Como con muchas cosas, también había en tiempos de la burbuja inmobiliaria entre 2000 y 2008 una especulación con licencias de farmacias, lo que ha provocado una red de puntos de venta de medicamentos en España casi único en el mundo. Según la OECD, el estado español tiene, con 22.000 farmacias, la densidad más alta […]
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| 11 feb 2019
Como con muchas cosas, también había en tiempos de la burbuja inmobiliaria entre 2000 y 2008 una especulación con licencias de farmacias, lo que ha provocado una red de puntos de venta de medicamentos en España casi único en el mundo. Según la OECD, el estado español tiene, con 22.000 farmacias, la densidad más alta de puntos de ventas de medicamentos de Europa. También es en muchas categorías, como en los antidepresivos y antibióticos, el mayor consumidor de medicamentos. Pero claro, esto se sabe ya desde la primera lección de economía que incrementar la oferta no aumenta la demanda. Así pasó en España, la razón por la cual tiene hoy en día la red más extendida, pero una facturación por punto de venta que a muchos propietarios ya no les da para vivir viendo los altos alquileres en los centros urbanos.
Por ello, hay personas como Gonzalo Barzo, que decidió no seguir el negocio familiar después de haber terminado su carrera. Su familia vendió la farmacia hace 10 años por más de un millón de euros. “Hoy duda que se pueda sacar este precio viendo lo que hay sobre oferta”, dice Barzo. Por eso el farmacéutico gallego trabaja por su propia cuenta en la administración de aprobación de medicamentos: “El trabajo de gestor de una farmacia ya no es atractivo en España, desde el punto de vista del sueldo y también porque ya no es como en tiempos de mi abuelo cuando en las farmacias se preparaba todavía medicina. Hoy en día son puntos de venta nada más. Para ser vendedor no hay que hacer una carrera tan complicada”, dice Barzo que ha encontrado con su especialización un nicho que le da mucho más de comer que estar en una farmacia.
Bajos sueldos, baja facturación y muchos farmacéuticos emigrando
Por cada 2.100 personas en España hay una farmacia y no parece que este crecimiento se vaya a frenar, aunque los empresarios del sector ya se quejan abiertamente. A diferencia de países como Alemania o EEUU donde hay “drugshops” o “Drogerien”, en España, la farmacia vende mucho más que fármacos, vende cosmética, peines, y muchos productos como crema solar, lo que se encuentra normalmente en droguerías, pero a un precio bastante más alto. Después de tanto tiempo, los españoles lo saben e intentan comprar estos productos mucho más baratos en Mercadona, una perfumería o simplemente en el Aldi.
La Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) ha denunciado que el aumento en el número de farmacias en el territorio español no ha ido acompañado de un incremento en la facturación. De media, una farmacia en España factura 300.000 euros al año, calculando los costes fijos como empleados y alquiler no queda mucho para los propietarios. Y esto, aunque los sueldos en este sector están como casi todos los salarios en España, bajo la media europea. Lo que gana un farmacéutico empleado en Alemania neto, no lo gana en España en bruto.
Después de unos estudios complicados vienen salarios frustrantes
Solamente los japoneses son tan bien “medicados” como los españoles
Tras España, el país con más farmacias por habitante es Japón (2.222 habitantes por farmacia), seguido de Bélgica (2.277), Corea del Sur (2.392), Irlanda (2.666), Polonia (2.801), Francia (2.941) y Turquía (3.174 habitantes por farmacia). Por otro lado, España se sitúa en quinto lugar de la OCDE en cuanto al ratio de farmacéuticos ejercientes, con 112 por cada 100.000 habitantes. Como parecía que es una profesión con salida, muchos se apuntaron a la carrera. Hoy en día, no pocos de ellos buscan su suerte en el extranjero, porque con un sueldo medio por debajo de los 2000 euros netos al mes después de unos estudios muy complicados, para muchos no vale ya la pena quedarse en España y las farmacias reducen en lugar de aumentar personal para tener más margen. La venta de medicamentos sin prescripción es otra amenaza para esos 22.000 negocios.
Alemania es uno de los head-hunter de estos muy bien formados farmacéuticos españoles que ya no encuentran trabajo en su país, entre ellos muchas mujeres. En este país nórdico faltan miles de cuidadores de mayores, enfermeras, técnicos de todo tipo, médicos, profesores y también farmacéuticos y técnicos relacionados con la industria farmacéutica. Paula Navarro de Sevilla es una de las farmacéuticas españolas que se ha ido a trabajar a Mülheim, en Alemania, porque después de cinco años de estudios en España no encontraba trabajo: “Ahora por lo menos tengo una salida”. Se ha puesto a aprender alemán y ha iniciado una nueva vida en otro país como tantos españoles que no podían encontrar un contrato laboral después de su carrera universitaria. Su perspectiva en Alemania es, a nivel profesional, claramente mejor. Una farmacia allí factura por media un millón euros al mes según la página web alemana markt.de y una farmacéutica independiente puede obtener hasta 4000 euros netos al mes.