Con varios frentes de tormenta acechando y sin haberse librado aún de las acusaciones en su contra, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha tenido un poco de alivio con la reciente renovación de líderes en el Congreso, el senador Rodrigo Pacheco y el diputado Arthur Lira. Estos legisladores -representantes del centro-derecha y derecha, respectivamente- […]
InternacionalDirigentes Digital
| 12 feb 2021
Con varios frentes de tormenta acechando y sin haberse librado aún de las acusaciones en su contra, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha tenido un poco de alivio con la reciente renovación de líderes en el Congreso, el senador Rodrigo Pacheco y el diputado Arthur Lira.
Estos legisladores -representantes del centro-derecha y derecha, respectivamente- son aliados del mandatario y ahora tienen en sus manos, tanto la facultad de acelerar las reformas que Bolsonaro prometió, como la posibilidad de frenar las iniciativas que buscan llevarle a juicio político.
Tras la elección, ocurrida la primera semana de febrero, el nuevo presidente de Diputados se reunió con el ministro de Hacienda, Paulo Guedes, para tratar las reformas que el Gobierno viene intentando realizar y que se habían frenado durante la pandemia por falta de apoyo político.
“Ya está todo programado”, dijo Lira en alusión a a la agenda de reformas, comenzando por la tributaria, dejando la discusión sobre nuevas ayudas sociales -que son parte de “la fórmula para combatir los efectos de la pandemia”, según dijo- para después que se apruebe el presupuesto 2021.
De hecho, Brasil inició este año sin tener un presupuesto aprobado y está limitado en su uso de los recursos públicos mientras recrudecen los efectos de covid-19 y aumentan las demandas sociales tras el fin del auxilio financiero, ocurrido en enero.
Ante el agravamiento sanitario, el ministro de Hacienda dijo que el Gobierno aprendió de la experiencia de 2020 y que podrá volver a otorgar ayudas (ahora de entre 30 y 38 euros) a los más vulnerables, aunque esta vez a la mitad de los beneficiarios y cuestionando por “contrapartidas”.
De los 64 millones de brasileños que recibieron el auxilio financiero (de 94 euros por mes durante 10 meses), “26 millones ya estaban registrados en programas sociales preexistentes”. Por ello, la ayuda ahora será para los que están fuera del sistema.
“Podremos hacerlo dentro de un nuevo marco fiscal, suficientemente robusto para enfrentar eventuales desequilibrios”, dijo el ministro, acompañado del senador Pacheco, aludiendo a la creación de un nuevo impuesto en carácter de emergencia.
Este miércoles (10), el Congreso comenzó a debatir el proyecto de presupuesto en una comisión de diputados y senadores y estima terminar los análisis en marzo. El auxilio otorgado en 2020 equivale a la erogación de más de 10 años de Bolsa familia, el programa básico de auxilio para familias pobres.
Esta semana también, con los nuevos líderes en el Congreso, el Gobierno obtuvo otra victoria al lograr el jueves (11) la aprobación de la autonomía del Banco Central, un proyecto que se discute desde 1991, y que se reglamentará en los próximos días.
El nuevo régimen establece un mandato fijo de cuatro años para el presidente y directores de la entidad y un enfoque en la inflación. El propósito “es separar el ciclo político del de la política monetaria, que requiere un horizonte de largo plazo”, explicó el Banco Central.
“La autonomía es fundamental para ayudar a rebajar los costos, reducir las tasas de interés, la volatilidad económica y mejorar las expectativas de inflación”, dijo el titular de la federación bancaria Febraban, Isaac Sidney, calificando a la medida de “un paso para poner a Brasil al nivel de gobernanza monetaria de las economías más avanzadas”.