Un grupo de expertos del Center for Data Innovation, con sede en Estados Unidos, publicó un informe a principios de 2021 sobre el progreso realizado por las principales superpotencias en inteligencia artificial, y concluyeron que EE.UU. todavía tiene una ventaja sustancial a nivel mundial, con China muy cerca, mientras que la Unión Europea continúa a […]
InternacionalDirigentes Digital
| 25 ene 2022
Un grupo de expertos del Center for Data Innovation, con sede en Estados Unidos, publicó un informe a principios de 2021 sobre el progreso realizado por las principales superpotencias en inteligencia artificial, y concluyeron que EE.UU. todavía tiene una ventaja sustancial a nivel mundial, con China muy cerca, mientras que la Unión Europea continúa a la zaga.
Un estudio realizado por la Fundación sobre Tecnología de la Información e Innovación midió los niveles de desarrollo de la Inteligencia Artificial utilizando 30 parámetros diferentes, como el talento humano, actividades de investigación, desarrollo comercial y la inversión en equipamiento y programación. Según el resultado, basado en datos del año 2020, Estados Unidos lidera el ranking mundial en esta materia con un total de 44,6 puntos en una escala de 100, seguido por China con 32 y la Unión Europea (UE) con 23,3.
Pero parece que el sorpaso chino será una realidad a corto plazo. Un exjefe de software del Pentágono, Nicolas Chaillan, le dijo al Financial Times que Estados Unidos “no tiene ninguna posibilidad de competir contra China en 15 o 20 años” y que EE.UU. ya ha perdido la lucha en IA frente a la potencia asiática. Para Chaillan, China se encamina hacia el dominio global debido a sus avances en los campos de la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y las capacidades cibernéticas.
Otro informe sobre IA de marzo de 2021 publicado por la Comisión de Seguridad Nacional estadounidense (NSCAI), encabezado por el ex director ejecutivo de Google, Eric Schmidt, advirtió que EE.UU. podría perder la iniciativa en IA frente a China. El informe de 750 páginas explicaba que China tiene fuertes recursos financieros, talentos y ambiciones. “Si la tendencia sigue siendo la misma, China superará a Estados Unidos en inteligencia artificial en los próximos diez años”, decía. Además, enfatizaba que “por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial , el predominio tecnológico de Estados Unidos está amenazado”. Para ello el problema está en la falta de producción interna de semiconductores, ya que la inteligencia artificial está íntimamente relacionada con el nivel de potencia informática.
Eric Schmidt y algunos de sus colegas instaron a las autoridades estadounidenses a invertir 40.000 millones de dólares en investigación y desarrollo en el campo de IA para evitar que China sobrepase a EE.UU. Una de las razones por las que China se está volviendo fuerte en IA es la gran cantidad de datos que genera. El país asiático ha dejado claro que su objetivo es dominar el mercado global de inteligencia artificial para 2030, y está ganando terreno constantemente al duplicar su inversión en investigación sobre inteligencia artificial. De hecho se estima que 8 mil millones de dispositivos en China estarán conectados a través de Internet de las cosas (una vasta red de objetos físicos conectados a través de Internet) y estos dispositivos, montados en automóviles, infraestructura, robots y otros instrumentos, generan una gran cantidad de datos.
Cuando se trata de otras tecnologías que van de la mano de la IA, China indudablemente lidera el juego. Especialmente en supercomputación, Pekín ha avanzado a pasos agigantados y en la lista Top 500 de dispositivos clasificados por rendimiento, tiene casi el doble que EE.UU., con un total de 186 “supercomputadoras”.
Sin embargo, cuando se trata de hardware, Estados Unidos ha mostrado una ventaja indiscutible, según el Centro de Innovación de Datos, y de las 15 principales empresas de semiconductores del mundo, ocho tienen su sede en EE.UU., frente a una sola empresa de la Unión Europea y China no cuenta con ninguna. Además, otro dato interesante que indica que China está investigando más en IA es que en 2019, el gigante asiático superó, por primera vez, a EE.UU. en términos de publicaciones académicas relacionadas con la inteligencia artificial, representando el 20,7% del total, frente al 19,8% estadounidense, según un informe de la Universidad de Stanford. Está claro que Estados Unidos está preocupado por el rápido aumento de la inteligencia artificial en China. El hecho de que el país americano esté excluyendo a las empresas chinas del país en lo que respecta al uso de datos personales que determinan el desempeño de la IA es prueba de ello.
A pesar de su posición a la vanguardia en la innovación comercial de inteligencia artificial durante los últimos años, Estados Unidos todavía carece de una política y estrategia federal general de IA. Además, a medida que el uso de la IA se expande a diferentes sectores y la necesidad de datos se multiplica, la legislación que tradicionalmente no se ha centrado en la IA está comenzando a tener un impacto creciente en el desarrollo de la tecnología de la IA. Este impacto se puede ver en áreas como la privacidad, la discriminación, las leyes antimonopolio y de inmigración relacionadas con el trabajo.
Durante los últimos años, los legisladores y agencias gubernamentales de EE.UU. han buscado desarrollar políticas de IA y sistemas automatizados con el objetivo de equilibrar la tensión entre proteger al público de los efectos potencialmente dañinos de las tecnologías de IA y fomentar la innovación positiva y competitividad.
