El ministro de Economía alemán, Peter Altmaier (CDU), es uno de los menos populares del gobierno de Angela Merkel. Los empresarios ya le critican abiertamente por no tener visión. Hace poco tuvo que volver a anunciar una corrección de crecimiento al 0,8% para 2019, dos décimas por debajo del pronóstico realizado a finales de enero. […]
InternacionalDirigentes Digital
| 17 jun 2019
El ministro de Economía alemán, Peter Altmaier (CDU), es uno de los menos populares del gobierno de Angela Merkel. Los empresarios ya le critican abiertamente por no tener visión. Hace poco tuvo que volver a anunciar una corrección de crecimiento al 0,8% para 2019, dos décimas por debajo del pronóstico realizado a finales de enero. Altmaier dice que la culpa la tienen el anunciado Brexit, que aún no está ejecutado, y inseguridad que causan sus negociaciones sin fin, así como la política comercial proteccionista de EEUU. Pero esto son excusas, según muchos lobbys económicos en España.
El economista Tobias Kollmann, de la Universidad de Duisburg- Essen, quien asesora al Ministerio Federal de Economía como jefe del Consejo Asesor de Economía Digital Joven (BJDW), cree que existe el riesgo de que se regule demasiado en Alemania: “Actualmente se está mirando demasiado a las principales corporaciones de Internet de EEUU y cómo pueden ser controladas por la regulación. Creemos que es el enfoque equivocado”. Alemania debería soltarse un poco y no intentar siempre controlar todo. Se puede aprender de España cómo ser organizado sin plan, cómo ser disciplinado sin ser rígido y cómo ser flexible sin ser caótico.
PENSAR EN TODO SALVO EL FUTURO
La cruda realidad es que en estos últimos años, Alemania ha estado ocupada sobre todo consigo misma y en cómo digerir la llegada de tantos refugiados a su país. Entre las elecciones y una crisis europea constante, Merkel no tenía ni cabeza ni fuerza para pensar en los retos tecnológicos del IoT, el blockchain, la IA o el 5G. El país tiene muchos problemas sociales y un aumento de la delincuencia organizada. En Alemania viven ahora alrededor de 11 millones de extranjeros, añadiendo los que ya se han nacionalizado en los últimos años. Esto ha cambiado la Bundesrepublik en todos los aspectos y ha relantizado la fuerza económica del país que está en busca de una nueva identidad.
UNA LOCOMOTORA QUE VA BIEN, PERO QUE YA NO TIRA
El resultado de una política demasiado austera es que Alemania ya no crece, mientras la Península Ibérica sigue con ilusión subiendo escalones en muchos sectores como el de la salud, el ferroviario, el de telecomunicaciones, el bancario y el de la moda. No todo es culpa de la política, también es un problema de cultura. Los alemanes no son tan tech friendly como por ejemplo los españoles, dice Timo Buetefisch, que ha creado su empresa eCooltra en Barcelona. Él, por el momento, evita el mercado germánico y expande sus scooters urbanos que alquila por plataformas online por toda España con mucho éxito: “España es un país en el que nos sentimos muy cómodos con nuestro negocio, no solo porque el ecosistema de la tecnología está pasando por un cambio revolucionario, sino también por la mentalidad de la gente”.
