Las recientes sanciones occidentales por la escalada de violencia en Bielorrusia dificultan las inversiones en un país históricamente pobre que desde la caída de la Unión Soviética depende, según el gusto de muchos, todavía demasiado de Rusia. La economía bielorrusa sufre los efectos del aterrizaje forzoso del avión de Ryanair que causó un escándalo internacional […]
InternacionalDirigentes Digital
| 16 jun 2021
Las recientes sanciones occidentales por la escalada de violencia en Bielorrusia dificultan las inversiones en un país históricamente pobre que desde la caída de la Unión Soviética depende, según el gusto de muchos, todavía demasiado de Rusia. La economía bielorrusa sufre los efectos del aterrizaje forzoso del avión de Ryanair que causó un escándalo internacional y se saldó con la detención del periodista disidente Román Protrasevich y su novia, que volaban en la aeronave. El desvío de dicho avión ha llevado a los países de la Unión Europea a vetar a la aerolínea Belavia y a recomendar a otras compañías que no sobrevuelen el espacio aéreo bielorruso, después de que los gobiernos de bloque hayan puesto en cuestión los argumentos de Minsk sobre una presunta alerta de seguridad en el vuelo de Ryanair. Solamente esta sanción podría llegar a costar Bielorrusia el 20% de su PIB.
Mientras tanto las protestas en el país siguen denunciando elecciones supuestamente fraudulentas y un estado en decadencia moral. Aleksandr Lukashenko, presidente desde 1994, no quiere reconocer ningún fraude y tampoco cree que haya llegado el momento para otro tipo de política económica. Al principio, Lukashenko era popular en su país también porque mantenía un alto nivel de ayudas sociales y fomentaba la educación. Sin embargo, en 2019 el PIB per cápita en Bielorrusia no llegaba ni a una cuarta parte del de España. Aunque el país mantiene una importante estructura industrial y una agricultura desarrollada, así como un nivel de formación alto, el 80% de las empresas industriales están en poder del Estado y la ciudadanía se siente cada vez más reprimida por ello. Según un informe del ICEX de los 8,3 millones de hectáreas de terreno cultivable en Bielorrusia en 2020, el 87% estaba en manos de colectividades agrícolas. Falsas políticas económicas y poca apertura democrática
Según la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Moscú “Bielorrusia es una buena plataforma para vender a los países de la Unión Euroasiática que conforma un mercado de 180 millones de potenciales consumidores” pero las reformas económicas iniciadas en 1995 no han conseguido abrir los mercados ni permiten la suficiente captación de capital extranjero. Desde hace un año una parte de los bielorrusos protestan abiertamente contra el Gobierno de Lukashenko y todavía más desde las elecciones. El Estado responde con mucha violencia. Entre las voces más críticas está la del escritor e intelectual Alhierd Bacharevič que ha nacido en 1975 en Minsk y vive desde finales de 2020 en Austria. Bacharevič acusa a Lukashenko, en una entrevista exclusiva a DIRIGENTES, de haber convertido en 27 años al mando a Bielorrusia en una dictadura y denuncia que las elecciones desde hace mucho tiempo son una farsa.
¿Cómo está la situación económica en este momento en Bielorrusia?
La economía bielorrusa nunca ha florecido. Esta dictadura siempre ha tenido miedo de la modernización. Ahora, además, las sanciones empiezan a entrar en vigor. El gobierno intentó atraer a los inversores occidentales en los últimos años pero en Bielorrusia solo hay una ley que son los deseos del “presidente”. Bielorrusia es económicamente muy dependiente de Rusia y ahora esta dependencia es aún más fuerte. El país se está convirtiendo gradualmente en una colonia de Rusia, como lo fue en nuestra historia. Las empresas privadas en Bielorrusia están subdesarrolladas y controladas por el estado. La economía se encuentra en un estado de colapso. Cuánto tiempo puede esta dictadura obligar a la gente a trabajar, es difícil de decir. Este Estado ahora solo funciona gracias al régimen de Vladimir Putin y por cada limosna de él, Lukashenko le da una parte de la economía y de nuestra independencia. La gente se está volviendo más y más pobre, eso está claro.
¿Cómo ha afectado la pandemia?
