El alquiler o la venta de inmuebles que no cuenten con la certificación energética adecuada está camino de desaparecer, lo que afecta directamente a España donde ocho de cada diez edificios suspenden en eficiencia energética, según los datos aportados por BBVA. Se trata de una realidad que se traduce en tres problemas fundamentales al suponer […]
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| 14 jul 2023
El alquiler o la venta de inmuebles que no cuenten con la certificación energética adecuada está camino de desaparecer, lo que afecta directamente a España donde ocho de cada diez edificios suspenden en eficiencia energética, según los datos aportados por BBVA. Se trata de una realidad que se traduce en tres problemas fundamentales al suponer un mayor gasto de energía, un mayor impacto medioambiental y una menor calidad de vida. Además, no se trata de un problema puntual de nuestro país: el 75 % de los edificios de los países de la Unión Europea son ineficientes y solo el 1 % se renueva cada año.
En este escenario, la Directiva Europea de Eficiencia Energética de la Edificación, pendiente aún de aprobación, tiene un doble objetivo. Por una parte, pretende mejorar la eficiencia energética de los edificios y, también, hacer que este ámbito cobre más relevancia en el mercado y a la hora de buscar una vivienda se convierta en un factor clave a tener en cuenta. Y, para que esto se haga realidad, hay dos fechas marcadas en el calendario. En 2030 todos los edificios de viviendas residenciales deberán tener una calificación energética mínima E y para 2033 mínima de D.
Tal y como explican desde la compañía de desarrollo tecnológico IESA Comunidades Tecnológicas, esta imposición pretende generar diferentes beneficios, entre los que destacan la “reducción de la demanda de energías no renovables”, de las que el continente europeo es importador neto. También se mejorará la “calidad de vida y el confort de los ciudadanos”. Y se reactivará la economía en un “ambicioso proceso de renovación del parque de viviendas europeo”. De hecho, en relación con este último punto, en España más del 80% de las viviendas fueron construidas con anterioridad al año 1980, por lo que la necesidad de rehabilitación es “enorme”.
Asimismo, la empresa detalla igualmente que la Directiva también introduce el concepto de edificio cero emisiones y el Pasaporte de Renovación Energética con el fin de que los propietarios planifiquen las obras de rehabilitación. De este modo, se espera que para el año 2050 todos los inmuebles comunitarios consuman lo mismo que generan, mientras que el Pasaporte facilitará que las rehabilitaciones puedan hacerse por fases y no necesariamente de una sola vez, y establecerá unos criterios comunes para todos los países de la Unión Europea.
¿Y cómo será posible vender o alquilar un piso con una certificación G? IESA Comunidades Tecnológicas confirma que estas medidas vienen recogidas en el Libro del Edificio Existente (LEE). Se trata de un documento que aglutina los documentos obligatorios relativos a la información necesaria para que tanto la comunidad de vecinos como los propietarios puedan realizar una correcta utilización y mantenimiento del edificio y de sus instalaciones, así como conocer las mejoras que se pueden realizar de cara a impulsar la eficiencia energética.
Además, apuntan que es un requisito para acceder a las subvenciones de mejoras de las comunidades y es “posible” que la normativa europea lo haga obligatorio para todos los edificios en el año 2027.
Francia se ha adelantado al resto de países de su entorno. Así, desde este año 2023 en el país galo ya no es posible alquilar o vender un inmueble que no tengan una certificación energética adecuada. Es decir, cuya certificación energética sea G.