Aprobar el estímulo financiero era una de las prioridades del presidente Biden antes de cumplir 100 días en la Casa Blanca. Durante toda la noche se trabajó sin cesar en el Capitolio de Washington sobre las distintas enmiendas que se incluyen en el proyecto de ley del rescate financiero y que enfrentó una sólida oposición […]
InternacionalDirigentes Digital
| 07 mar 2021
Aprobar el estímulo financiero era una de las prioridades del presidente Biden antes de cumplir 100 días en la Casa Blanca. Durante toda la noche se trabajó sin cesar en el Capitolio de Washington sobre las distintas enmiendas que se incluyen en el proyecto de ley del rescate financiero y que enfrentó una sólida oposición de los republicanos, que lo calificaban de “un derroche de gastos”. “El Senado nunca ha gastado 2 billones de una manera más desordenada”, dijo el republicano y líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell.
Finalmente, y tras 27 horas deliberando, el paquete de estímulo financiero se aprobó por 50 votos a favor y 49 en contra, en un Senado que en estos momentos cuenta con 50 senadores republicanos y 50 demócratas. “Le decimos al pueblo estadounidense que la ayuda está en camino”, dijo el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, demócrata por Nueva York.”Nuestro trabajo en este momento es ayudar a nuestro país a pasar de este tormentoso presente a ese futuro esperanzador”.
Tan solo falta la aprobación final del Congreso, de mayoría demócrata, la próxima semana para que los legisladores envíen el proyecto de ley a Biden para firmarlo. El objetivo es que lo haga antes del 14 de marzo.
Joe Biden aplaudió el resultado y dijo frente a los periodistas que se trataba de “un gran paso adelante” para brindar ayuda a los estadounidenses en medio de la pandemia del coronavirus. “Cuando asumimos el cargo hace 45 días, le prometí al pueblo estadounidense que la ayuda estaba en camino. Hoy puedo decir que hemos dado un paso gigante más en el cumplimiento de esa promesa”.
El enorme paquete financiero, que equivale a casi una décima parte del tamaño de toda la economía de EE. UU., espera poder aliviar así los efectos del virus en el país. Y lo hará proporcionando pagos directos de hasta 1.400 dólares para la mayoría de los estadounidenses (todos aquellos con unos ingresos anuales inferiores a 80.000 dólares). Habrá una partida para gastos para acelerar la fabricación y distribución de vacunas y para pruebas de COVID-19. Los parados, que en estos momentos son 10 millones más que en niveles previos a la pandemia, recibirán beneficios por desempleo extendidos (ya que vencían el 14 de marzo) con cheques semanales de emergencia de 300 dólares hasta el 6 de septiembre, además de los beneficios estatales regulares. También recibirán ayuda de 20.000 millones los distintos estados, las ciudades. Sin olvidar las escuelas y las industrias en dificultades. Los pequeños negocios obtendrán 15.000 millones de dólares. Y habrá exenciones de impuestos para ayudar a las personas con menores ingresos, familias con niños y consumidores que adquieran un seguro médico.
La enmienda que no se aprobó durante las deliberaciones en el Senado fue la del senador por Vermont Bernie Sanders que quería elevar progresivamente el salario mínimo federal de 7,25 euros por hora a 15 dólares de aquí al año 2025.
El plan de rescate contra los efectos de la pandemia por 1,9 billones de dólares se suma a otras inyecciones financieras desde marzo del año pasado por un total de alrededor de 4 billones de dólares.
Esta ayuda junto a que los suministros de vacunas están aumentando y la contratación de empleados fue sorprendentemente fuerte el mes pasado parecen vislumbrar el deseo del país de reanudar pronto la normalidad y haciéndolo de la mejor manera posible.