El demócrata espera que un gasto agresivo reviva una economía fuertemente golpeada por el coronavirus y compense cualquier impacto negativo de los nuevos impuestos y regulaciones. Será muy importante que se apruebe lo antes posible un nuevo estímulo financiero para ayudar a los sectores afectados por la pandemia y a los desempleados, aunque con el Senado con mayoría republicana, Biden tendrá más complicado poner sus planes en marcha. Se espera que las prioridades iniciales de la nueva administración sean contener la pandemia y sus consecuencias para las empresas. “Una vez que apaguemos el virus y brindemos alivio económico a los trabajadores y las empresas, entonces podremos comenzar a reconstruir mejor que antes”, ha comentado Joe Biden. A largo plazo trabajarán en inversiones importantes en infraestructura y transporte público, energía limpia, ampliación de la cobertura de atención médica y la movilización de la fabricación e innovación estadounidenses, entre otras, para impulsar la producción económica, generar millones de empleos y mejorar las habilidades de los trabajadores para respaldar el crecimiento futuro.

Estas son algunas de las propuestas del próximo gobierno estadounidense por sectores:

ENERGÍA

La victoria de Biden podría terminar remodelando el sector energético de Estados Unidos en los próximos años. Joe Biden hizo del clima una prioridad en su campaña y, parece que planea convertirlo en una pieza central de su administración. A él le gustaría que EE.UU. usara energía 100% limpia y cero emisiones para 2050 a través de políticas destinadas a reducir las emisiones del transporte y limitar el metano del petróleo y el gas. Importante será también ver si el presidente número 46 del país vuelve a unirse al Acuerdo de París (del que Trump sacó a Estados Unidos), como ha prometido. Su plan de 2 billones de dólares alentaría la inversión en infraestructura, vehículos eléctricos, energía renovable, edificios eficientes y en agricultura y conservación. Aunque el presidente electo puede tener un margen de maniobra limitado con los republicanos con el control del Senado. Biden se ha comprometido a acelerar la transición de los combustibles fósiles y frenar el cambio climático. La Asociación de Industrias de Energía Solar (SEIA) ya ha tenido conversaciones con el equipo de transición Biden-Harris esperando que pongan fin a los aranceles de comercio solar de la administración Trump. Por otra parte Donald Trump ha invertido miles de millones de dólares de los contribuyentes en apuntalar la industria petrolera durante la pandemia. Durante su mandato Estados Unidos se convirtió en el mayor productor de petróleo del mundo.

Biden ha prometido prohibir el fracking en tierras federales. Tal medida limitaría las operaciones de las empresas de esquisto en varios estados. Aunque para Daniel Yergin, vicepresidente de IHS Markit: “él no puede prohibir el fracking de todos modos. La producción de petróleo está regulada por los estados”. Es por ello que podría intentar lograrlo mediante una orden ejecutiva. La represión de Biden sobre las emisiones revertiría la relajación de las regulaciones ambientales por parte de la administración Trump. Eso aumentaría potencialmente los costos para la industria del petróleo y el gas. Además, la relación del país con la OPEP podría cambiar con Biden en la Casa Blanca. Ed Morse, jefe de materias primas globales de Citigroup, dijo que la victoria de Biden probablemente “impactaría y solidificaría la relación entre Rusia y Arabia Saudí” y haría que “los miembros más grandes de la OPEP adoptasen un enfoque más conservador y, dependiendo de si los precios del petróleo se mantienen en el rango de 30 dólares el barril, podría llevarlos a recortar aún más la producción en enero”. Morse cree que incluso podrían posponer su aumento de producción de 1,9 millones de barriles por día programado para el 1 de enero. Ed Morse también espera que Estados Unidos vuelva a realinearse con China en la política de cambio climático.

INDUSTRIA DE VIAJES Y COMPAÑÍAS AÉREAS

El equipo de Joe Biden es consciente de que la industria de viajes es enormemente importante para la economía en general, pero es difícil pronosticar un repunte de los viajes debido a la incertidumbre sobre cuándo estaremos vacunados. “La industria de viajes representa más de un tercio del desempleo general de Estados Unidos, y las políticas para promover el alivio, la recuperación y el estímulo para las empresas de viajes son parte integral de un cambio económico en Estados Unidos”, explica Roger Dow, presidente y director ejecutivo de la U.S. Travel Association. Uno de los sectores de esta industria que se ha visto más afectado durante la pandemia es el de las aerolíneas. Unos 40.000 trabajadores de las compañías aéreas fueron despedidos a partir del 1 de octubre de 2020, cuando se agotaron los 25.000 millones de dólares de ayuda federal la Ley CARES. Aunque Biden ya han expresado su apoyo a un nuevo y segundo rescate para la industria de viajes, e incluso ha se ha comprometido a brindar más ayuda a los trabajadores de aerolíneas y hoteles que han sido despedidos como resultado de la pandemia de coronavirus. A pesar de ello, los reguladores de la era Biden pueden tener una mano más dura de lo que las aerolíneas sentían bajo el mandato de Trump. El Departamento de Transporte (DOT) ha dado a las compañías aéreas un gran margen de maniobra en los problemas del consumidor. Los debates sobre el espacio entre los asientos durante la pendemia podrían revivirse con Biden. El DOT también se ha negado a exigir que se cubran la cara en los aviones con mascarilla.

