Nunca aprendemos, tampoco en Alemania. El país que ha tratado España en los últimos años más bien como un alumno de sus políticas económicas, en lugar de un aliado europeo, tiene que aprender ahora una dura lección: la inestabilidad política como en España y el inicio de turbulencias graves en su economía. Parece como una […]
InternacionalDirigentes Digital
| 22 oct 2018
Nunca aprendemos, tampoco en Alemania. El país que ha tratado España en los últimos años más bien como un alumno de sus políticas económicas, en lugar de un aliado europeo, tiene que aprender ahora una dura lección: la inestabilidad política como en España y el inicio de turbulencias graves en su economía. Parece como una déjà vu, aunque muchos economistas y políticos alemanes siguen con un optimismo forzado: “Alemania va bien”. Después de la crisis inmobiliaria y financiera en Europa que vivimos hace 10 años, se notan muchos síntomas de alarma similares en Alemania y parece que nadie quiere verlas otra vez: Las empresas están más endeudadas, las familias también y aunque la deuda estatal se ha podido reducir en los últimos años, esta sigue elevada. El país que aprovechó en los últimos 10 años la mala situación de sus vecinos está sobrecalentando su mercado de casas y viviendas. Un informe de la OCDD de este verano ya alertaba que los mismos riesgos que llevaron la UE a una crisis financiera están volviendo.
TIPOS BAJOS, PRECIOS INMOBILIARIOS SUBIENDO Y FIN DE CICLO COYUNTURAL
Los tipos bajos en los últimos diez años han estimulado en Alemania un mercado inmobiliario como pasó en España con la entrada en el Euro. En el resumen de otoño, los institutos económicos alemanes de referencia han bajado sus previsiones para los dos años que viene a un crecimiento de un 1,7 (antes 2,2%) para el año actual y un 1,9 (antes 2%) para 2019. Como escribe el Deutsche Institut für Wirtschaft (DIW): “Hay un peligro por el desequilibrio entre la alegre concesión de créditos en los últimos y el crecimiento en comparación moderado de la economía alemana”. El Fondo Monetario Internacional alerta de los altos precios para la vivienda en las ciudades alemanas. La Bundesbank estima que ya entre un 15 y un 30 por ciento del inmobiliario está sobrevalorado y el economista alemán Karl-Werber Hansmann ya habla de una burbuja, de la que podríamos todavía salir a tiempo si se toman ya medidas concretas. Pero Angela Merkel tiene otros problemas que parecen más urgentes según ella: los refugiados y el estado crítico de la coalición con los socialdemócratas.
El posible enfriamiento de la economía alemana está en la sombra del DAX que lucha a diario con problemas más globales como los presupuestos de Italia y la crisis en Turquía. A nivel nacional, preocupa por el momento no tanto la crisis inmobiliaria sino el sector de automóviles debido a los escándalos constantes sobre manipulaciones de las pruebas de emisiones de motores de Diesel. Daimler es el valor que más sufre. El grupo ha anunciado otra bajada del beneficio, lo que le costó el viernes una pérdida de un 7%. Los otros del sector sufren también. Esto hace que el índice alemán se aleje cada vez más de la marca de 12.000 euros, donde estaba todavía hace muy poco. No parece que esta semana haya más alegría para los inversores alemanes.