La cantidad real de personas enfermas y que murieron a causa de la Covid-19 se mantiene en secreto. Al comienzo de la pandemia, el dictador dijo que el coronavirus se podía curar con vodka y un tractor. Tienes que usar mascarillas en los supermercados, pero eso no ayuda. Ahora la gente está siendo vacunada con Sputnik.
¿Por qué está aumentando la violencia actualmente?
Solo el Estado es culpable de que cada vez más personas sean asesinadas, torturadas y arrestadas. Es una violencia contra todos los que protestan pacíficamente, contra todos los que piensan diferente al Gobierno. Se acabó el tiempo de las conversaciones y los compromisos. Son criminales y lo saben, entonces esta violencia es la respuesta final del Estado, que ha perdido todo vínculo con la gente, que ya no cumple con las expectativas de la mayoría absoluta de la gente. El consenso entre el Estado y el pueblo finalmente ha sido destruido.
¿Qué pasó exactamente en las elecciones?
Lukashenko tenía grandes esperanzas de que las elecciones de 2020, como siempre, se llevaran a cabo con un apoyo “unánime”, es decir, falsificado con éxito. Y que Occidente volvería a callar. Pero, en mi opinión, el dictador también tenía la sensación, el miedo de que esta vez la gente no se tragara la mentira. Es por eso, que sus grupos de trabajo estaban especialmente preparados para protestas masivas. Lo que sucedió después de las elecciones superó todas las expectativas del Estado. Yo y mi esposa, la poeta Jula Cimafejeva, fuimos participantes y testigos presenciales de esta rebelión. Bielorrusia está mortalmente cansada de Lukashenko. Esta vez tuvo que hacer frente a una oposición organizada liderada por Svetlana Tijanóvskaya que realmente ha conseguido la mayoría de los votos.
¿Cómo era la situación antes de las elecciones?
Siempre había protestas en Bielorrusia desde que Lukashenko llegó al poder. Él supo que la resistencia iba en aumento y desde el principio comenzó a construir y fortalecer su sistema de seguridad. Yo era un hombre joven en ese entonces, pero la generación mayor se dio cuenta en los años 90 de quién es realmente. Sin embargo, todas las protestas de la década de 1990 y posteriores fueron brutalmente golpeadas.
¿Qué influencia tienen otros poderes sobre Bielorrusia?
Solo hay una potencia en Bielorrusia. El poder del dictador. Solo una persona decide todo. Bielorrusia no es una Rusia, donde Putin puede apelar al “gran espíritu del pueblo ruso” y las tradiciones del Imperio ruso y donde el pueblo siempre se percibió a sí mismo como elegido por Dios. Y Bielorrusia no es Corea del Norte … Bielorrusia es Europa. Es tierra de valores europeos y civilización europea, Bielorrusia es la cultura europea.
¿Qué puede hacer Europa para aliviar esta situación?
La ayuda alemana a los bielorrusos perseguidos no puede subestimarse. Creo que la política alemana es efectiva en este momento. Por otra parte, entiendo muy bien que Alemania y la UE respetan la independencia de Bielorrusia. Además, no se puede negociar con esta dictadura. Mi llamamiento no es solo para los políticos, sino también para la gente “sencilla”, por así decirlo, como yo. Piense en Bielorrusia, en sus vecinos europeos. Podemos derrocar esta dictadura pero solo juntos si vemos que toda Europa nos comprende y no nos ve en su familia como extraños, sino que nos toma en serio como europeos.
¿Qué opciones hay para intervenir sin que la población tuviera que sufrir?
Desafortunadamente, creo que no hay formas de hacer que este proceso sea más fácil de soportar. La gente sufrirá de todos modos. Algunos dicen que las cosas no están empeorando de lo que ya han sido, y por eso estas personas están dispuestas a asumir con valentía todas las consecuencias de las sanciones. Las personas que apoyaron nuestra revolución en agosto y otoño de 2020 entienden muy bien que las sanciones pueden ser efectivas. Todo el mundo lo sabía en agosto: se acercaban las sanciones. Y no solo golpean a la fuerza, nos golpean a todos. Creo que todos los demás métodos no le importan a este régimen, solo las sanciones económicas pueden asustarlo.