El magnate republicano Donald Trump ha jurado el cargo como nuevo Presidente de la mayor potencia del mundo. El que ya es el Presidente número 45 de Estados Unidos ha prometido a los ciudadanos del país que Estados Unidos será lo primero. Después de jurar su cargo en las escaleras del Capitolio en Washington, Donald Trump ha dado su primer discurso como nuevo Presidente de Estados Unidos. Tras dar las gracias a todos los ex presidentes presentes en el acto, y también al mundo entero, Trump ha declarado que su prioridad será Estados Unidos por delante de cualquier otro país del mundo: «America First», decía el magnate. «Estamos ahora unidos en un gran esfuerzo nacional para reconstruir y restaurar las promesas y sueños a todo nuestro pueblo». Parte del discurso de Trump se ha centrado en la clase trabajadora y productora del país. «Durante muchas décadas hemos enriquecido la industria extranjera a expensas de la industria estadounidense». «Hemos gastado billones de dólares en el extranjero, mientras que la infraestructura de Estados Unidos ha caído en deterioro y decadencia». «La riqueza de nuestra clase media ha sido arrancada de sus hogares y luego redistribuida por todo el mundo». Trump, que dijo que esto es algo que ya pertenecía al pasado, habló de la «protección» que se traduciría en «fuerza» y «prosperidad». «Debemos proteger nuestras fronteras de los estragos de otros países que fabrican nuestros productos, roban nuestras empresas y destruyen nuestros puestos de trabajo». «Vamos a traer de vuelta nuestros puestos de trabajo, nuestra riqueza y nuestros sueños», añadió. «Seguiremos dos simples reglas: comprar americano y contratar americanos», decía entre aplausos Donald Trump. En cuanto a su política internacional, el nuevo Presidente ha prometido aliarse con otras naciones para erradicar cualquier amenaza terrorista de la faz de la tierra y ha añadido: «hemos subvencionado a los ejércitos de otros países, al tiempo que permitimos el muy triste agotamiento de nuestras fuerzas armadas». «Hemos defendido las fronteras de otras naciones al tiempo que nos negamos a defender las nuestras». «Vamos a traer de vuelta nuestras fronteras», continuaba. Trump declaró que cualquiera que fuese el color de la piel de los ciudadanos y su partido político, «ya no serán ignorados».»Los estadounidenses quieren buenas escuelas para sus hijos, vecindarios seguros para sus familias y buenos empleos para ellos mismos. Estas son justas y razonables demandas», añadía. En la parte final de su discurso dijo que van a hacer a Estados Unidos fuerte otra vez. «Haremos a Estados Unidos rico otra vez. Haremos a Estados Unidos orgulloso otra vez. Vamos a poner a Estados Unidos a salvo otra vez». Y haciendo referencia a su ya famoso lema de campaña, declaró: «entre todos, vamos a hacer a Estados Unidos grande otra vez». Momentos destacados Simpatizantes de Donald Trump, procedentes de todo el país, se han dado cita en Washington para asistir a la ceremonia en el National Mall. Según la policía, unas 900.000 personas, menos de la mitad de los que estuvieron apoyando en 2009 a Obama. La toma de posesión se realiza así desde hace 227 años y desde que hace 156 años lo hiciera Abraham Lincoln, el Presidente jura su cargo con la mano sobre una Biblia. Pero en esta ocasión Donald Trump lo ha hecho sobre dos que ha sujetado su esposa y ya Primera Dama, Melania Trump. El magnate escogió la Biblia que usó Lincoln cuando fue investido Presidente y otra que le regaló su madre en 1955, cuando se graduó de la primaria a los 9 años en Nueva York. A la ceremonia han asistido todos sus hijos. Destacada ha sido la ausencia de artistas famosos en el acto de investidura y de más de 50 miembros demócratas de la Cámara de Representantes que se negaron a asistir a la ceremonia. El posterior desfile, celebrado en la Avenida Pensilvania en honor al Presidente, ha costado, según han comunicado miembros del equipo de Donald Trump, alrededor de 100 millones de dólares. Se trata de una cifra récord. El dinero proviene de diferentes corporaciones, donantes millonarios y también de pequeños contribuyentes. Pero no todo ha sido fiesta en Washington. A la capital del país también se han trasladado numerosas personas para manifestar su malestar por las políticas que Donald Trump afirma que llevará a cabo. Unos 28.000 funcionarios y agentes de policía han velado por la seguridad del acto. Los agentes ha tenido que actuar con gas pimienta, según la agencia Associated Press, y al menos 90 manifestantes fueron arrestados, por haber provocado desperfectos como la rotura de ventanas de distintos locales.
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