EMPRESAS TECH Y RENTABLES YA NO SON “MADE IN GERMANY”
Actualmente, las empresas dígitales más importantes están en su mayoría ubicadas en los Estados Unidos, pocas en Alemania. Los expertos tecnológicos germánicos se quejan de que hay muy pocos beneficios prácticos derivados de las universidades. Esto es un problema también en España, pero gracias a empresas y bancos digitalizados como Santander, Telefónica o Inditex, así como la apuesta muy temprana por “Smart Cities“ como en Barcelona y lugares de referencia en economía social como Valencia, el país supera a los germánicos ya en muchos aspectos de la economía digital y también en innovación económica. El problema no es el crecimiento actual de Alemania o las recesiones que pueda sufrir el país, sino el hecho de que no hay ningún Google germánico, ningún Apple o Xiaomi, o Netflix alemán, ni tampoco un Tesla a la vista. Es una carrera internacional: en la actualidad, Estados Unidos, seguido de cerca por China y Japón, tiene la ventaja en el tema de la IA. Seis de cada diez encuestados por el lobby automovilístico alemán VDA esperan que la IA industrial sea implementada en China y Estados Unidos en 2025, mientras que en Alemania la mayoría ve una implementación posterior. Para el 71 por ciento de las empresas, el factor de frenado número 1 en Alemania es la falta de conocimiento en la IA aplicada, seguido por la escasez de trabajadores cualificados y obstáculos legales (poco menos del 50 por ciento).
¿ADIÓS A EEUU COMO NUEVO SOCIO PREFERENTE DE CHINA?
Como consecuencia de esta brecha tecnológica aplicada y también la lentitud regulatoria entre Alemania y China, esta última está ya comprando e invirtiendo en muchas empresas industriales alemanas, lo que empieza a irritar al gobierno de Merkel, que ha limitado la inversión en sus empresas estratégicas. Una de las grandes robóticas alemenas, Kuka, ha sido una de las „victimas“. La empresa ha atravesado problemas financieros y por ello el inversor chino Midea ha visto el momento para aprovechar una entrada fácil y económica. Lo de Kuka, sin embargo, ha precipitado que Bruselas apruebe un control más estricto sobre las inversiones chinas en la UE. Pero si Merkel no despierta y su gobierno continúa planificando con meticulosidad alemana todos los detalles, incluso en el caso de la IA, el mercado ya se habrá marchado antes de que los alemanes lleguen, critican en círculos gubernamentales. En este contexto, sería interesante que el país considere ya a China más como su socio de referencia y no como su enemigo. Las empresas alemanas tienen la imagen, en China, de productos altamente fiables. Políticamente, China otorga a Alemania un papel de representante de toda la UE y Alemania puede ir ocupando el vacío de EEUU Hay que recordar que la primera aseguradora 100% extranjera autorizada a operar en China ha sido Allianz.
SE NECESITA UN PLAN B PARA GERMANIA
Ahora la enorme oportunidad que tiene Alemania está en China y es ahí donde Austria, Alemania y Suiza pueden entrar juntos en el hueco que deja EEUU con su empezada guerra comercial con los chinos. El ThinkTank fundado por un americano, Youn-gchinagroup, por ejemplo, cree que Alemania debería ejercer este papel: “Nadie necesita a China más que Alemania y los chinos aprecian a los alemanes mucho”, dice el jóven fundador Zak Dychtwald. Efectivamente, Alemania sola acapara un tercio de todo el comercio europeo con China. Y es, tras UK, el país europeo que más inversión china ha recibido.
Políticamente, Merkel habrá visitado China ya unas nueve veces, casi una vez por año y desde que Donald Trump es presidente, la política geopolítica de Alemania ha cambiado; China es una opción, también para España. El año pasado el presidente chino visitó España apareciendo en grandes ceremonias, pero por desgracia España no persigue una estrategia de país con China, sino que se sube a la ola europea. Alemania tiene todavía una ventaja clara hasta que los chinos no dejen de gustarles las marcas como Volkswagen por ejemplo, la marca de coches que más vende en China. Además, Alemania es el primer inversor occidental en China, detras de EE.UU. Lo que también une a los dos países es la ambición en el sector automovilístico. China quiere liderar el mercado, Alemania tiene el know-how. Además, la manera de trabajar es similar. Diligencia, rigor y eficiencia son también valores que se aprecian en una China que vive cambios dramáticos en su sociedad y que sin duda se va a abrir en un futuro. Es el momento de un nuevo romance económico. Esta vez chino- alemán.