“Miles de argentinos que salieron para decirle basta al miedo y al atropello, y sí al trabajo, al respeto y a la libertad”. Así definió en un tuit el expresidente argentino Mauricio Macri a las protestas callejeras que esta semana se vieron en Argentina contra la gestión de los actuales mandatarios Alberto Fernández y Cristina […]
InternacionalDirigentes Digital
| 20 ago 2020
“Miles de argentinos que salieron para decirle basta al miedo y al atropello, y sí al trabajo, al respeto y a la libertad”. Así definió en un tuit el expresidente argentino Mauricio Macri a las protestas callejeras que esta semana se vieron en Argentina contra la gestión de los actuales mandatarios Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Después de que el Gobierno anunciara una nueva extensión de la cuarentena (hasta el 30 de agosto), multitudes recorrieron ciudades a pie o en coches, empuñando banderas y vistiendo mascarillas, para reclamar “libertad”, “trabajo”, medidas contra la “corrupción” y contra una reforma judicial, entre varias otras reivindicaciones.
Comparada con otras dos manifestaciones contra el Gobierno también realizadas en fechas patrias en plena pandemia (20 de junio y 9 de julio), la de esta semana fue la más masiva que enfrenta la gestión Fernández.
Los manifestantes etiquetaron a su convocatoria con #17A en alusión al 17 de agosto de 1850, fecha de fallecimiento del general José de San Martín, llamado también “El Libertador de América” por sus campañas militares de emancipación de países latinoamericanos respecto de la corona española hacia los años 1820.
Por esa referencia, el Gobierno analizó que la protesta mostraba el hartazgo de los argentinos tras 140 días de encierro y las restricciones que el mismo supone para “la libertad”. “Seguimos hablando de cuarentena sin que exista una cuarentena; la gente circula, los negocios están abiertos y la actividad industrial está por encima del 90%”, dijo Fernández al extender el aislamiento.
En la protesta, no obstante, además del encierro, también había críticas contra proyectos oficiales como la reforma judicial (que buscaría, según los manifestantes, dar inmunidad a Cristina Kirchner en nueve juicios por corrupción), la inseguridad (“están matando a los chavales y violando a las chavalas”, dijo Oscar Ruggeri, exfutbolista nacional y también ex Real Madrid) y la economía (“no nos dejan trabajar, nos quieren ver pobres”, dijo un trabajador citado por el diario Folha de S.Paulo).
Exactamente un año atrás, miles de manifestantes también estaban en las calles (el 15 de agosto de 2019) para protestar entonces contra la crisis económica, la desvalorización de la moneda de Argentina y pidiendo la salida de Mauricio Macri del Gobierno, a quien acusaban de ser el causante de aquella situación.
La economía, sin embargo, es un tema conflictivo desde hace décadas en este país sudamericano. Una de las cuestiones recurrentes es su deuda. De hecho, Argentina ha incurrido nueve veces en suspensión de pagos al punto de que hasta la prensa utiliza corrientemente el verbo “defaultear” (del inglés default) a pesar de no constar en la Real Academia.
“Fuimos capaces de enfrentar la enfermedad con inteligencia”, dijo el presidente Fernández al comentar, el día después de la manifestación, los reclamos. “No nos van a doblegar, los que gritan suelen no tener razón”, agregó el político, apuntando que la economía se estaría recuperando “con el impulso de la obra pública y la actividad industrial”.
Representantes empresariales, sin embargo, refutan el discurso oficial y señalan que la crisis, agravada por efecto de la pandemia, eliminará miles de pymes, responsables por el 98 % de la actividad económica argentina, según la agencia oficial de noticias Télam.
En el primer semestre de este año, en tanto, ya cerraron 28.000 pymes, de acuerdo con datos publicados por Reuters, a pesar de las medidas de rescate del Gobierno (subsidios para evitar justamente tales cierres).
Tras varios meses de negociaciones, Argentina ha formalizado a inicios de mes una propuesta a acreedores privados para reestructurar una deuda externa de 66.137 millones de dólares (el vencimiento de la oferta es el próximo 28 de este mes y el resultado se conocerá el 4 de septiembre).
El ministro de Hacienda, Martín Guzmán, tiene ahora por delante otros 44.000 millones para negociar con el FMI. La deuda argentina total llega a 324.000 millones de dólares, casi 90% de su PIB.
Por último, ese organismo publicó recientemente un informe según el cual el colapso argentino se debe a un “optimismo indebido por parte de los inversores, ansiosos por otorgar préstamos” al país, cuando en realidad sus indicadores económicos no eran auspiciosos.