En pleno 2018, inmersos de lleno en la era digital, viviendo el boom de la economía colaborativa impulsada por los dispositivos electrónicos portátiles, en Europa existen todavía anomalías económicas y legales incomprensibles. Una de ellas la sufrían las publicaciones digitales, ya fuesen periódicos, libros o revistas, que debían pagar más impuestos que las impresas. Este […]
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| 03 oct 2018
En pleno 2018, inmersos de lleno en la era digital, viviendo el boom de la economía colaborativa impulsada por los dispositivos electrónicos portátiles, en Europa existen todavía anomalías económicas y legales incomprensibles. Una de ellas la sufrían las publicaciones digitales, ya fuesen periódicos, libros o revistas, que debían pagar más impuestos que las impresas. Este privilegio del papel se ha terminado.
Los ministros de Economía de la UE, el Ecofin, aprobaron este martes la equiparación del IVA de los libros electrónicos o de la prensa digital con la impresa. Los tipos reducido (mínimo del 5%), super-reducido (por debajo de ese 5%), o ‘cero’ estarán accesibles para esas publicaciones, acabando con una discriminación denunciada por la mayoría de la industria periodística y tecnológica.
“¡Un libro electrónico es un libro; un periódico electrónico es un periódico! Una buena noticia para la prensa y el sector de la cultura”, celebró por las redes sociales el Comisario de Economía y Fiscalidad, Pierre Moscovici, tras conocer el acuerdo dentro del Ecofin, donde su propuesta llevaba encallada casi dos años por los enfrentamientos entre diferentes gobiernos. En los últimos meses era la República Checa quien todavía mantenía su veto.
Hasta ahora, los libros y la prensa en papel eran servicios susceptibles de beneficiarse de la baja tributación del IVA, según una Directiva europea del 2009, porque como bienes o servicios físicos podían recibir ventajas competitivas. No así las publicaciones online, creándose una división legal que permitía la discriminación tributaria. En países como España, por ejemplo, los medios impresos tributan un tipo del 4% pero las ediciones digitales pagan un 21%. En Bélgica, la prensa en papel goza de un tipo del 6% frente al 21% de la online.
A partir de ahora, los Estados Miembros de la UE tendrán libertad para aplicar tipos reducidos del IVA a las publicaciones online. Los super-reducidos y los tipos cero, que implican una deducción de ese gravamen, se permitirán en aquellos países que también beneficien a las publicaciones en papel. El objetivo de Bruselas es que no existan discriminaciones futuras entre medios o libros según su formato.
“Esta propuesta es parte de nuestros esfuerzos para modernizar el IVA para la economía digital y nos permite mantener el ritmo del progreso tecnológico”, aseguró Hartwig Löger, ministro de Finanzas de Austria, tras el Ecofin de este martes. Su país ocupa la presidencia rotatoria del Consejo Europeo, presionó para sacar adelante este dossier de la agenda digital comunitaria y Löger adelantó que, en próximas fechas, “muy pronto”, su gobierno estudiará la equiparación tributaria.
Cada país de la UE aplicará esta directiva según sus códigos impositivos “No es una obligación”, explica el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, “depende de cada Estado Miembro decidir si quiere aplicar tipos plenos o reducidos del IVA”. Sin embargo, si no acaban con la discriminación o la demoran en el tiempo, se exponen a posibles denuncias ante la justicia por parte de medios de comunicación o fabricantes de libros electrónicos.
El sector de la prensa bendice el acuerdo alcanzado dentro del Ecofin, “un paso largamente esperado” que “ahorrará millones de euros anuales a la industria europea de los medios”, según News Media Europe, una de las dos organizaciones que representa en Bruselas los intereses de decenas de periódicos.
La introducción de los nuevos tipos del IVA será temporal porque en Bruselas trabajan en una reforma completa de este impuesto basado en principios como la tributación en destino del bien intracomunitario que cruce la frontera de un país a otro, o que el vendedor sea el responsable de cobrar y recolectar el IVA de ese bien o servicios.
El objetivo de la Comisión es acelerar la recaudación de un gravamen que cada año pierde 150.000 millones de euros por culpa de prácticas fraudulentas. Jugosos recursos que destinar a inversiones productivas en tiempos de desaceleración económica. En manos de los gobiernos está no esperar dos años para introducir la reforma total del IVA.