Bruselas aplica un importante correctivo al optimismo del gobierno sobre la evolución de la economía española. El varapalo llega en forma de recorte de cuatro décimas al crecimiento para este año y también para 2020. En las Previsiones de Otoño que acaba de publicar, la Comisión reduce sus expectativas sobre el PIB a una expansión […]
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| 07 nov 2019
Bruselas aplica un importante correctivo al optimismo del gobierno sobre la evolución de la economía española. El varapalo llega en forma de recorte de cuatro décimas al crecimiento para este año y también para 2020. En las Previsiones de Otoño que acaba de publicar, la Comisión reduce sus expectativas sobre el PIB a una expansión del 1,9% este año y del 1,5% para el próximo, y el progresivo enfriamiento de la economía continuaría durante 2021.
España seguirá siendo la economía que más crezca entre las cuatro grandes del euro, pero la distancia con Alemania y Francia se reduce a pasos agigantados. Italia es un caso aparte, instaurada en su atonía desde 2017 fruto de sus luchas políticas.
Si en 2015 España crecía dos puntos más que Francia y en 2017 todavía lo hacía siete décimas, diferencia que era algo mayor incluso con Alemania, los tres países llegarán casi a la par en el inicio de la próxima década. El impulso de la economía española se ha debilitado, reconoce Bruselas en medio de “una creciente incertidumbre”.
Los motivos son varios, pero tienen dos denominadores comunes. Primero, el contexto internacional no ayuda, España sufre cuando todo el continente, sus principales socios económicas, se está enfriando. “Las exportaciones netas está previsto que se desaceleren”, explica la Comisión, igual que la inversión mientras la industria del motor “ha tenido un impacto adverso en la inversión en bienes de equipo”.
La segunda gran causa es interna y apunta a la parálisis política y, por tanto, del impulso reformista en la economía, que sufre España desde hace años. Con presupuestos prorrogados, con cuatro elecciones en cinco años, sin presupuestos todavía para 2020, “la reducción del déficit se frenará más”, alerta Bruselas.
Los cálculos de la Comisión esperan que finalmente se quede en el 2,3% este año, tres décimas más de lo apuntado en verano y por encima del optimismo del gobierno. El panorama para 2020 no es más halagüeño ya que sólo se reducirá una décima. “Pese a la moderación del crecimiento económico, los ingresos se espera que crezcan a un ritmo relativamente rápido”, señala Bruselas, que sin embargo es cauta ante el aumento de los salarios de los trabajadores públicos.
El mercado laboral español pierde fuerza, como han revelado la última EPA y los datos del paro, y Bruselas prevé que esta tendencia continúe durante los dos próximos años. Sin reformas en el mercado laboral, sin nuevas medidas políticas que impulsen a la economía bien sea por el lado de la oferta o de la demanda, la tasa de desempleo sólo caerá por debajo del 13% en 2021 y este año cerrará en el 13,9%. Junto a Grecia, España lidera en negativo los datos de desempleo de toda la UE.
En este complicado entorno exterior y con las dudas sobre la situación política y económica interna, no es de extrañar que la Comisión Europea constate que “los hogares españoles están aumentando sus ahorros preventivos” porque “el consumo crecerá por debajo de la renta real disponible”.
En Bruselas, la Comisión Europea sigue presumiendo que el continente crece por séptimo año consecutivo y que lo hará durante los dos próximos ejercicios, pero este optimismo está cada vez más empañado. “El contexto exterior ha dejado de apoyar tanto y la incertidumbre está al alza”, se lee en las Previsiones de Otoño, que reconoce el impacto “particularmente en el sector manufacturero”, bajo “cambios estructurales”.
La eurozona crecerá al 1,1% en 2019 y al 1,2% en 2020, es decir, una y dos décimas menos respectivamente de lo previsto por la Comisión Europea en verano y la economía parece avanzar hacia un largo periodo con crecimientos más tenues e inflaciones débiles. El Vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, reconoce que “podríamos afrontar aguas turbulentas, un periodo de alta incertidumbre relacionado con los conflictos comerciales, el aumento de las tensiones geopolíticas, la persistente debilidad del sector manufacturero y el brexit”.
Dombrovskis, que es responsable del Euro en la actual Comisión Juncker y que repetirá como Vicepresidente económico en la próxima Comisión von der Leyen, pide a los países “con elevados niveles de deuda pública que conduzcan políticas fiscales prudentes y lleven sus niveles de deuda a una senda bajista”. La receta va destinada a países como España, Francia, Italia, Bélgica o Portugal, todos señalados hace unas semanas en las respuesta que Bruselas dio por carta a sus planes presupuestarios para 2020.