En marzo de 2015, se cumplió un año del cambio de Gobierno en Chile, que trajo de vuelta a la presidencia a Michelle Bachelet, líder de la coalición de centro izquierda Nueva Mayoría. Este primer año se ha caracterizado por un menor dinamismo de la economía ?con unos crecimientos del PIB del 1,9% en 2014 y 2,4% en el 1T 2015, que son significativamente más bajos que los años previos? así como por una fuerte caída de la demanda interna y de la inversión -una caída del 1,7% en el 1T 2015-.
Esta situación se explica por tres razones principalmente:
1. Menores precios de los productos de la minería, en un sector que es responsable de cerca de un 20% del PIB del país y de un 50% de las exportaciones.
2. La incertidumbre causada por varias reformas incluyendo las Reformas Fiscal, Educativa, Laboral y el inicio de un proceso de reforma de la constitución sobre el que todavía no se tiene claridad. La razón para implementar dichas reformas, de acuerdo al Gobierno, ha sido esencialmente la demanda social de cambios estructurales que resolvieran la mala calidad de la educación y la desigualdad creciente, y que evitaran nuevos escándalos empresariales como los que habían afectado al país en su pasado reciente (casos de colusión en varios sectores y escándalo del retailer La Polar, entre otros). El proceso de dichas reformas, unido a una serie de escándalos políticos ?entre ellos un caso de tráfico de influencias por parte de la nuera de la presidenta, y, sobre todo, varios casos de financiamiento ilegal de varios partidos políticos?, han generado un ambiente de crispación y falta de unidad que han afectado muy negativamente a la confianza empresarial.
3. Finalmente, durante el presente año han tenido lugar varias catástrofes naturales de forma seguida, incluyendo erupciones volcánicas en el sur, lluvias torrenciales en el norte, incendios varios… y hasta una prolongada sequía, la cual está afectando seriamente a la producción agrícola chilena.
En este contexto, el mayor responsable del crecimiento ha sido el sector público -el consumo y la inversión públicas crecieron un 5,6% y un 14% respectivamente-, si bien a expensas de retrasar el objetivo de equilibrio fiscal en el medio plazo. No obstante, el buen manejo de Chile en el pasado reciente así como un bajo nivel de endeudamiento permiten un cierto margen de maniobra con respecto al equilibrio fiscal. Como ejemplo, los últimos bonos emitidos por Chile han sido ampliamente sobre demandados y se han colocado a tasas -tanto en euros como en dólares estadounidenses- históricamente bajas.
La bolsa chilena no ha sido ajena a este contexto, con retornos de +5% y PER de 17,2X para el índice IPSA a Mayo 2015, y bajos volúmenes y liquidez. Para este año y el año 2016, el FMI pronostica un crecimiento del PIB del 2,7% y del 3,3% respectivamente. Contribuirán fuertemente el mencionado sector público así como una mejora de la demanda, ayudada por los menores precios del petróleo, y el saldo exterior, ayudado por una moneda que se ha depreciado un 30% en dos años frente al USD.
A pesar de la coyuntura negativa, la inversión extranjera ha seguido muy activa. Esencialmente, el inversor extranjero sigue valorando el respeto a la institucionalidad existente, y el hecho de que Chile sirva como base de operaciones para la región, aprovechando los tratados de libre comercio que tiene firmados con más de 60 países. Las inversiones extranjeras en lo que llevamos de 2015 han alcanzado todos los sectores incluyendo Seguros (HDI-Magallanes), Utilities (Empresas Pública de Medellín -Aguas de Antofagasta), Retail (Office Depot-Prisa), Casinos (Sun-Dreams), Cines (Cinépolis-Cinehoyts), Navieras (Hamburg Sud-CCNI), Financiamiento Automotriz (BBVA-Forum), Bancos (Itaú-Corpbanca), Telecom (Novator-Nextel), y Fondos de Pensiones (Prudential-Hábitat).
Las operaciones de M&A dentro de Chile así como las inversiones de las multinacionales chilenas en el resto de América Latina, donde destacan Falabella, Cencosud, CMPC, Lan, CCU, han continuado también a un muy buen ritmo.
A futuro, en Chile existen grandes oportunidades de inversión en concesiones de infraestructuras -sector que está favoreciendo fuertemente el nuevo Gobierno-, minería -sector en el que se sigue invirtiendo en el largo plazo y en el que existen, por ejemplo, proyectos en ejecución por valor de 15.000 millones de dólares y en evaluación por otros 47.000 millones adicionales hasta el 2025?-y energía ?sector en el cual Chile sigue soportando uno de los costos marginales más altos de la región; recientemente se decretó que el 20% de la matriz energética deberá ser de fuentes renovables para el 2025-.
También existen muy buenas perspectivas a nivel de tecnología, salud, y el sector financiero. En definitiva, y analizando en perspectiva, a pesar de un contexto actual difícil en relación con su pasado reciente, Chile sigue contando con buenos fundamentos políticos y económicos y por tanto ofreciendo muy buenas oportunidades de inversión de medio-largo plazo en múltiples sectores. Miguel López de Silanes Asesor de Estrategia y finanzas corporativas en Gedeth Network
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