2018 se confirma como uno de los peores años que ha vivido la economía argentina. El país que preside Mauricio Macri sufre una recesión severa, con una caída estimada del 2,6% a falta de cifras oficiales. A ese contexto, se suman la depreciación del peso, así como el alza de los precios, que no han […]
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| 16 ene 2019
2018 se confirma como uno de los peores años que ha vivido la economía argentina. El país que preside Mauricio Macri sufre una recesión severa, con una caída estimada del 2,6% a falta de cifras oficiales. A ese contexto, se suman la depreciación del peso, así como el alza de los precios, que no han cesado de elevarse.
En concreto, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) calculado por las estadísticas oficiales argentinas asciende al 47,6%, comparado con los precios del año anterior. Se trata de la cifra más alta que se registra en Argentina desde el año 1991, cuando esa tasa se alcanzó el 84%.
Hay que destacar que una gran parte de este aumento de los precios tiene que ver con los alimentos, el transporte y los gastos de suministros y vivienda. En ese sentido, los alimentos y las bebidas no alcohólicas aportaron 11,5 puntos para ese aumento de los precios del 47,6%, mientras que el transporte aportó 7,3, y la vivienda y los gastos asociados, 5,3.
Así, los alimentos se encarecieron un 51%, mientras que el transporte y los servicios de comunicación sufrieron un alza del 66% y del 55% respectivamente. De ese modo, aunque Argentina ha sorteado algunos problemas, aún enfrenta la subida de los precios, especialmente en los de alimentación, relacionados con la caída de la producción agrícola.
En ese sentido, Argentina cuenta un pago inicial de 15 mil millones de dólares, de un total de 50 mil millones, el mayor programa de financiación la historia del FMI. Aun así, el PIB se hundió un 4,2% en el segundo trimestre.
De esa forma, el Banco de España insiste en que las medidas de ajuste “deberán ser aplicadas con credibilidad, compromiso y transparencia”.