Tras sacar la artillería en la última reunión, al anunciar que los tipos de interés seguirían sin cambios más tiempo del esperado, y plantear días después alguna medida de alivio para el coste que soporta la banca por dejar aparcado su dinero en el organismo, este miércoles no ha habido novedades.
Draghi ha emplazado a próximas reuniones para conocer los detalles de la nueva ronda de financiación bancaria, insiste en que la economía de la Eurozona aún necesita un amplio grado de estímulo monetario, pero considera que pese a las señales de desaceleración del crecimiento «las probabilidades de recesión son bajas». En todo caso, ha repetido la idea de que el BCE está preparado para actuar si lo considera necesario. Es decir, se ajustaría el arsenal del organismo si el frenazo económico se agrava, toda vez que el Brexit sigue sin solventarse y se atisban muevas medidas de proteccionismo por parte de la Casa Blanca.
Respecto a la banca, el máximo responsable de la política monetaria de la Eurozona ha reforzado el mensaje de marzo: considerará si la «preservación de las consecuencias favorables de las tasas de interés negativas para la economía requiere la mitigación de sus posibles efectos secundarios, si los hubiera, en la intermediación bancaria».
De momento, no ha discutido las ventajas y los inconvenientes de las herramientas que tiene a su disposición en esta tarea.
2019-04-10 12:53:36