Aunque su comparecencia en el Frankfurt European Banking Congress ha comenzado señalando que "las medidas de política monetaria del BCE han funcionado claramente", el banquero italiano ha reconocido también que el ritmo de crecimiento y la inflación en la Zona Euro siguen siendo débiles y se encuentran bastante por debajo de las previsiones.
Así, de cara al encuentro que mantendrá la autoridad monetaria en diciembre, Draghi ha dejado claro que si "decidimos que la trayectoria actual de nuestra política no es suficiente para alcanzar objetivos, haremos lo que debemos para elevar la inflación lo más rápido posible". Haciendo hincapié en que a la hora de evaluar "los riesgo para la estabilidad de precios, no vamos a ignorar el hecho de que han sido bajos durante algún tiempo ya".
Recordemos que actualmente el IPC de la Zona Euro se encuentra en el 0,1%, muy por debajo del objetivo de medio plazo del 2%. Por ello, el presidente del BCE ha repetido que si se llega a la conclusión de que el balance de riesgos para alcanzar esta meta "se sesga a la baja, actuaremos usando todos los instrumentos a nuestra disposición bajo nuestro mandato".
En particular, ha afirmado, "consideramos que el programa de compra de activos (QE) es una herramienta potente y flexible, que se puede ajustar en términos de tamaño, composición y duración para lograr una política más expansiva". Asimismo, ha añadido que el tipo de depósito puede "potenciar" la transmisión de este programa y, "no menos importante, aumentar la velocidad de circulación de las reservas bancarias".
Ni las Actas, ni Draghi ofrecen visibilidad sobre qué camino tomará el BCE, incluso si optará por todos… Pero los analistas sí tienen sus apuestas. Barclays aguarda que anuncie una extensión del plazo del QE más allá de septiembre de 2016, como dijo inicialmente; y, adicionalmente, prevé una rebaja del tipo de depósito hasta el -0,3%. Mientras, Capital Economics apuesta también por una reducción de esta tasa, pero estiman que la autoridad monetaria optará por ampliar el tamaño de las compras hasta los 80.000 millones de euros al mes.
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