INFRAESTRUCTURAS Y SECTOR AUTOMOTRIZ

En cuanto al sector automotriz, Biden tiene el objetivo de convertir a EE.UU. en un líder en la producción de automóviles eléctricos en un esfuerzo para devolver la cadena de suministro a Estados Unidos. Esto sin duda tendría un impacto en las empresas de automóviles. Su plan de renovar y financiar más créditos fiscales para los consumidores que compren vehículos eléctricos podría ayudar a fabricantes como General Motors, Ford Motor o Tesla que están invirtiendo miles de millones en modelos eléctricos que aún se venden en pequeñas cantidades. Por otro lado, es más probable que Biden imponga reglas de emisiones más estrictas a los vehículos a gasolina.

MINORISTAS

Meses después de una pandemia que llevó a miles de tiendas al cierre y a otras a la bancarrota, los minoristas, tanto grandes como pequeños, esperan que la administración del presidente electo Joe Biden los alivie. Exactamente más de 97.000 empresas cerraron permanentemente, según estimaciones de Yelp, y otras muchas tiendas han tenido que recortar personal. Los minoristas podrían correr el riesgo de más cierres relacionados con la COVID-19 bajo el mandato de Biden. Alrededor del 20% de los propietarios de pequeñas empresas dicen que no pueden continuar por más de seis meses más, dada la crisis económica. “Si no hay una intervención gubernamental y un estímulo para las pequeñas empresas, muchas más no pasarán el invierno”, explica Elliot Richardson, cofundador y presidente del Small Business Advocacy Council. “Costará puestos de trabajo y hará que las empresas fracasen”. Biden renovará las conversaciones de estímulo con urgencia, aumentando la probabilidad de que las pequeñas empresas estadounidenses reciban un impulso, pero todo dependerá del acuerdo al que se llegue con la mayoría del Senado. Aunque las ventas minoristas se desaceleraron en octubre, la temporada navideña, que tradicionalmente trae un enorme volumen de ventas para los minoristas, este año será muy distinta. Muchos se enfrentarán a una temporada desafiante. “El entorno es incierto a corto plazo”, decía a los inversores Joanne C. Crevoiserat, directora general de Tapestry Inc., propietaria de las marcas de lujo Coach y Kate Spade. Y es que las ventas del minorista de lujo también se han visto muy afectadas y aunque cayeron para ellos a menos del 6% en el último trimestre, una mejora con respecto al trimestre anterior (cuando las ventas fueron de menos 45%), no auguran buena temporada festiva. “Si no hay intervención del gobierno y no se proporciona alivio de estímulo a las pequeñas empresas, muchas más no pasarán el invierno”, dijo un defensor de las pequeñas empresas.

Por otra parte, el sector, también podría tener que lidiar con gastos más altos bajo el mandato de Joe Biden, especialmente si el presidente electo poner en marcha el salario mínimo federal de 15 dólares la hora (desde los 7,25 actuales), como ha dicho que haría durante su campaña electoral. Algo que también podría reducir las ganancias de los restaurantes y bares y también dar lugar a algunos recortes de empleos en el sector de la restauración.

FINANZAS Y CAPITAL DE RIESGO

La victoria de Biden podría ser buena para Wall Street si él y los legisladores aprueban rápidamente un proyecto de ley de estímulo masivo que impulse los mercados financieros. Pero existe un gran riesgo para los bancos, los fondos de cobertura y las firmas de capital privado con el tiempo si Biden acepta las demandas de los demócratas progresistas de que designe a escépticos de la industria para puestos clave en el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal y la Comisión de Bolsa y Valores, entidades poderosas que administran la economía y el comercio policial. Además, Biden se ha comprometido a rescindir los recortes de impuestos de Trump, que han sido una bendición para los bancos. En cuanto al Capital de riesgo, el presidente electo ha dicho que asignará 10.000 millones de dólares a estos programas estatales y locales, lo que debería ayudar a impulsar las nuevas empresas y sus patrocinadores en todo el país. Pero en términos fiscales, los capitalistas de riesgo probablemente terminarán recibiendo un golpe. Biden ha prometido aumentar los impuestos corporativos y eliminar un tratamiento preferencial de las ganancias de capital, la forma en que se gravan la mayoría de las ganancias de los fondos de riesgo, para los estadounidenses más ricos. Si los inversionistas de capital público deciden que las ganancias corporativas disminuyan bajo el mandato de Biden y los mercados de valores caen, se puede alentar a algunas empresas emergentes a retrasar las ofertas públicas iniciales.

TELECOMUNICACIONES Y TECNOLOGÍA

Los gigantes de la telefonía, AT&T, Verizon y T-Mobile no van a tener un “gran amigo” en la Casa Blanca. Joe Biden prometió ser duro con las grandes tecnológicas, criticando a Facebook por no hacer lo suficiente para frenar la desinformación. Biden ha respaldado la derogación de una ley que durante mucho tiempo ha protegido a la industria de la tecnología. Es la Sección 230, conocida como el “escudo de responsabilidad legal" de la tecnología. La ley otorga a las empresas tecnológicas inmunidad frente a demandas por lo que las personas publican en sus sitios. Al mismo tiempo, deja la opción de eliminar o marcar el contenido a total discreción de las empresas. “La era de la innovación sin permiso ha terminado”, dice Darrell West, miembro senior de Brookings Institution que estudia la política tecnológica. “Habrá más participación pública, más supervisión pública y regulación pública del sector tecnológico”, continúa West.