A medida que las tecnologías de inteligencia artificial se vuelven cada vez más viables comercialmente, uno de los desafíos más interesantes que enfrentan los legisladores es determinar cuáles pueden dejarse en manos de la ética de manera segura, y qué enfoques sugeridos deben codificarse en la ley.
El debate sobre la regulación de las tecnologías de Inteligencia Artificial (IA) se ha acelerado durante el último año, lo que ha dado lugar a propuestas en todos los sectores de las legislaturas locales y federales de Estados Unidos. Aun así se han aprobado pocas leyes específicas de IA, entre ellas la Ley de Innovación y Competencia para impulsar la producción de semiconductores, el desarrollo de la inteligencia artificial y otras tecnologías con una inyección de unos 250.000 millones de dólares, que se invertirán en los próximos cinco años, en la carrera con China por liderar la innovación tecnológica. El presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó que esta ley era el inicio en la competición para “ganar el siglo XXI”.
Además, EE.UU. ha apostado por que la inteligencia artificial sea usada por el propio gobierno. En este sentido, un enfoque principal para una serie de acciones legislativas y ejecutivas clave ha sido el crecimiento y desarrollo de dichas tecnologías para la seguridad nacional y usos militares. De hecho, el ejército de Estados Unidos ya ha realizado varias pruebas con tecnologías de vanguardia basadas en inteligencia artificial del llamado “experimento de dominio de la información global” (GIDE) con las que se pretende adquirir “capacidad predictiva para adelantarse a los movimientos del enemigo”.
La IA se ha convertido en pieza clave de la Defensa de los países y la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos está buscando añadir a sus sistemas de vigilancia nuevas capacidades de análisis y procesamiento de información que incluirán herramientas de IA. Para ello colaborará con la compañía Hewlett Packard Enterprise en el desarrollo de nuevas herramientas de inteligencia artificial y de análisis de datos y, además, se amplificará la capacidad para procesar y analizar información sensible. El contrato de 2.000 millones de dólares para HP durará 10 años.
A finales de 2020 el Congreso estadounidense pasó la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) que impulsa la estrategia nacional de inteligencia artificial de Estados Unidos, aumentando el gasto para la financiación de la investigación de IA y elevando el perfil del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología del país (NIST) ya que es una prioridad política la necesidad de una mayor coordinación con respecto a las normas técnicas. En el año 2020 también hubo una serie de proyectos de ley federales que promueven el uso ético y equitativo de las tecnologías de inteligencia artificial y las medidas de protección del consumidor.
En cuanto al cuidado de la salud, el uso de la inteligencia artificial en la atención médica todavía tiene pocas regulaciones, a pesar de la continua inversión de la comunidad médica en tecnología de inteligencia artificial. La pandemia de Covid-19 ha introducido complicaciones adicionales relacionadas con el tratamiento de la salud y las opciones de entrega que pueden afectar a la IA, y los reguladores reconocen que los marcos existentes para la aprobación de dispositivos médicos no son adecuados para las tecnologías relacionadas con la IA. Los expertos creen que tendrá que ser una prioridad para los legisladores cuando se implementen las herramientas de IA en el espacio de la atención sanitaria.
Hasta el momento algunos creen que algunas aplicaciones han sido un fracaso como el rastreo de contactos de contagiados por covid, y otros no confían en que las empresas de tecnología o los gobiernos usen y almacenen datos personales sobre todo cuando esos datos involucran su salud y paradero preciso. También parte de la IA más usada es el reconocimiento facial, sobre todo utilizada por parte de las fuerzas del orden y otros funcionarios públicos. A pesar de estos esfuerzos por restringir el uso en este sentido, en realidad aumentó en 2021, sobre todo debido a los esfuerzos de las fuerzas del orden para identificar y arrestar a los participantes en los disturbios del Capitolio de Washington en enero de 2021.
Las preocupaciones sobre el reconocimiento facial y otras tecnologías biométricas, destacadas por los movimientos de justicia racial, han provocado que las legislaturas federales y estatales reconsideren el uso de la tecnología de reconocimiento facial por parte del gobierno y los departamentos de policía y propongan una legislación que prohibiría el uso de esta tecnología por parte de la policía.
El uso de la IA en los vehículos autónomos y la industria del automóvil es otra de las prioridades de los reguladores. Hubo una oleada de actividad legislativa en el Congreso en 2017 y principios de 2018 hacia un marco regulatorio nacional para vehículos autónomos (AV). La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó la Ley de Implementación e Investigación Futuras de la Evolución de los Vehículos (AUTO DRIVE) para Garantizar Vidas con Seguridad en septiembre de 2017, pero su proyecto de ley complementario (la Ley de Visión Estadounidense para un Transporte Más Seguro a través del Avance de Tecnologías Revolucionarias) se estancó en el Senado. Aunque hubo un esfuerzo bipartidista para reactivar la legislación AV en abril de 2021, el Comité de Comercio derribó el esfuerzo para dar luz verde a las regulaciones que permitirían el despliegue de miles de vehículos autónomos.
Las regulaciones estatales varían significativamente, desde permitir pruebas bajo ciertas condiciones específicas y confinadas hasta las más extremas, que permiten probar y operar vehículos autónomos sin un pasajero humano detrás del volante. Algunos estados, como Florida, adoptan un enfoque generalmente permisivo de la regulación AV en el sentido de que no requieren que haya un conductor humano presente en el vehículo.