Los llamados estabilizadores automáticos se han manifestado claramente durante este año de crisis. El aumento del desempleo y las dificultades de las empresas para generar beneficios no solo influyen en los ingresos tributarios. Al unísono se eleva el gasto para proporcionar prestaciones sociales. Además de eso, los estados han efectuado una política de gasto discrecional […]
NacionalDirigentes Digital
| 07 may 2021
Los llamados estabilizadores automáticos se han manifestado claramente durante este año de crisis. El aumento del desempleo y las dificultades de las empresas para generar beneficios no solo influyen en los ingresos tributarios. Al unísono se eleva el gasto para proporcionar prestaciones sociales.
Además de eso, los estados han efectuado una política de gasto discrecional para amortiguar la caída económica que ha redundado en aumentos de la deuda. En concreto, el Banco de España estima que los niveles de deuda actuales en las economías avanzadas superan los máximos de las cinco últimas décadas.
La media de la Unión Económica y Monetaria alcanza el 96,9% del PIB, mientras que en Estados Unidos, Reino Unido y Japón se eleva hasta el 127%. 103% y 252%, respectivamente. Alemania se encuentra en una situación algo mejor con un 68%, frente a economías como la de Francia (113%), Italia (155%) y España (120%), visiblemente afectadas por esta situación.
Establecer un calendario de reformas fiscales es fundamental para el organismo supervisor que encabeza Pablo Hernández de Cos. “La persistencia de unos niveles muy elevados de deuda pública puede acabar incidiendo negativamente en la evolución económica”, justifica el Banco de España.
Es por eso que ve con buenos ojos que Reino Unido haya planteado un programa de ajuste fiscal gradual en el medio plazo, si bien se mantiene el apoyo público a la recuperación económica en el corto plazo. Eso contribuye a “anclar las expectativas de los agentes económicos y reducir los riesgos que un elevado endeudamiento público puede ocasionar”.
“Resultaría adecuado anunciar planes de reequilibrio de las finanzas públicas a medio plazo”, apunta la organización de Hernández de Cos. Por un lado, puede contribuir a reequilibrar las finanzas públicas, a mejorar la credibilidad de los gobiernos y a reducir “posibles ineficiencias”.
En todo caso, estas sendas de consolidación fiscal progresivas tienen la finalidad de garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas. En esa línea, evitan establecer impuestos “severos” o introducir “drásticos recortes de los niveles de gasto productivo”.
No obstante, el Banco de España se aleja de las intenciones del Gobierno de Pedro Sánchez y se traslada a Reino Unido. En ese caso, se establecen programas de preservación de empleos, reducción temporal del IVA o deducciones en el impuesto sobre sociedades para promover la inversión empresarial durante los próximos años.
Una vez eso pase, se plantea un incremento de los impuestos, en particular en el de sociedades y en el de la renta. En 2023 se elevará el tipo máximo de sociedades desde el 19% hasta el 25%. En conjunto, estas y otras medidas conseguirían disminuir una deuda cercana al 110% del PIB en 2023-2024 hasta el 106% en 2025-2026.
En cualquier caso, el Banco de España insiste en diferenciar el corto y medio plazo. En primer término, los estados se verán obligados a continuar gastando y actuando sobre la economía para reforzarla y ayudar a que la recuperación sea más rápida. En último término, la reducción de la deuda se antoja imprescindible para reducir la vulnerabilidad ante eventuales riesgos.