entretanto, los inversores a escala mundial en renta variable británica sufrieron un descenso de los dividendos del 13,9% interanual en el tercer trimestre hasta los 26.300 millones de dólares. Este desplome se debió principalmente a la devaluación de la libra tras el voto de Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea. No obstante, en tasa subyacente, los dividendos británicos también cedieron terreno, dejándose un 2,9% debido a los notables recortes en la remuneración al accionista de importantes firmas mineras cotizadas en Reino Unido, como Glencore, así como de Rolls Royce. Europa, Japón y el total anual El tercer trimestre es poco relevante en Japón y Europa en lo que a dividendos respecta. El primero siguió registrando un crecimiento acelerado de las distribuciones en términos generales gracias a la fortaleza del yen, si bien se anotó una ralentización en base subyacente a causa de la atonía que viven los beneficios empresariales. Europa continúa bien orientada para registrar un año positivo en materia de repartos. España domina el tercer trimestre y los suyos fueron los de menor nivel de entre sus vecinos europeos, por lo que estos resultados empañaron la fortaleza continuada en el resto de la región. Henderson ha recortado ligeramente su previsión para el ejercicio completo y actualmente prevé un crecimiento general de los dividendos del 0,9% interanual, lo que equivale a un crecimiento subyacente del 1%. La firma espera que los dividendos mundiales alcancen un total de 1,16 billones de dólares. Alex Crooke, director del equipo de Global Equity Income de Henderson Global Investors, califica de «deslucido» el crecimiento mundial de los dividendos este año. «La tendencia más destacada es la caída de los repartos en Estados Unidos, que actualmente se sitúa en su nivel más bajo desde 2009, año en que comenzó a publicarse este índice. Sin embargo, no vemos en este hecho un gran motivo de preocupación, pues debía retomar un ritmo más sostenible tras un par de años creciendo a tasas de dos dígitos. Estados Unidos ha sido el motor de los dividendos mundiales en los dos últimos años, por lo que la ralentización que constatamos hoy contribuye a explicar la pérdida de dinamismo en el crecimiento de los repartos a escala mundial. Los sólidos resultados obtenidos por Europa hacen que el crecimiento subyacente de los dividendos en esta región pueda superar al de Norteamérica este año, si bien no han bastado para compensar una debilidad superior a lo previsto en el resto del mundo, por ejemplo, en China, Australia y Reino Unido». Y concluye: «Nuestros análisis revelan lo mucho que dependen los inversores en algunas zonas del mundo de unos pocos sectores o de un pequeño grupo de grandes empresas en lo relativo a la percepción de rentas periódicas. Además, la volatilidad ha afectado a los tipos de cambio últimamente. Por tanto, adoptar un enfoque mundial a la percepción de rentas reduce este riesgo y amplía las oportunidades a nuestro alcance, permitiendo así a los inversores acceder a títulos con interesantes perspectivas en el crecimiento de dividendos que podrían no estar disponibles en sus mercados locales».
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