"La evolución de los beneficios empresariales serán la clave para que las Bolsas sigan subiendo". Es la máxima con la que desde inicios de año los gestores justifican su apuesta por la renta variable pese a unas valoraciones que para muchos son ya demasiado elevadas.
Pero, ¿en qué se basan para confiar en este crecimiento de los resultados de las cotizadas? En un reciente informe Market Insights, los expertos de JP Morgan analizan este escenario y defienden un cambio en el comportamiento de los consumidores y una aceleración en el crecimiento nominal para sentar las bases de un mayor incremento de los beneficios.
En este escenario, consideran que "los inversores se verán recompensados si mantienen su exposición a la renta variable europea", aunque esta vez los fundamentales también serán claves para determinar las valoraciones de las acciones.
Desde la firma confían en que "un mayor crecimiento económico en ciernes" ayude a impulsar los beneficios. Especialmente en la zona euro, cuyo proceso de recuperación ya incluye tanto a los países del núcleo central como los periféricos. "En el futuro, la menor carga fiscal, un cambio en los consumidores y un aumento en la velocidad del dinero deberían impulsar el crecimiento", explican los expertos.
Indican además que el crecimiento de los beneficios no solo dependerá de un mayor crecimiento nominal (mermado hasta ahora por la baja inflación), sino también de la capacidad de las empresas para seguir controlando costes. "Para que los beneficios crezcan, el crecimiento de ventas totales tendrá que superar las subidas salariales", explican desde la firma.
Desde JP Morgan lo tienen claro: La combinación de una política monetaria flexible y la mejora económica debería impulsar el crecimiento de los beneficios. En este escenario, "un aumento de la confianza y el cambio resultante en el comportamiento de los consumidores debería animar a los hogares a gastar menos en reducir sus niveles de deuda y más en el consumo, lo que favorece a los beneficios".
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