Un informe encargado por la Coalición de Restaurantes Independientes concluye que el 85% de los restaurantes puede verse obligado a cerrar antes de fin de año en el país si no reciben un paquete de ayuda federal masivo adicional. La industria emplea a 15,6 millones de personas en Estados Unidos. El informe, realizado por la […]
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| 16 jun 2020
Un informe encargado por la Coalición de Restaurantes Independientes concluye que el 85% de los restaurantes puede verse obligado a cerrar antes de fin de año en el país si no reciben un paquete de ayuda federal masivo adicional. La industria emplea a 15,6 millones de personas en Estados Unidos.
El informe, realizado por la empresa consultora Compass Lexecon, describe las amenazas a las que se enfrentan los restaurantes independientes (que comprenden alrededor del 70% de todos los restaurantes en Estados Unidos) a medida que la pandemia continúa afectando a las empresas. Aunque la industria de los restaurantes en general ha sufrido grandes pérdidas, el medio millón de restaurantes independientes en EEUU tiene más riesgo de cerrar para siempre ya que dependen de los comensales diarios para sobrevivir.
Los propietarios de restaurantes dicen que si bien el programa de protección de cheques de pago (PPP) recibido, como parte del estímulo financiero de la Administración Trump, ha proporcionado un alivio inmediato para muchos restaurantes independientes, se trata de una ayuda temporal para sus problemas a largo plazo y no evitará que la mayoría sufran pérdidas masivas que los obliguen a cerrar definitivamente. “Tenemos los préstamos PPP y las subvenciones que paga el gobierno pero no son suficientes para permanecer abiertos a largo plazo”, dicen algunos, que ya de por sí trabajan con márgenes muy limitados.
El programa de protección de pago ofrece préstamos directos para que las pequeñas empresas conserven a sus trabajadores en la nómina durante ocho semanas y para pagar el alquiler o los intereses de hipoteca, entre otros.
Muchos propietarios no contaban con que la crisis se alargara tanto en el tiempo y pensaban que iba a ser un problema de dos dos semanas y no de más de un año.
“No creo que la mayoría de los restaurantes dure hasta diciembre”, opina Nina Compton, chef y propietaria de ‘Compère Lapin y Bywater American Bistro’p en Nueva Orleans a Business Insider, “porque muchos no pueden hacer frente a los altos alquileres y seguir pagando facturas y proveedores”.
A esto se une que la vuelta de muchos de estos restaurantes tiene que ser con la mitad de capacidad, algo que probablemente estará en vigor hasta que se encuentre una vacuna. Y así no les salen las cuentas. Las pautas de distanciamiento social han hecho imposible que los restaurantes llenen sus mesas y generen ganancias en el proceso.
Tampoco les salen los números a aquellos restaurantes que en este tiempo se han centrado en la entrega de comida a domicilio o recogida en la puerta del restaurante, que han visto que no es rentable. Una encuesta reciente realizada por ‘Eater’ entre los propietarios de restaurantes de San Francisco ve que el 87% dijo que no podrían sobrevivir solo con la entrega de comida en el restaurante y la que piden para llevar, y el 60% dijo que están perdiendo dinero al permanecer abiertos.
Especialmente en zonas urbanas densas como Nueva York, los protocolos de distanciamiento social son una sentencia de muerte para pequeños restaurantes que pagan altos alquileres y dependen de comedores densamente ocupados. “Simplemente no hay forma de que ninguno en Manhattan pueda sobrevivir”, se lamenta Amanda Cohen, propietaria de ‘Dirt Candy’, un restaurante vegetariano en New York City.
Según José E. Gonzales, managing panther de GCG Advisors, “de los 22.000 restaurantes que hay en Nueva York, la mitad de ellos probablemente no vuelva a abrir”. A esto se une que el número de comensales también se verá diezmado. “En Nueva York los 38 millones de turistas de media que visitan la ciudad cada año no van a venir en 2020 y probablemente tampoco en 2021”, continúa Gonzales, “lo que se notará considerablemente en la industria”.
El sector emplea a 15,6 millones de personas en todo el país y los restaurantes independientes emplean a un gran número de mujeres y minorías, según el informe. La desaparición generalizada de los restaurantes independientes tendrá un efecto dominó en la economía estadounidense, según el estudio de Compass Lexecon, aumentando la tasa de desempleo y contribuyendo a las dificultades en otras industrias.
Pero no solo los restaurantes independientes se están viendo afectados. A pesar de que las cadenas de comida rápida como McDonald’s o Starbucks tienen más recursos corporativos que les hacen ser más resistentes frente al desastre, no están siendo inmunes. Algunas cadenas de restaurantes ya se han declarado en bancarrota y han cerrado todos sus puntos de venta, mientras que otras intentan avanzar lentamente. Sin embargo, como dice el analista de la industria de restaurantes Roger Lipton, el coronavirus cambiará la industria “como el 11 de septiembre cambió nuestras vidas”. Desde marzo cerca de 600 cadenas de restaurantes han echado el cierre o han anunciado el cierre permanente de algunas de sus sucursales. Entre ellas TGI Friday’s que ha comunicado que podría cerrar hasta el 20% de sus 386 restaurantes en el país. Actualmente está experimentando con asientos al aire libre para ver si pueden traer de vuelta a sus comensales. Otros cierres incluyen Steak ‘n Shake, que clausurará 51 restaurantes en todo el país o Ruby Tuesday’s que ya ha cerrado 147 restaurantes. Garden Fresh se declaró en quiebra y, hasta el momento, se convirtió en el primer restaurante de buffet en cerrar como resultado de la pandemia.
A pesar de que en mayo la reapertura de algunos estados vio el regreso de casi 1,4 millones de empleos en restaurantes, es poco probable que esa trayectoria de recuperación persista en los próximos meses, ya que la mayoría de los restaurantes continúan operando con pérdidas. Los expertos creen que es probable que los restaurantes no puedan volver a los niveles comerciales previos a la pandemia hasta que puedan abrir sus salas y comedores a plena capacidad sin restricciones de distanciamiento social y el número de turistas vuelva a los niveles previos a la pandemia.
Ayudar a estos restaurantes reduciría la tasa de desempleo en el país del 14,7% al 12,3%, según la consultora Compass Lexecon.
Es por ello que la Coalición de Restaurantes Independientes está presionando al Congreso para obtener un Fondo de Estabilización de Restaurantes con un nuevo proyecto de ley, “la Ley de Restaurantes”, que de un apoyo económico específico que reconozca la asistencia necesaria para restaurantes para sobrevivir, y que les proporcionaría 120.000 millones en subsidios. Esto permitiría a los restaurantes contratar empleados, cubrir las deficiencias de las reaperturas por fases y comprar equipos de protección para frenar la propagación del virus.