La tensa reunión celebrada en Quebec ha acabado con una guerra dialéctica entre los líderes asistentes, que afectará sin duda a las relaciones comerciales. Donald Trump, y dos de sus asesores arremetieron contra el primer ministro canadiense Justin Trudeau, acusándolo de participar en una “diplomacia de mala fe”. “Basándome en las declaraciones falsas de Justin […]
InternacionalDirigentes Digital
| 11 jun 2018
La tensa reunión celebrada en Quebec ha acabado con una guerra dialéctica entre los líderes asistentes, que afectará sin duda a las relaciones comerciales. Donald Trump, y dos de sus asesores arremetieron contra el primer ministro canadiense Justin Trudeau, acusándolo de participar en una “diplomacia de mala fe”.
“Basándome en las declaraciones falsas de Justin en su conferencia de prensa y en el hecho de que Canadá cobra aranceles masivos a nuestros agricultores, trabajadores y compañías estadounidenses, he ordenado a nuestros representantes de EE.UU. no respaldar el comunicado cuando analicemos los aranceles sobre automóviles que inundan el mercado estadounidense”, decía Trump en un tuit publicado mientras volaba en el Air Force One rumbo a Singapur donde el martes se va a reunir con el líder norcoreano Kim Jong-un.
Y continuaba: “el primer ministro Justin Trudeau de Canadá actuó tan mansamente y con moderación durante nuestras reuniones del G7 solo para dar una rueda de prensa después de irme, diciendo que “los aranceles de EE.UU. eran un poco ofensivos” y que “no se dejarán intimidar”. Muy deshonesto y débil. ¡Nuestros aranceles son en respuesta a los suyos del 270% en productos lácteos!”.
Donald Trump dejó la cumbre poco antes de finalizar expresando que su relación con los otros líderes mundiales era “de 10” y que había dado su visto bueno para ratificar la declaración conjunta.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo en la clausura de la reunión que estaba “feliz de anunciar que hemos dado un comunicado conjunto de los siete países” indicando que Estados Unidos había firmado. Además, reafirmó su oposición a los aranceles estadounidenses y prometió seguir adelante con movimientos de represalia el 1 de julio. “Los canadienses son amables y razonables, pero tampoco seremos empujados”, dijo.
Estas palabras fueron las que encendieron a Trump y le hicieron cambiar su postura sobre el acuerdo que hace referencia a varias prioridades compartidas, incluyendo el comercio, el crecimiento económico, la seguridad nacional o sostenibilidad.
La respuesta a los tuits del presidente estadounidense no se ha hecho esperar. La Canciller alemana, Angela Merkel, dijo en la cadena de la televisión alemana ‘ARD’: “habíamos estado hablando seriamente de temas claves, habíamos llegado a un acuerdo y luego la forma como el presidente retiró su apoyo, a través de un tuit, fue como una ducha fría e incluso deprimente”. Merkel reiteró que Europa tiene que tomar las riendas de su destino ante un presidente de Estados Unidos que tiene “una agenda clara”.
Europa impondrá 2.800 millones en aranceles a Estados Unidos desde julio
La respuesta de la Unión Europea a los aranceles de Trump al acero y al aluminio europeo se materializará el 1 de julio cuando entren en funcionamiento tasas por valor de 2.800 millones de euros sobre los productos estadounidenses que entren en Europa. Algunos tendrán que pagar un 25% extra. Entre los afectados, el whisky Bourbon, los pantalones vaqueros, las motocicletas Harley-Davidson, el tabaco, embarcaciones de recreo de pequeña eslora o el zumo de naranja.
Estas medidas son sólo la primera fase de la respuesta europea, que se aumentará progresivamente en los próximos tres años. La cifra podría alcanzar los 6.400 millones de euros si no se llega antes a un acuerdo. Canadá ha anunciado que su respuesta a Trump serán unas tasas que superarán los 10.000 millones de euros.