España puede beneficiarse de la mano de obra extranjera que tendrá dificultades para entrar en Estados Unidos pero, al mismo tiempo, sufrirá con las exportaciones
InternacionalIsabel Garrido
| 11 nov 2024
La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos el pasado 5 de noviembre presenta unas implicaciones en términos de crecimiento y estabilidad, tanto para el país norteamericano como para el mercado global. Las decisiones que tome el nuevo presidente influirán en diversos sectores, por lo que los directivos y las empresas españolas deben anticiparse y prepararse estratégicamente para los cambios que están por venir.
En una sesión titulada ‘Implicaciones económicas y empresariales de la victoria de Donald Trump’, organizada por la Asociación Española de Directivos (AED), Rafael Pampillón, catedrático de Economía de IE Business School y de la Universidad San Pablo CEU, ha analizado los efectos del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Así, en lo que respecta al corto plazo, Estados Unidos va a experimentar una evolución en dos direcciones. En primer lugar, se espera que la inversión y el empleo crezcan debido a la rebaja de impuestos de los beneficios de las empresas, que pasarán del 21% actual al 15%, lo que supondrá “más liquidez y más financiación para las corporaciones americanas”. En este punto, el experto detalla que “las bolsas están disparadas porque el aumento de beneficios debido a esta rebaja fiscal tan importante va a suponer una mayor inversión empresarial”.
En segundo lugar, Pampillón apunta que el país norteamericano puede enfrentarse a un problema de inflación. Por una parte, se va a producir una bajada del IRPF, “quedando más dinero para consumir y para ahorrar”. Una razón por la que “se va a tirar más de la demanda agregada” y habrá “más demanda de consumo y de inversión”.
Y, en segundo término, también habrá que tener en cuenta la previsible subida arancelaria, aún por determinar, y que podría esperarse que Trump utilice como un arma de negociación. Dicho aumento arancelario permitiría reducir la competencia a la que deben enfrentarse las empresas americanas, lo que supondría un previsible aumento de precios por una mayor demanda y mayores costes laborales. Respecto a este último elemento, el catedrático de Economía explica que el freno a la entrada de mano de obra de extranjeros que trabajan en sectores de baja productividad producirá una subida de los salarios que las empresas repercutirán en precios.
Por su parte, el catedrático de Economía de IE Business School y de la Universidad San Pablo CEU sostiene que también es previsible que el regreso de Donald Trump traiga una menor regulación del sector tecnológico y financiero. Una situación que, teniendo en cuenta la historia de la crisis de 2008, “no es algo que tenga buenos resultados”, ya que generaría “más incertidumbre a los depositantes y a la solvencia de los bancos”.
A la hora de analizar cómo puede afectar la victoria de Donald Trump al cuadro macroeconómico español, Rafael Pampillón destaca puntos positivos y negativos. Respecto a los primeros, sostiene que España no crece ni por la tecnología ni por el capital humano, sino por la entrada de inmigrantes que cifra en alrededor de 500.000 netos por año en los últimos tres ejercicios. Si esta mano de obra, en su mayoría procedente de América Latina, no puede entrar en Estados Unidos, es previsible que decida venir a España, favoreciendo a esta segunda economía al permitir “ampliar el ejército de mano de obra de baja cualificación que trabaja en sectores de baja productividad”.
En el otro lado de la balanza se encuentran las exportaciones. Actualmente, España exporta 20.000 millones de dólares a Estados Unidos, principalmente aceite de oliva, productos farmacéuticos y refino de petróleo, mientras que España compra a Estados Unidos 30.000 millones de dólares, de forma que la balanza comercial es favorable a Estados Unidos. Por esta razón, aunque las exportaciones estadounidenses solo representan el 5% del total se espera que vayan a “sufrir”, sobre todo si los aranceles se sitúan en el 10% o superior.
Así las cosas, el catedrático de Economía de IE Business School propone que tanto España como el resto de las economías europeas deberán buscarse otros nichos de mercados y otros destinos para llevar sus exportaciones. Además, de igual manera también precisa que el regreso de Trump a la Casa Blanca supone un nuevo escenario para las empresas europeas: las organizaciones tienen la oportunidad de invertir en Estados Unidos para producir y vender en este país, de forma que “este incremento del tejido empresarial americano de propiedad europea nos beneficiará”.