La jornada treinta y cuatro de la guerra en Ucrania ha tenido un protagonista indiscutible: la reunión entre los dos principales actores en la capital turca frente a representantes de las tres delegaciones. El encuentro, finalizó “mejor” que en otras ocasiones celebradas en Bielorrusia, con el firme propósito de reducir los violentos ataques por parte […]
InternacionalDirigentes Digital
| 30 mar 2022
La jornada treinta y cuatro de la guerra en Ucrania ha tenido un protagonista indiscutible: la reunión entre los dos principales actores en la capital turca frente a representantes de las tres delegaciones. El encuentro, finalizó “mejor” que en otras ocasiones celebradas en Bielorrusia, con el firme propósito de reducir los violentos ataques por parte del Kremlin mientras que, Ucrania, pide garantías internacionales ante su renuncia oficial a formar parte de la OTAN.
El presidente Zelenski, asegura que la guerra en Ucrania tiene los días contados, sin embargo, se muestra inflexible ante la idea de frenar su actividad militar en defensa del pueblo ucraniano. Por su parte, Rusia anunciaba el repliegue de su ejército de las inmediaciones de Kiev y de Chernígov, esta último, enclave para la conquista de Donbás, el principal objetivo ruso.
Las delegaciones rusas y ucranianas se reunían en el Palacio de Dolmabahçe el pasado martes para poner sobre la mesa sus prioridades, esta vez, no obstante, dispuestos a dialogar para poner fin a la masacre.
La “desnazificación” de Ucrania no resultó ser una de las prioridades de Rusia, uno de los principales motivos de su invasión. El país euroasiático, desde que comenzó la guerra en Ucrania, ha afirmado que este es un país neonazi y actúan contra el pueblo de habla ruso, como si de un genocidio se tratara. Que durante la reunión no fuera una exigencia, ha conseguido ser una de las grandes novedades de la jornada.
Otro de los puntos sorpresas de Rusia, era su disposición a que Ucrania formara parte de la Unión Europea, a cambio de su no anexión a la OTAN, manteniendo de este modo, una participación militar neutra.
El propio Zelenski, el domingo previo a la reunión de ambos países, se mostraba conforme a asumir un estatus militar neutral siempre y cuando, Rusia garantizara la seguridad del país.
Avances que no descartarían un posible encuentro entre el presidente ucraniano y Putin en un futuro no demasiado lejano. El asesor ucraniano, Mikhailo Podolyak, decía al finalizar la cumbre que existen documentos “que permiten a los presidentes reunirse de forma bilateral”. Lo que no implica que las negociaciones vayan a ser sencillas, todo lo contrario. El precio que debe pagar Ucrania para garantizar la paz en el país está siendo muy elevado.
No todo es tan simple, sin embargo. El propio Pentágono desconfía de semejante oferta y, poco después del anuncio de las medidas negociadas por ambos países, aseguraba que Rusia no retiraría sus tropas realmente puesto que, incluso tras la reunión de Estambul, tan solo algunas unidades militares habían abandonado el territorio hostil.
Según el portavoz del Departamento de Defensa norteamericano, “no se trata de una retirada real, sino un reposicionamiento. Todos debemos estar preparados y atentos a una gran ofensiva contra otras áreas de Ucrania. No significa que la amenaza a Kiev haya terminado”, aseguraba John Kirby en la intervención.
A estas declaraciones, se unían las del presidente Joe Biden quien no titubeó al mostrarse escéptico ante las negociaciones. “No interpreto nada hasta que no vea cuáles son las acciones de Rusia. Veremos si cumplen con lo que están sugiriendo.” Ello, añadido a las fuertes sanciones que Estados Unidos pretende seguir poniendo contra el país invasor, demuestra que las principales potencias piden algo más que buenas palabras. Quieren hechos.
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